Buitres
Discos / Diamante Eléctrico

Buitres

7 / 10
Sergio Galeano — 26-09-2018
Empresa — Altafonte
Género — Pop-Rock

“Si ya no soy lo que fui, si te llevo a donde voy. El diablo sabe mi nombre, ya no me puedo esconder.” Así comienza el más reciente trabajo de los colombianos Diamante Eléctrico. En cierto modo, parecen reconocer un ligero cambio de dirección en su identidad. Abiertamente y desde el primer acorde se evidencia un alejamiento del rock enérgico y distorsionado para entregarnos un sonido más melódico, cercano al pop-rock y la electrónica. Difícilmente este viraje podrá enojarte, la frescura de su sonido resulta tan adictiva como el azúcar.

"Buitres" (18) es su cuarto álbum de estudio, editado por Altafonte y la propia banda: Juan Galeano, Daniel Álvarez y Andee Zeta. Su predecesor, La Gran Oscilación (Mercado Negro, 16) fue alabado por la crítica, posicionando a la banda en la escena internacional como una esperanza cruda y psicodélica del nuevo rock latino. Como peculiaridad, cabe decir que es el primero que graban por pistas individuales; durante varios meses se encerraron en Nébula Estudios (Bogotá) para dar forma a las canciones, la mezcla corrió a cargo de Brandon Bost en Electric Lady Studios, (NYC). La ilustración de la portada fue diseñada por la norteamericana Alison Mosshart, conocida por su faceta como vocalista en The Kills y The Dead Weather. En sus seis años de carrera han recibido aplausos de todos los colores, tres premios Grammy y varias giras internacionales que otorgan confianza suficiente para seguir creciendo de manera natural.

Volviendo al álbum, “Hacia la noche” y “Rotos” son la primera muestra de su buena onda: estribillos de fácil recuerdo y estrofas bailables son la tónica. El pegajoso riff de guitarra de “El Naufragio” y el extraño sonido de “Nefertiti” no hacen más que subir el nivel. Hacia la mitad del disco, canciones como “Casino”, “Oro” y “Mérida” conformarán el tramo más pesado de escuchar para los acérrimos al antiguo sonido; ciertamente, también consiguen homogeneizar un ambiente tranquilo pero fresco que tiene poco de criticable. Además, destaca “Buitres”, la canción que da nombre al disco, y “No me lo pidas”, interpretada en colaboración con Flor de Toloache, donde las mexicanas imprimen un aire mariachi al pop de los bogotanos; el resultado es un combo sonoro que abre una nueva vía de experimentación para una banda que parece no querer conformarse simplemente con que todo salga bien, como buenos buitres siempre quieren más.

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