Pacific Afterglow
Discos / Mystic Braves

Pacific Afterglow

7 / 10
Raúl Julián — 03-02-2022
Empresa — Mystic Braves
Género — Pop

Que California ha sido y sigue siendo cuna de magníficas bandas es un tópico tan real como la vida misma, tal y como demuestra el hecho de que continúen surgiendo formaciones que, desde el estado norteamericano, parecen empeñadas en trabajar sus canciones con un cuidado de lo más apreciable. Tal es el caso de Mystic Braves, grupo de momento poco conocido fuera del circuito de la neo-psicodelia y los sonidos revival de la Costa Oeste, pero cuyas virtudes comienzan a ser un secreto a voces que deberían motivar el salto a otro plano.

El combo angelino ya había dado muestras de su buen trazo a lo largo de varios discos previos, incluyendo el debut homónimo de 2012, aquel ‘Desert Island’ (Burger, 14) aparecido al amparo del otrora reputado sello Burger Records, o el más reciente ‘The Great Unkown’ (Lolipop, 18). Ahora regresan a escena luciendo ‘Pacific Afterglow’ (22), en el que la banda se acerca, con excelentes resultados, a una línea de pop cristalino y aspecto retro, generador de vibraciones positivas en la línea de Woods, Parting Lines, Sunset Canyoneers, Wooden Shjips o incluso Tame Impala. Una de esas obras cuya portada resulta representativa del contenido que se esconde tras ella, con colores marcados definiendo una lisérgica y cálida puesta de sol. Una escena que también sugieren composiciones del elepé como “Changing My Colors”, “Never Went Away”, “This Whole World”, “Sundown”, “Lonely Heart”, “Coffee Song” o las casi bailables “Hanging On” y “Out Of Sight”. Julian Ducatenziler y Shane Stotsenberg –únicos miembros fijos del asunto– abren la paleta y apuestan por un filtro más depurado, dejando que optimismo y una encantadora nostalgia tomen el relevo de aquellas preferencias psicodélicas o garajeras mostradas en entregas previas.

Mystic Braves apuntan a formación solvente y fiable, capaz de convencer con cualquiera de sus mutaciones para, sin dispersarse por terrenos poco adecuados, presumir de versatilidad. Es lo que sucede con ‘Pacific Afterglow’, reinvención volteada hacia un pop más claro y luminoso en un disco que alberga el número clásico de diez canciones. Uno de esos lanzamientos carente de cualquier invención, pero cuyas composiciones son capaces de alimentar exponencialmente en base a un contenido tan atemporal y elegante como sabrosón.

 

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.