Suponiendo que, presos por la inquietud más salvaje tras nuestras grandes palabras a propósito del último álbum de Neurosis, se lo comprasen, deberían ampliar su discografía –una vez se hayan hecho ya con los largos más interesantes del grupo- con alguna de las piezas de Tribes Of Neurot (ambient oscuro y letárgico) y con los discos en solitario de sus miembros más polivalentes.
Hace unos meses nos referíamos al primer largo en solitario de Steve Von Till y ahora le llega el turno a “Spirit Bound Flesh”, aventura do it yourself del guitarrista. Siguiendo muy de cerca los pasos de su compañero, Kelly abre sus entrañas para dar forma a ocho piezas de un intimismo salvaje, apenas sustentadas por unas notas de acústica, algunos teclados que las salpican y mucha poesía. Poesía oscura, casi gótica, tan cerca de William Blake, Poe o Baudelaire como del slow-core más desolador, canciones que lloran la pérdida de la amada, que claman al cielo por la pérdida de la fe (en “Sacred Heart” lo hace a capella) o que nacen de la más asfixiante soledad. Aunque no se me asusten, este libro en formato compacto vale la pena.
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