The Duke and the King en la Plaça del Rei
Conciertos / The Duke And The King

The Duke and the King en la Plaça del Rei

8 / 10
Don Disturbios — 23-09-2009
Empresa — BAM
Sala — Plaça del Rei
Fotografía — Dani Cantó

La Plaça del Rei es un precioso marco, ideal para acoger propuestas acústicas que giren alrededor del folk. Pero precisamente por lo insigne y maravilloso del lugar, corres el riesgo de que te quede grande. Algo de eso les sucedió a los primeros invitados de la noche. El folk tradicional, entrañable y de estar por casa de El Petit de Cal Eril, consciente de la importancia de la cita, se rodeó de invitados de lo que sin duda está constituyendo una escena cada vez más a tener en cuenta en Catalunya. Músicos de Anímic, Òliva Trencada i el Espaldamaceta arroparon a los de Guissona i en especial a un carismático Joan Pons (cantante, guitarra y compositor) en lo que debía ser una celebración por todo lo alto y que al final acabó resultando más una "merendola" de la colla. Sonaron "Els Gats 2" (con guiño en la letra relativo a tocar en el BAM) y la preciosa "I les sargantanes al sol" con las que demostró que todavía les queda recorrido y que pueden crecer mucho más. Algo parecido le sucedió a la siguiente invitada de la noche. Annie B.Sweet es todo un diamante en bruto por pulir. Su registro vocal es prodigioso e hipnótico y su imagen de dulzura con un punto de ingenuidad, enamora, pero esa sensación de inseguridad que la envuelve no le hace ningún bien. Se presentaba con banda que la arropaba a ella y a sus canciones y la verdad es que le sienta bien. La pega es que en algún momento dio la impresión de que faltaban más ensayos para sonar todo lo conjuntados y sólidos que debieran. Algo que consiguieron sólo en contadas ocasiones, como en la preciosa "Motorway" y por eso, no acabó de meterse en el bolsillo a la audiencia pese a tener todas las bazas paa hacerlo. El que no tuvo ningún problema para contagiar al público fue Simone Felice y su banda The Duke And The King quienes sacaron todo su experimentado desparpajo y oficio para que la gente se lo pasaran la mar de bien, aunque la mayoría desconocía las canciones de ese gran álbum que es "Nothing Gold Can Stay". Empezó el show al igual que su único disco, con "If You Ever Get Famous" y ya desde el principio sorprendió ver la importancia escénica de Nowell Haskins (The Deacon) quién además de tocar la batería situada en primer plano, daba el contrapunto soul a las canciones de Simone, con un potente registro vocal. También hay que destacar a la bella Simi Stone a los coros y el violín, a la que por momentos se la veía un poco pasada de rosca en su papel de "foxy lady" sexy y desatada. Claro que  en su defensa  hay que admitir que en realidad toda la banda luchaba por quitarle el corsé folkie a las canciones, para dotarlas del pulso y la tensión rock que en disco no tienen y que, para acabar de  lograrlo, echaron mano de un atisbo de "Come Together" y un "Helpless" (Neil Young) coreado por el público. Y es que más allá de la técnica y la ausencia total de sobriedad, el alto y desgarbado Simone Felice, nos recordó que el rock es ante todo una celebración, una fiesta y que su escuela con los Felice Brothers ha sido anteponer por encima de todo  la emoción y las ganas de pasarlo bien aunque el resultado pueda acabar resultando algo paradójico a la hora de defender canciones tan delicadas como "Suzanne" (cantada por el entrañable bajista Bobby Bird) o la preciosa "Summer Morning Rain". Y es que viéndoles en directo tienes la sensación de que los temas de un sólo disco tan entrañable e íntimo se le quedan más que cortos para sacar todo el potencial rock que poseen y que por ello hay algo que no acaba de encajar del todo.

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