Joy Division: Placeres y desórdenes
Libros / VV.AA.

Joy Division: Placeres y desórdenes

7 / 10
Luis J. Menéndez — 23-08-2018
Empresa — Errata Naturae

En uno de los once ensayos que componen este libro, aquel en el que Eduardo Guillot analiza el peso del legado de Joy Division en nuestro país, el periodista valenciano se pregunta si efectivamente la banda de Manchester ha llegado a alcanzar un amplio reconocimiento en nuestros días. Con una serie de ejemplos el autor parece concluir que Ian Curtis y sus compañeros todavía distan mucho de acompañar a los Beatles, Stones, Led Zeppelin, Sex Pistols, Nirvana y unos cuantos nombres más a la hora de configurar el Olimpo del pop y el rock clásico. Es de suponer que los editores de este libro -que hace un tiempo ya publicaron un volumen centrado en The Smiths con similares premisas- hicieron una reflexión similar antes de lanzarse a esta aventura y probablemente llegaron a las mismas conclusiones. Se entiende pues que Placeres y desórdenes, lejos de enfocarse a aquellos que han escuchado a la banda de forma epidérmica, se convierte en lectura para iniciados en la que el acercamiento al mito de Curtis resulta en realidad profundización y se hace desde enfoques bien distintos y con suertes también diferentes.

Dos destacan por encima del resto: por un lado la sobriedad periodística de Jon Savage, uno de los pocos plumillas que pueden presumir de haber contribuido a construir la historia del grupo durante sus escasos cuatro años de existencia. Puede que a estas alturas Savage no cuente nada que no sepamos, pero sigue narrando alto y claro, intercalando recuerdos, voces protagonistas, datos biográficos y apreciaciones con la perspectiva que da el tiempo.

Otro maestro de la prensa musical británica además de destacado pensador -Mark Fisher (1968-2017)- aporta No más placeres, un texto que paralelamente también vio la luz hace unos meses en Los fantasmas de mi vida, volumen recopilatorio de diversos textos con coartada musical firmados por Fisher y publicado en castellano por Caja Negra. Su aproximación a la obra de Joy Division parte de la propia experiencia como víctima de una severa depresión que le angustió durante buena parte de su vida y que, como a Curtis, terminó por abocarle al suicidio. Más allá del dato -por otra parte muy revelador- ningún otro de los autores del libro alcanza a lo largo del mismo el nivel de intimidad que Fisher demuestra con la música y los textos de la banda.

Citaba antes el capítulo que Eduardo Guillot dedica a glosar de qué forma se ha representado a Joy Division en nuestro país en prensa, literatura y su ascendencia en otras bandas posteriores. El suyo es un notable resumen que se va algo más allá de las veinte páginas y en el que se comentan diversos artículos aparecidos en revistas como Ruta 66, Rockdelux, Rock Espezial, Vibraciones  o esta misma web pero en el que no obstante se encuentra también algún error de bulto como la omisión del libro con las letras de la banda traducidas por Alberto Manzano y publicado en 1991 por Fundamentos. También barre para casa reivindicando a Carmina Burana y otorgando protagonismo a un grupo a priori tan alejado del universo musical de Joy Division como es La Habitación Roja, ignorando sin embargo a otros de la costa norte como El Desván Del Macho o Cancer Moon que representaron mucho mejor el espíritu de los mancunianos. Un ejercicio de reivindicación que cuanto menos sí hace Garikoitz Gamarra (líder de Ornamento y Delito) en un nostálgico repaso de lo que el descubrimiento de Unknown Pleasures o Closer supuso durante su adolescencia en Bilbao en los tardíos años ochenta y tempranos noventa.

Completan este volumen que se va hasta las 270 páginas diversos análisis de la estetización de la incapacidad en el contexto comercial del rock, reflexiones sobre el arte mortuorio, el ya habitual libre bombardeo de datos e ideas de Servando Rocha o un sentido texto de Antonio Arias en el que, como no podía ser de otra forma, Curtis se da la mano con Morente, Youth y Lorca.

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.