Las aventuras de Mikel y Joxean Killerkume en el hiperespacio sonoro continúan. Fieles a su espíritu explorador en constante evolución, en Orbain Unit unen sus fuerzas al saxo lunático de Fernando Ulzion, la batería embrujada de Arra y el bajo tóxico de Txemi Artigas, en una mezcla imposible y a la vez irresistible de texturas. Dando rienda suelta a algunos de los aportes de voces y pinceladas electrónicas que ya mostraron en sus últimos y excitantes directos, añaden las tonalidades ocres, densas, del saxo de Fernando, en una amalgama tensa, siempre amenazante y al tiempo magnética. Pero descartemos hablar de free-jazz, noise o avant-garde y cualquier otro género clasificable. De nada sirve. Al son de un hipnótico y travieso juego de percusiones, esto se asemeja más a un ritual de voodoo. Capaz de alterar tu nivel de percepción y de consciencia. Es material peligroso, altamente adictivo y sí, claro, un verdadero discazo que va mucho más allá de todo lo que les habíamos escuchado hasta ahora. Dientes largos, muy largos, de cara a ese nueva entrega de Killerkume que esperamos con verdaderas ansias.
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