Utopian Ashes
Discos / Bobby Gillespie And Jehnny Beth ...

Utopian Ashes

8 / 10
JC Peña — 02-07-2021
Empresa — Sony Music
Género — Soul
Fotografía —

Conviene no enterrar prematuramente a gente como Bobby Gillespie: el exbatería de los primeros Jesus and Mary Chain pasó a ser frontman de un monstruo del rock visceral con el que lanzó al menos tres discos inolvidables. Y es verdad que hace tiempo que Primal Scream está en piloto automático, pero este álbum descarnado y maduro en el buen sentido puede funcionar como sacudida. Que un vocalista tan limitado como el de Glasgow se mida en las distancias cortas con un prodigio de expresividad vocal como la de Savages tiene su mérito. Más aún cuando Bobby, que sabe a dónde puede llegar, no sale malparado del reto.

Los que no entendieron el viraje de Primal Scream desde el rompedor y semi electrónico “Screamadelica” al desfase sureño de “Give Out But Don´t Give Up” enarcarán de nuevo la ceja: Gillespie (y los músicos de Primal Scream casi al completo) tiran de fuentes clásicas para reverdecer la tradición de duetos del country y el soul. Pero el material manda, y por primera vez en años Gillespie y sus aplicados secuaces (músicos de primera) tienen entre manos canciones que les motivan; ayuda la presencia catártica de Jehnny Beth, cuya incursión en aguas mucho más clásicas de aquéllas en las que acostumbra a navegar le saca un lado que no conocíamos.

El desamor conyugal y sus desastres colaterales (según Gillespie, autor de las letras, se trata de personajes construidos para la ocasión, más que de incómodas confesiones autobiográficas) es el combustible del que se nutre un álbum que definen como “adulto”, y en el que las voces del escocés y la francesa se complementan a la perfección. Difícil ponerle peros a canciones redondas como “Chase It Down”, con sus latigazos de soul disco, el vals triste coheniano de “English Town”, la descarnada “You Don´t Know What Love Is” con sus cuerdas, el country triste de “You Can Trust Me Know” o la crepuscular y emocionante “Remember We Were Lovers”.

Ni siquiera molestan los aires obviamente stonianos de “Your Heart Will Always Be Broken”, o que en la sesentera “Stones of Silence” a Bobby se le escape un atisbo de la melodía de “Dancing Barefoot” de Patti Smith; por poner un pero, la rendija de luz melódica que se infiltra en “Living A Lie” (“We lie just to stay alive”) y “Sunk In Reverie” parece forzada para un álbum cuya desolación destila la sabiduría de quienes han vivido lo suyo.

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