Dame más gasolina

Oro Jondo es el sobrenombre digital de Juan, un chico lorquiano y lorquino que, desde Madrid, se ha propuesto reivindicar la cultura costumbrista española a través de las redes y lo analógico. Su Instagram o su calendario Oro Jondo, lleno de divertidas efemérides, son sus armas para que lo cibercostumbrista se haga con el lugar que merece en nuestra sociedad. Ahora ha aumentado su potencia de fuego. “Dame más gasolina”, su primer libro, es su nueva propuesta para entretenernos y enseñarnos aquello referentes de la España auténtica y de raíz que ahora (tiempos de ecocapitalismo y coches eléctricos) algunos quieren rechazar e intentan olvidar. Por error, por supuesto.

Oro Jondo lucha contra la Damniato memoriae con una escritura fresca, natural y espontánea con la que reivindica la cultura popular española reciente; la que va de Camela a El Pescaílla y que nace con las folklóricas y las cantaoras a mediados del siglo pasado. Aunque hubiera sido lo fácil, Oro Jondo no se queda en los fenómenos que su público objetivo conoce (los más recientes) sino que brilla especialmente en la función revitalizadora de mitos de décadas anteriores. Especialmente recomendable son las secciones de Flamenco Fusión y de Canción Popular Española; auténticos ejercicios de canon, si bien no muy extensos, sí bien comunicados y narrados.

“Dame más gasolina”, que viene editado con todo cuidado por Libros Cúpula (detrás de esta editorial está nada menos que Grupo Planeta y su mimo estético habitual) no es solo una propuesta textual. El cincuenta por ciento del trabajo son los collages de un Oro Jondo que comenzó así –a ritmo de visuales rocambolescos que mezclan a estos “músicos de gasolinera” con una estética kitsch e iconoclasta– su batalla por reivindicar la cultura de todos. Detrás de esto hay una forma nueva y distinta de entender el formato libro que cada vez gana más fuerza entre los creadores buenos de Instagram. Ojalá también la gane entre los lectores. En este caso, “Dame más gasolina” se sitúa entre el fanzine y el ensayo ligero pero inteligente. Inteligente por el momento cultural en el que se sitúa, ya que el costumbrismo está en auge (para mi solazo) e inteligente por el cómo llevarlo a cabo. El trabajo está en la concepción del proyecto y no en el retorcimiento del lenguaje, y por eso es una lectura fácil, propicia y muy recomendable ahora que “llega el calor y los chicos se enamoran”.