Mountains (20th Anniversary Edition)
Discos / Mary Timony

Mountains (20th Anniversary Edition)

9 / 10
JC Peña — 06-06-2021
Empresa — Matador
Género — Folk Rock

Hay discos que parecen hechos para escucharse periódicamente, más aún cuando son reeditados. Triste consuelo para el artista que sufre la incomprensión en su momento, pero si el tiempo le sienta de maravilla a un álbum, es buen síntoma. El debut en solitario de la ex Helium (que años más tarde formaría Wild Flag y Ex Hex) es paradigmático. Cómo esta joya de folk introspectivo, indie rock recio y extravagante medievalismo melódico a flor de piel pudo ser ignorada o machacada en su momento (Pitchfork la despachó sumariamente con una nota de 4,7…) nos recuerda lo delgada que es la línea entre el éxito y todo lo demás. Y lo extemporáneos que son discos hechos desde las tripas más que desde el cálculo.

En 1998 Helium, la banda de Mary Timony, había terminado la que sería su última gira. La norteamericana no pasaba por un buen momento: a su timidez patológica y el final de su grupo se añadía la incapacidad para integrarse en la industria, no digamos vivir de la música. Sumemos trabajos de mierda, rupturas sentimentales, enfermedad y muerte a su alrededor. Volcarse en su lado más introspectivo le sirvió para exorcizar los demonios de la depresión en un disco que veinte años después suena pletórico en su rara y frágil sinceridad juvenil.

Reacia a encasillarse en el indie canónico, la de Washington D.C. se alió con la ingeniera y batería Christina Files (Victory At Sea) para desplegar su talento compositivo en su dimensión más cruda y personal, pero también fantasiosa. Gran parte fue grabado en la antigua fábrica del downtown de Boston donde vivía Files, lo cual le da un carácter que estos años han engrandecido: entre el piano fantasmal desafinado de la confesional “Dungeon Dance” (gran título) y el desahogo eléctrico de “Rider On The Stormy Sea” hay canciones mayúsculas como “The Bell” o “1542”, que aupaban a Timony como una de las compositoras más personales de su generación. Pocos lo vieron entonces: apenas dos años después, “The Golden Dove” sería su canto del cisne con Matador, que ya estaba a otras cosas.

Honra al sello que, con motivo de su veinte aniversario, haya reeditado “Mountains” en lujosa edición en doble vinilo que incluye cuatro cortes adicionales de aquellas sesiones y máster de Bob Weston (Shellac), quien lo mezcló originalmente. Hoy brilla como un álbum mágico y al margen de cualquier moda, en el que el lenguaje indie se expande entre lo contemplativo, lo onírico y esas melodías certeras marca de la casa.

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.