Leyendas volcánicas
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Leyendas volcánicas

9 / 10
Mikel González — 22-01-2024
Fecha — 18 enero, 2024
Fotografía — Stuart MacDonald - MusicSnapper

Es muy difícil expresar con palabras el impacto que para varias generaciones ha tenido la música de Lisabö, una propuesta que bebía de muchos de nuestros referentes foráneos, pero que al mismo tiempo los integraban en un corpus sonoro propio que se veía reforzado por unos directos (regalados a cuentagotas, como todo en ellos) de puro vulcanismo catártico. Es por eso que la cita del Jueves en la sala Jimmy Jazz se tornaba imprescindible, con la presentación del nuevo disco del sexteto guipuzcoano como añadido. Un "lorategi izoztuan hezur uts bilakatu arte" (2023, biDEhUTS) que según ellos supone la continuación del anterior "Eta Edertasunaren Lorratzetan Biluztu Ginen" (2018, biDEhUTS) y que deviene en nuevo hito para una carrera simplemente histórica.

Abriendo la velada estaban –Gailu, que nos hicieron olvidar el frío del exterior con su heterodoxa y demente propuesta cristalizada en su última referencia "Autosuntsipena Hasia Da 3,2,1... Znort!" (2023, biDEhUTS). El trío formado por Mikel, Drake y Okene, que volvieron a la carga hace un par de años tras dos décadas en barbecho, desplegó un set que como el monstruo de Frankenstein aparecía cosido por múltiples retales sonoros y cobraba vida con la energía de una banda que no conoce límites porque su imaginación es infinita. Industrialismo, spoken word, post-punk, kraut, free-jazz, hip-hop, dub, drum & bass... , todo ello engullido, digerido y vomitado en una masa sónica de mil colores y ejecutada con maestría para moldear un directo que se podía mostrar fiero, hipnótico y sexy al mismo tiempo. Su electrizante parte final con el himno “Euskal Polizia” (sí, hasta ellos pueden tener uno) nos disparaba a la estratosfera y nos recordaba que, por encima de las mil etiquetas que les lanzan encima, esto siempre ha ido de PUNK, así con mayúsculas.

Con el buen sabor de boca de la apertura encarábamos la salida a las tablas de Lisabö, que nos regalaron uno de los mejores directos que servidor les recuerda en muchísimo tiempo. Y es que los guipuzcoanos han conseguido la cuadratura del círculo tocando y compenetrándose mejor que nunca pero manteniendo esa energía seminal que los encumbró a lo más alto, un equilibrio casi alquímico por el que matarían muchas bandas con su solera. Esa trayectoria es la que marca que sus directos funcionen más como una celebración de todo lo andado que como fotograma presente, un biopic en constante movimiento por el que, además de las bondades de su última referencia, volvimos a disfrutar de algunos de los temas más poderosos de discos ya legendarios como "Ezarian" (2000, Esan Ozenki), "Ezlekuak" (2007, biDEhUTS) o "Animalia Lotsatuen Putzua" (2011, biDEhUTS).

Su formación actual invoca un muro sonoro que guiña el ojo a Michael Gira y sus huestes, con ese tectónico juego de espejos entre sus dos baterías y las tres guitarras desplegando una tremebunda maraña angular capaz de combinar hipnotismo con momentos de puro noise amedrentador, y ejecutado por un grupo de músicos que trasladaban pasionalidad y esa complicidad que dan los años y ser consciente de que uno es dueño absoluto de su propuesta. Sin dar tregua y obviando cualquier parón innecesario, fueron construyendo un directo mimético con la mayoría de sus composiciones por su manera de abrazar el in crescendo, llegando a una parte final (bises incluidos) que nos dejó literalmente sin aliento y con la sensación, una vez más, de estar ante una banda histórica. Por 25 años más.

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