Nothing's Gonna Stand in My Way Again
Discos / Lydia Loveless

Nothing's Gonna Stand in My Way Again

8 / 10
Don Disturbios — 16-10-2023
Empresa — Bloodshot
Género — Alt-Country / Americana

Reconozcámoslo, a Lydia Loveless no la teníamos en el radar de la revista como su carrera merece. Seis discos con los que ha ido apuntalando un prestigio a base de rock americano, country-rock y canciones sobre corazones rotos y botellas de bourbon que se ven siempre medio vacías. Sin embargo, hay algo en este nuevo trabajo de la de Ohio que me ha despertado mucho el gusanillo del disfrute. Y es que Lydia Loveless parece haber alcanzado con este “Nothing's Gonna Stand in My Way Again” una madurez compositiva capaz de mirar de tú a tú a compañeros de profesión y estilo como Jason Isbell, Nikki Lane o Margo Price.

Lydia Loveless acaba de grabar su mejor álbum de calle. Un disco en el que ha sacado a pasear vulnerabilidades teñidas de grandes dosis de sarcasmo. Un disco en el que puede combinar frases tan duras como: “Cada vez que conduzco por la autopista quiero girar el volante hacia la derecha”, expresando sin ambages esas ideas de suicidio que, de vez en cuando, pasan por nuestra cabeza, junto a otras en las que expresa su desasosiego vital como: “Sé que no estoy salvando el mundo, pero tengo que vivir en él”. Y todo ello lo hace bajo el paraguas melódico de unas canciones que en ningún momento rehuyen el evidente interés por agradar al oyente. Diez temas de estructura clásica que se adaptan como un guante al tono vocal, meloso pero aguerrido, del la propia Lydia Loveless.

“Nothing's Gonna Stand in My Way Again” es un regalo de disco que pasa por diferentes estilos. Del power-pop saltarín de “Poor Boy“ al más almibarado de “Do The Right Thing”. Del medio tiempo delicado con el piano como protagonista (“Runaway”) al rock americano más correoso (“Toothache”) o pasional (“French Restaurant”). Aunque, si hay una canción que merece una mención especial, esa es “Sex And Money”, con esa evidente carga pop que incluso se la podría imaginar, sin desentono alguno, en el set list de The Bangles o Cyndi Lauper.

“Nothing's Gonna Stand in My Way Again” es uno de esos discos que entran como una rápida y fresca exhalación pero que, a diferencia de otros, perdura en el recuerdo. Un álbum que te deja un enorme sabor de boca gracias a la clarividencia melódica sobre el que está perpetrado, y a ese bascular por diferentes estados sin perder de vista la intención de agradar. Algo que no está al alcance de todo el mundo y que a Lydia Loveless le ha costado la friolera de  seis discos alcanzar.

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