Etorkizuna ginenean
Discos / Leihotikan

Etorkizuna ginenean

8 / 10
Holden Fiasco — 18-12-2023
Empresa — Txorimalo Records
Género — Punk Rock

Treinta años viendo el mundo desde su ventana y describiéndolo con agudeza y brillo. Leihotikan entrega, ahora, un disco que conmemora el recorrido que han hecho durante ese largo viaje, al mismo tiempo que demuestra la vigencia de su mirada.

Todos sabemos, a estas alturas, lo que significan Leihotikan. Si hubiera algo así como una enciclopedia interactiva de la música en Euskadi, al buscar en la p de punk melódico en euskera, seguro que te salía su nombre, no solo como ejemplo, casi como sinónimo. Desde el principio estuvieron como a caballo entre el rock radikal vasco, el hardcore melódico y el punk-rock de estribillos repetibles. Si se me permite seguir haciendo referencias que pretenden ser ingeniosas, se podría decir que han sido la aerolínea musical que comunicaba Euskadi con California. Siguiendo con la falta de ingenio, si apareciera alguien que me obligara a definirles con un par de ideas básicas, probablemente, lo haría así: tocar rápido y fuerte y hacerlo siempre con melodías que permitan tararear y memorizar las composiciones. Eso sí, si me dejaran, añadiría, en plan listillo, que algo que, a veces, se ha pasado por alto ha sido su capacidad para escribir letras incisivas, bien encajadas en las líneas del verso y la estrofa.

Todo esto, como no podía ser de otra manera, también se encuentra en este nuevo disco, de título “Etorkizuna ginenean”. En el disco se aprecian las cualidades que les han hecho tan reconocibles en la escena, pero, al mismo tiempo, también se registran matices frescos que enriquecen ese legado y convencen de su actualidad. Lo sacan, por cierto, con Txorimalo! Records, que creo que son ellos mismos, como quien dice. Y esto sucede por el cierre de la disquera Gor, con la que habían trabajado hasta ahora. Lo han grabado en Zestoa, en los estudios Gaztain, y han contado con Víctor García para la masterización y con Ander Xabier Tejada para el diseño gráfico. El último nombre que deberíamos resaltar en este breve repaso a los créditos del disco sería el de Gorka Urbizu, quien ha hecho labores de producción. Su mano se nota en el sonido, en cierta diversidad estilística y en la riqueza de detalles que se aprecia en el conjunto final de las canciones. O, al menos, así lo he oído yo y por eso he sacado esas conclusiones. Si me equivoco, me disculpo de antemano.

La velocidad en la ejecución, sin repeler la trama melódica, se percibe desde el inicio, con “Zaila”, que rebosa caña y vértigo, aunque la prontitud es incapaz de despeñar una letra que permanece sólidamente incrustada. Esta es igual una melodía más áspera, puede que porque el tema lírico ahonda en los disgustos presentes en este mundo moderno, mientras que, por ejemplo, la línea melódica es más golosa en “Etorkizuna ginenean”. Esta canción camina sobre una percusión contundente y parece navegar entre la nostalgia y la serenidad para proponer una mirada que se sustenta en ricas imágenes. En la misma línea están otras como “Armarik ez dut baina…” o “Azken Misioa”, aunque, esta última, a este oído sordo que esconde, como ya he dicho, un ingenio pobre, le recordó un poco a unos Itoiz subiendo al máximo el volumen de la distorsión. El hardcore revienta una experimental “Askatasuna”, donde las líneas de bajo y el uso punzante del castellano le dan aún más originalidad. Los matices que mencionaba al principio pueden apreciarse en las partes vocales, como en “Zu Gabe”. El amor es un tema universal que trasciende lo específico y eso también rige el desarrollo de “Betidanik eta Betiko”, con voz femenina en los pliegues. Quizás, si se me permite, la más original sea “Izaeraren Erreka”. Con una letra densa pero inspirada, se alejan un poco de su zona de confort, me parece, pero sin renunciar al empuje y la instigación.

En esta última canción, riman con plurales, lo que me parece muy oportuno y simbólico, y anuncian que no tienen intención de perder la inocencia. Si esta se entiende como el entusiasmo por seguir creando y descubriendo, el disco lo atestigua con rotundidad. El tiempo puede pasar, siempre va a pasar, y puede que ya no seamos el futuro, pero nadie impide que sigas dibujando la cartografía de tu vida, como ellos mismos cantan.

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