THE FIRE THEFT
Conciertos / The Fire Theft

THE FIRE THEFT

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Redacción — 28-01-2003
Fotografía — Archivo

Sala: Graceland (Seattle, USA) · Fecha: 21-01-03 · Estilo: emo · Público: sold out

Llegamos a Seattle a las doce de la mañana, Carrie Whitney y Matt Matsuoka (The Hit) vinieron a recogernos al aeropuerto. Una vez en el coche nos dirigimos a casa de Carrie y Dave Larson a dejar el equipaje. Después de darnos una ducha, Pep Masiques (Madee) y yo nos fuimos a comer y a dar un paseo por el downtown. Después del paseo turístico de rigor, Matt nos recogió y fuimos a casa de William Goldsmith y Jeremy Enigk. Al bajar del coche, vimos a Jeremy llegar a bordo de su VW Escarabajo modelo años sesenta. Me dijo “Hey, Ramone!” y me abrazó, le presenté a Pep y nos invitó a entrar en casa. El resto de la banda estaba en el sótano ensayando. Bajamos y nos fuimos presentando a los miembros de la banda: primero al guitarrista Billy Dolan (5ive Style/Heroic Doses), después al teclista Brad Wood (productor de Liz Phair y Sunny Day Real Estate entre otros), al bajista Nick Macri (miembro de Euphone que ya tocó en el último tour de SDRE), hasta que llegamos a Will, que me brindó otro abrazo. Goldsmith estaba muy emocionado con los dos conciertos que iban a dar esa semana, sobre todo teniendo en cuenta que era la primera vez que actuaban tras dos años en el dique seco. Les dejamos para no molestar, aunque escuchamos el final del ensayo: tocaron dos temas nuevos que no estaban incluidos en la maqueta que escuché en noviembre. El primero se titula “Heaven”, en él Jeremy toca el piano y canta a la espera de que al final entre toda la banda con un toque muy The Who que nos puso la piel de gallina. El otro es “Rubber Bands” y se trata de una pieza muy progresiva en la línea de los Sunny Day del “Pink Album”. Tras el ensayo, nos reunimos todos arriba y pasamos la noche charlando y bebiendo cerveza y vino blanco hasta que llegó la hora de retirarse a dormir. Will nos invitó a dormir en su casa, pero no quisimos abusar de su hospitalidad. El martes nos presentamos en Graceland (el local en el que actuaban). La cola era impresionante, daba la vuelta a la manzana. Tres cuartos de hora más tarde llegábamos a la puerta. Dimos nuestros nombres (estábamos en la lista de invitados). Allí nos encontramos con Matt Matsuoka, armado con una cámara listo para filmar el concierto. Primero tocaron Verona, un joven grupo local que aguantaron el tipo bastante bien. Después de que los teloneros abandonaran el escenario aparecieron The Fire Theft para montar el tinglado de pedales y batería. Cuando apareció Enigk la gente se volvió loca (estaba cantado). El repertorio empezó con la majestuosa “Uncle Mountain” (otra vez la sombra de “Quadrophenia”, disco de referencia en la estantería de William), que también abre el disco. Billy Dolan tuvo problemas y no pudo tocar, así que, una vez interpretada, Goldsmith preguntó si la podían tocar de nuevo, el público asintió y volvieron a la carga con Dolan incorporándose y sabiendo de antemano que tenían al público en el bolsillo. Sonaron simplemente brutales. Después siguieron con “Oceans”, la preciosa "Summertime"... los nuevos temas fueron sonando increíbles y Jeremy está en plena forma, me atrevería a decir que canta mejor que nunca; temas como "Carry You" y "Hands On You" lo demostraron. Al llegar a "It´s Over" (el tema que habían colgado hasta hace poco en su website) la gente volvió a gritar de emoción, claro está que porque era la única canción que conocían. Yo tenía más suerte, puesto que antes había tenido la oportunidad de escuchar el disco unas siete veces, con lo que pude comprobar que los temas mejoran incluso en directo. A “It´s Over” le siguieron “Houses”, “Chain” (me encanta esta canción) y “Sinatra”, que puede escucharse en www.thefiretheft.com. Acabaron con Jeremy al piano en “Heaven”, impresionantes, sinceros. Volvieron con un bis, diciéndole al público que no tenían preparado nada más que “Rubber Bands”. Creo que pocas veces he visto a un grupo mostrándose tan agradecido con su público como ellos, sin mostrar soberbia en ningún momento, sino más bien al contrario. Espero que pronto decidan con qué discográfica van a editar su disco (aún por acabar y con las guitarras de Billy por añadir) y que actúen de una vez por todas en nuestro país. Imborrable.

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