The American Negro
Discos / Adrian Younge

The American Negro

7 / 10
Eduardo Izquierdo — 30-03-2021
Empresa — Jazz Is Dead
Género — Soul

En 2000, Adrian Younge debutaba con el EP “Venice Dawn”. Desde entonces, este multiinstrumentista y auténtico genio ha publicado, contando singles, EP’s, remixes y LPs la friolera de cuarenta y un lanzamientos. No está mal, teniendo en cuenta que habitualmente se ocupa no solo de componer y cantar, sino también de producir o tocar, si no todos, la mayoría de los instrumentos que dan forma a sus discos. “The American Negro” es, por tanto, la referencia número cuarenta y dos de las suyas, definida en sus propias palabras como “una crítica sin complejos, que detalla la psicología sistémica y malévola que aflige a las personas de color. Este proyecto analiza la química detrás del racismo ciego, utilizando la música como medio para restaurar la dignidad y la autoestima de mi gente. Debería ser evidente que cualquier examen de la música negra es un examen de la relación entre los estadounidenses blancos y negros”. Algo que se percibe desde el primero de los fragmentos hablados, y hay unos cuantos, que se intercalan entre las canciones de este disco conceptual o desde su misma portada, que reproduce el linchamiento de un afroamericano.

Convertido en una especie de Gil Scott-Heron actual, con ganas de retransmitirnos televisivamente la reciente revolución, a través de las trasngresoras veintiséis pistas que integran el trabajo, Younge se la juega. Arriesga, y gana. No por goleada, pero gana. Con cierto deje cinematográfico, sus palabras ponen el foco en la doble moral y la doble conciencia de los americanos, y apunta directa a la línea de flotación del sistema. Mientras, las melodías transitan entre el hip hop, el rap, el rhythm & blues e incluso algún ritmo africano que compactan la propuesta. Quizá esta solo peque de su extensión. Porque, aunque de corte reducido, hay un momento, a pesar de lo bien documentadas que están las intervenciones habladas, que estas lejos de meterte en el concepto perseguido por el álbum acaban, por repetición, sacándote de él. Quizá eso explique que el mismo haya tenido críticas diversas. Así, en la red se pueden encontrar desde críticas que lo señalan como un pastiche fallido hasta auténticos panegíricos. Servidor se queda a medio camino. Ni lo uno ni lo otro. Falla en cosas, pero también acierta en muchas otras y, aunque sea también por su buena intención, vamos a darle una buena nota. Eso sí, su escucha no es fácil. No esperen música directa y de entrada sencilla. Preparen bien su escucha, encuentren el momento adecuado, y les sentará mejor.

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