La Luz
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La Luz

7 / 10
Raúl Julián — 28-10-2021
Empresa — Hardly Art
Género — Pop

Casi sin darnos cuenta y amparada por la discreción que ofrece ese segundo plano de popularidad desde el que se maneja, Shana Cleveland presenta el que ya es su cuarto disco al frente de La Luz. Una serie interesante que comenzó en 2013 con ‘It's Alive’ (Hardly Art, 13) e incluye en su haber ‘Weirdo Shrine’ (Hardly Art, 15) y ‘Floating Features’ (Hardly Art, 18), títulos con los que el combo despertó interés entre medios y público, tras ese mencionado estreno que insinuaba qué tipo de atractivo podía llegar a ofertar las de Seattle.

En la presente entrega, el cuarteto alarga con despreocupación y sin mayores pretensiones todas esas especificidades artísticas que, a estas alturas, son santo y seña inequívoco de su música. ‘La Luz’ (Hardly Art, 21) es, por tanto, un disco continuista que evita apostar por grandes cambios o asumir riesgos adicionales, si bien el conjunto insinúa una dosis añadida de madurez, seguramente derivada de aquella experiencia previa depurada con el paso del tiempo. Sea como fuere, este álbum homónimo incide en las principales premisas manejadas por Cleveland y compañía, con un pretendido (pero cuidado) aspecto de baja fidelidad y sólidas líneas melódicas no exentas de delicadeza gracias a la interpretación vocal de la autora, todo ello bañado en pop y psicodelia ligera. Una docena de nuevos temas que a su vez destilan influencias como las de Stereolab, The High Llamas, Saint Etienne, The Velvet Underground & Nico o The Shangri-Las. Son canciones algo místicas y de pretensiones hipnóticas, entre las que destacan piezas como “The Pines”, “Oh, Blue”, “Here On Earth”, “Lazy Eyes And Dune”, “Goodbye Ghost” o el sugestivo medio tiempo “Watching Cartoons”.

A estas alturas,La Luz parece haber sacrificado cualquier atisbo de efecto sorpresa, al menos en cuanto a giros importantes se refiere. Una decisión que hace que su sonido sea cada vez más reconocible, pero que al mismo tiempo puede llegar a tornarlo reiterativo. Es lo que sucede, también, con el trascurrir de las canciones incluidas en ‘La Luz’. Algo que en realidad ya sucedía en entregas previas y que, en cualquier caso, no supone un lastre tan pesado como para que impida que la referencia dibuje con su contenido una cálida puesta de sol en el horizonte.

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