Blurry Times

Que un grupo de músicos escriban y facturen canciones por el simple placer de hacerlas, ya habla bien a la claras del contexto, la idea o el desarrollo de un disco como este. La finalidad para algunos de estos músicos no es la meta del éxito como recompensa, ni siquiera subsistir para pagar el alquiler de la furgoneta cuando sales de gira. El deseo máximo es hacer música, como pasaba con las comunas hippies en los sesenta o, una década más tarde, aquellos que se dedicaban a esto por pura diversión. Pero en ningún momento sacrificarán ese deseo de crear por obtener otra clase de réditos incómodos. Es decir, que a estos madrileños llamados Wide Valley podrá enorgullecerles que Mikel Erentxun cite canciones suyas entre sus favoritas o que se les compare con The War On Drugs, incluso que Juanjo González y Brian Hunt les hayan producido entre halagos, pero al final del día lo que realmente les llena es sentarse para tocar juntos. El premio a todo esto es la gratitud a quienes te empujaron a emprender este camino, algo que admite Juanjo González (alma mater del grupo) reconociendo el valor de que su madre le pusiese discos de Led Zeppelin o Nick Cave, y que el siguiente paso fuese regalarle una guitarra. A partir de ahí nace un disco como “Blurry Times”, que desarrolla su línea entre el indie-folk y el sonido americana.

“Blurry Times” son nueve canciones que se disfrutan en un suspiro y que te empujan a darle al play repetidamente. Mientras lo haces, eso sí, presta mucha atención a “Steps”, ese tema que a modo de confesión nos resume mejor que ninguna otra el espíritu candoroso y abierto de Wide Valley.