Open Your Eyes
Discos / David Hasselhoff

Open Your Eyes

5 / 10
Carlos Pérez de Ziriza — 08-10-2019
Empresa — Cleopatra
Género — Rock

El anuncio de este álbum fue quizás el mayor OMG (o mejor dicho, un sonoro WTF!) que hayamos esbozado en las últimas semanas quienes andamos relativamente al tanto de lo que se cuece en el ámbito del pop y el rock internacional. ¿David Hasselhoff marcándose un álbum de metal con invitados de campanillas y remozando un temario ajeno que va del mainstream a lo – relativamente – alternativo? Pues sí, pero no. Como si le hubieran dejado solo con un micro a las puertas de un apetecible karaoke en pleno Las Vegas, el ex vigilante de la playa y ex conductor del coche fantástico (sí, con una vasta discografía a sus espaldas, no nos vayamos a olvidar) nos dedica una buena vacilada que navega entre el punk gótico, el hair metal, el hard rock, el after punk y el country rock: todos géneros de pelo en pecho – nunca mejor dicho – excepto los que asoman en un tramo final que desvela su vena más kitsch, con el bubblegum pop de los Archies (“Sugar, Sugar”), y una inenarrable “Sweet Caroline” (Neil Diamond) a la que presuntamente añaden ingeniería industrial los Ministry. Sí, tal cual. Ah, y el inevitable ramalazo crooner del “That's Life” de Sinatra, algo que no podía faltar: sería como un concierto de Bertín Osborne sin ninguna ranchera.

El reguero de viejas glorias venidas a menos que colaboran con él en este álbum es de los que podría invitar al pasmo, pero su presencia queda tan licuada que prácticamente resulta insignificante. Parecen un puñado de mercenarios, sin ningún mando en plaza. Apenas los seis o siete segundos en los que James Williamson (Stooges) emerge con un solo de guitarra en el tema titular (versión del clásico de Lords of The New Church) o el ratito en el que Eliot Easton (The Cars) hace lo propio en una “Head On” (The Jesus & Mary Chain) con menos mordiente que un crío al que aún no le han salido sus primeros molares. Dice el actor y cantante que este disco viene a celebrar el treinta aniversario de la caída del Muro de Berlín y lo mucho que acercó (es un decir) a Alemania, Reino Unido y EEUU. Y a denunciar las corruptelas de quienes nos gobiernan. Un canto a la paz planetaria, vaya. Bonito es. O podría haber sido.

Se trata de un brindis al sol, porque ya no es que ni una sola de estas trece relecturas brinden un gramo de singularidad, es que además todas suenan prácticamente iguales, poco importa que se trate de remozar el “Lips Like Sugar” de Echo & The Bunnymen con A Flock of Seagulls, el “Heroes” de Bowie con Tyler Bates (venga, esta algo más sintetizada, y con algún fraseo en alemán, que siempre se le dió bien aquel mercado), el “Jump in My Car” de Ted Mulry con Todd Rundgren, el “Here I Go Again” de Whitesnake con Tracii Guns o – y esto sí que es de verdad heavy metal – el “Rhinestone Cowboy” de Glen Campbell con Charlie Daniels (que se lo escuchen todos los horrorizados fans de Springsteen que ponen el grito en el cielo por el último trabajo del Boss) o el “If I Could Read Your Mind” de Gordon Lightfoot. Todo suena exactamente igual, sin un mísero cambio de tempo ni un giro vocal propio, y con la misma pátina sintética, tan caduca como las radiofórmulas a las que hubiera apelado hace unos cuantos años. Así las cosas, puede que la toma del jaranero“Mit 66 Jahren” del austriaco Udo Jürgens, con el suizo Patrick Moraz (Yes), celebrando el paso del rubicón de los 66 tacos, sea lo único que tenga de verdad sentido en un disco en cuya grabación él se lo debe haber pasado infinitamente mejor que el sufrido oyente.

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