Reina del grito. Un viaje por los miedos femeninos

Los caminos del cine de terror no son inescrutables pero tampoco son de una claridad palmaria. El terror, con sus subgéneros, sus códigos y sus intertextualidades ofrece a menudo más luz que la oscuridad que tanto gusta sembrar. Lo que ocurre es que durante décadas fue un género casi exclusivo de hombres (en factura y en fandom), cuando muchos de los temas que trata son única y exclusivamente femeninos, pero el público lo aceptaba no por convención sino por –sí, aquí también, claro– un patriarcado que dominaba el séptimo arte desde las productoras hasta los medios que lo cubren. Eso lo sabe bien la periodista Desirée de Fez, crítica de cine especializada en fantástico y sus derivados, que ha escrito el libro más personal y valiente que un servidor ha leído en años. En él se repasan una serie de títulos clave del género que sirven de bisagra a momentos de su propia biografía. O quizá es al revés: Desirée quiere que la acompañemos por los miedos que la acosan desde niña y hasta la actualidad, miedos que remiten a films como “Crash”, “La profecía”, “Carrie”, “La posesión”, “Prevenge” o “La semilla del diablo”, entre otros. Miedos que un hombre lee y a través de los cuales ve el cine –y por lo tanto, el mundo– de otro modo. Nunca podremos –los hombres– entender la maternidad desde el punto de vista animal/hormonal, jamás sabremos lo que es tener la regla por muy comprensivos que queramos ser con nuestras parejas y en la vida comprenderemos lo que significa volver a casa de noche con un miedo atroz a ser acosados, atacados, violados. Pero ellas sí, y Desirée lo transmite de un modo increíble.

No es nada fácil hablar de uno misma y de su familia, de tu marido y tus hijos, de tus suegros y amigos, de tus exparejas y tus compañeros de profesión. Y menos hacerlo apoyándose en personajes de películas, escenas o declaraciones de directores sobre las mismas. Y que funcione. Y que salga publicado y que todas esas personas de las que has hablado puedan leerlo y enterarse de todo. Reina del grito –que arranca algo lento pero despega hacia la mitad y logra cotas altas cuando la autora se muestra más directa, dando rienda suelta al humor y a la mala uva– contiene un impagable el capítulo donde “El exorcista” se convierte en una película que yo nunca he visto porque no la he visto desde los ojos de Desirée y me fascina cómo la desgrana, la analiza y la convierte en lo que realmente es. Ya solo por eso vale mucho la pena leer este más que disfrutable libro.