A pecho descubierto
Conciertos / Grande Amore

A pecho descubierto

8 / 10
Javier Ramos — 25-09-2023
Empresa — Directos Vibra Mahou
Fecha — 22 septiembre, 2023
Sala — Sala Malatesta
Fotografía — Per Rueda

La vida adulta no es un camino de rosas. Se asemeja más a un sendero pedregoso e irregular, en el que resulta fácil perderse y complicado avanzar con éxito. Es uno de los mensajes que destila la música de Grande Amore, otrora proyecto en solitario de Nuno Pico y hoy convertido en grupo con las incorporaciones de mariagrep y Clara Redondo. Pese a lo tormentoso de sus letras y de sus melodías, lo cierto es que han alcanzado un éxito notable y de ello fue prueba el numeroso público que consiguieron reunir para la presentación en sociedad del nuevo disco, “II” (Ernie, 23), en la Sala Malatesta de Santiago de Compostela y dentro del ciclo Directos Vibra Mahou. Un concierto especial para los miembros de la banda, no solo por la puesta en escena de su nuevo trabajo, sino por la carga emocional que conllevaba la cita.

Era un día de despedidas, de mudanzas y de agradecimientos. Se pudo notar en una duración mucho más larga de lo habitual, el concierto se fue casi a las dos horas, y en los constantes discursos de Nuno. “Si antes de que nos lleve Dios alguien se acuerda de esto, ha valido la pena”, sentenció, segundos antes de acometer a la guitarra las últimas notas de “Vamos enchernos (e vamos falar de cousas)”. Fue la canción que cerró un bolo intenso, por momentos áspero y salvaje, en el que la fiesta desfasada y la angustia existencial caminaron de la mano. Si el cierre fue el clásico, el inicio del concierto estuvo repleto de temas del nuevo álbum. “Indo pa Cristo” abrió la veda, y en seguida la siguieron “Fumando espero y Anos 20”. Todas canciones nuevas, reveladas hace apenas una semana, pero cantadas a gritos por el público, para sorpresa de los tres sobre el escenario. “Nunca se había cantado esta canción así”, afirmó Nuno, complacido, al remate de “Onde ela me quer levar”. Para entonces ya habían abordado más de la mitad de un cancionero con hueco para temas ya clásicos (“Vémonos no baño, 25”), colaboraciones con otros artistas (“Acostumbrao, Mondo Dolore”) o versiones de Los Suaves (“Maldita sea mi suerte”).

De por medio: lluvias de confeti, globos volando y copas de cava regaladas. La fiesta del desasosiego. En directo, la música de Grande Amore se transforma, se torna más visceral si cabe y los filtros que visten la voz de Nuno se evaporan. Gritos desgarrados para letras existencialistas como las de “Ben sabe Dios que o intentei” o “Do meu corpo van nacer outros corpos”, ambas precedidas de largos discursos. “Eu son a noite”, la “mejor” canción que han hecho hasta la fecha a ojo de la propia banda, fue la última antes del bis. Era ya el turno de la habitual despedida: “Esta pena que a veces teño” y la ya citada “Vamos enchernos”. Pogos multitudinarios, crowdsurfing, euforia colectiva. Una suerte de exorcismo colectivo para el cierre, a base de sintetizadores vitriólicos y cajas de ritmos descontroladas.

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