Cuentos góticos

Jamás había leído un cuento de Elizabeth Gaskell, y la verdad es que me alegro mucho de haberlo remediado. Un verdadero ejercicio de justicia con una autora a la que no presté atención al editarse este volumen previamente en 2007. Lo bueno que tienen las reediciones, me digo a mí mismo en voz baja.

Diría que Gaskell fue más reconocida por sus novelas (“Norte y sur”, “Cranford”) y sobre todo por su célebre biografía de “Vida de Charlotte Brontë” –obviamente de una de las hermanas Brontë, la mayor de ellas– que por estos nueve relatos góticos que la escritora victoriana publicó entre 1851 y 1861, casi todos ellos sin firmar. Pero el tiempo ha jugado de su parte y la profundidad psicológica que exploró hace tanto tiempo parece haber aportado un aire y un espíritu muy atemporales a estos cuentos.

No hay paja por lo que se refiere a los cuentos incluidos en este volumen, sobre todo en el que mayor atención merece: las ciento treinta y cuatro páginas de “La bruja Lois”, narración de la no por conocida menos impactante historia de la caza de brujas de Salem en el año 1692. Las páginas finales (con la declaración de arrepentimiento) y las palabras concluyentes entre Hugh Lucy y el capitán Holdernesse cierran una reconstrucción dramática brillante y que golpea gracias a la mano brillante de Gaskell.

Podríamos continuar con ese texto de fluir clásico que es “La rama torcida” o las intrigantes “La mujer gris” –posiblemente la más descarnada, al mostrarnos a una protagonista que sufre en soledad– y “La historia del caballero”. Algo atrás queda “Curioso, de ser cierto”, en su apuesta por añadir humor a su historia. En todo caso, para nada desmerece un conjunto que nos descubre una cara distinta e interesante de una artista que no se prodigo demasiado en el mundo del fantástico y de los fantasmas.