Tigers Blood
Discos / Waxahatchee

Tigers Blood

8 / 10
Sergio Ariza — 05-04-2024
Empresa — Anti
Género — Alt-Country / Americana

Katie Crutchfield ha ido evolucionando a lo largo de los años de sus comienzos punk, a su paso por el indie rock, hasta abrazar sus raíces sureñas y un toque country, con una evidente influencia de Lucinda Williams, aquí vuelve a dominar esa especie de country alternativo en el que brilla su voz en primer plano y la guitarra de MJ Lenderman, el excelente músico joven de la banda Wednesday, que también se luce en las armonías en la mejor canción del disco, “Right Back to It”, o en la también notable “Evil Spawn”, aunque este “Tigers Blood” está lleno de momentos y canciones notables que confirman que Crutchfield se encuentra en su mejor momento, siendo este un disco continuista con respecto al maravilloso “St Cloud”, pero que está a su altura o, si miramos canción a canción, puede que incluso un poco mejor.

Mucho ha pasado desde sus comienzos en la banda de indie punk P.S. Eliot, junto a su hermana gemela Allison Crutchfield, hasta los primeros discos como Waxahatchee, como “Cerulean Salt”, donde sonaba como una nueva versión de PJ Harvey, hasta llegar a esta nueva época que la ve como uno de los puntales de la Americana, pero siempre ha destacado la pasión que ha puesto siempre.

En este “Tigers Blood” está ayudada por un Lenderman que también comparte esa mezcla de indie y country rock en su trabajo, Spencer Tweedy a la batería o Brad Cook en la producción, repitiendo tras el comentado “St Cloud” y “I Walked with You a Ways” el disco que sacó junto a Jess Williamson, bajo el nombre de Plains, y que también puede ser visto como parte de esta nueva etapa.

En este disco nos encontramos con una compositora que ha depurado a la perfección su estilo, librándose de todo lo innecesario y siendo mucho más honesta y madura en las letras, aquí sus canciones suenan naturales y no estudiadas. Crutchfield pinta vívidos retratos costumbristas de escenas de su vida, peleas nocturnas con la pareja, amistades irreparables, relaciones inestables y desequilibradas, adicciones fuera de la vista pero no de la mente, y es que este es el segundo disco de la artista desde que está totalmente sobria.

Ya sea en los momentos más sentidos y melancólicos como la mencionada “3 Sisters”, “Right Back To It”, “Lone Star Lake” o “The Wolves, o en los más animados como “Ice Cold”, “Bored” o “Crowbar”, donde se nota que también ha estado escuchando a los Drive By Truckers, el disco mantiene un enorme nivel compositivo, aquí no hay una canción que sea menos de un 7.

Mirando en su interior y en su pasado pero sonando totalmente presente, Waxahatchee entrega un disco honesto y valiente con el que es fácil sentirse identificado. En un momento en el que el zeitgeist de la música popular en EEUU se está moviendo hacia las raíces country, como bien demuestran los últimos trabajos de Beyoncé, Adrianne Lenker y su banda Big Thief, el nuevo proyecto de Lana del Rey o la omnipresente Taylor Swift, puede que haya llegado el momento de que Crutchfield lleve sus estupendas críticas a un nuevo nivel de popularidad. Cualquier artista capaz de hacer un disco como este o una canción tan grande como "Right Back to It" se lo merece sin una sola duda.

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