Si dos terceras partes de Liquid Machine no quisieron cortar relaciones es porque allí aún había madera e ilusión. Por eso, tras la incorporación de un tercero más a bordo y de un más que lógico cambio de nombre, su vuelta como Spiffhaus significa un más que interesante giro musical decantado hacia lo progresivo y a cierta experimentación. Si antes eran capaces de regalarnos riffs antológicos, ahora su trayecto vira en pro de desarrollar toda una espiral de caminos tortuosos, con múltiples eslabones a determinados faros de la progresía del rock y el vanguardismo, donde el cúmulo de intensidades y juegos discursivos les enzarzan en una accesibilidad dificultosa, pero que una vez abierta y explorada es de esas que más satisfacciones produce. Lejos de aspavientos, la suya es una combinación de fuerzas que insta al oyente a visitar en un mismo viaje tanto las cavernas de King Crimson como las simas de This Heat. Un notable debut –masterizado por Bob Weston- con vocación de abrir mentes y capaz de desconectar de las tendencias actuales con gran destreza.
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