De Benidorm al cielo
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De Benidorm al cielo

8 / 10
Andrea Giménez y Héctor Beltrán. — 31-07-2019
Empresa — Low
Fecha — 28 julio, 2019
Sala — Ciudad Deportiva Guillermo Amor
Fotografía — Liberto Peiró

El Low Festival, edición tras edición, demuestra que no para de crecer: sold out de abonos y entradas de día de las dos últimas jornadas, un cartel versátil y un marco excepcional marcan la diferencia. La fórmula de su éxito reside en una clara preocupación por un cartel sólido y heterogéneo de bandas nacionales e internacionales, así como una atrevida apuesta por los grupos emergentes de calidad que comienzan a despegar. Todo ello sumado a una organización solvente y una buena producción, han tenido como resultado tres grandes días de conciertos de un festival que no cesa de fortalecerse.

Viernes 26 de julio 

En un escenario Jägermeister con propuestas más que interesantes para esta undécima edición, la desvergonzada banda Camellos fue abriendo boca en una primera jornada variada y equilibrada. Sorprendiendo ya desde las primeras horas, con el garage punk por bandera y un buen puñado de letras ácidas, los madrileños congregaron a un respetable número de fans coreando títulos como el de su último lanzamiento “Arroz con Cosas”. Tomándole el relevo desde el escenario Benidorm, The New Raemon resistió a la lluvia que, desgraciadamente,  se impuso durante gran parte de su concierto. Menos mal que su directo respira complicidad con su público y además Ramón Rodríguez supo dar el toque de melancolía indie rock del que están repletas  sus canciones. Hizo un extenso repaso a su discografía, e incluyó ‘Sucedáneos’ en su  set-list, aquel tema que, como explicó el barcelonés, iba a pertenecer al primer disco pero que por no acabar la letra a tiempo tuvo que aparecer en el segundo.

En el escenario Jägermeister  Invaders salieron dispuestos a todo  bajo unos chubascos que no parecían querer marcharse del todo, la cosa se solucionó a base de una buena dosis de rock por parte del grupo valenciano, que hizo sonar su EP de debut "Take Me Home". Por su parte, Mucho inició su actuación dando brillo a los temas de su último lanzamiento "¿Hay Alguien En Casa?", pero cabe decir que su directo que no acabó de cuajar y eso acabó por provocar cierta apatía en un público que no entraba del todo en la faceta más íntima de la cosmología de Martí Perarnau. Solo hacia la segunda mitad la cosa empezó  a remontar con el pase frenético de covers pop de todos los tiempos y las ya clásicas, dentro de su repertorio 'Fue’ y ese canto por la diversidad que es  ‘Putochinomaricón’.

Ya en el  escenario principal los reyes del new wave Dorian desplegaban su tremendo show ante una explanada abarrotada. La banda catalana se hace fuerte bajo los focos, sabe cómo mover a su público y, con un estudiado setlist, la fiesta y el confeti no se detuvo. Despegando con ‘La Isla’ el ritmo continuó con ‘Verte Amanecer’ y, su ya inconfundible, ‘Hasta que Caiga el Sol’ de su último álbum "Justicia Universal". Los momentos de puro clímax se combinaron con los discursos de un Marc Gili ciertamente inspirado y agradecido con uno de los festivales que más ha creído y apostado por su música.

De vuelta al escenario Benidorm encontrábamos a una Zahara pisando el acelerador desde el primer minuto con ‘David Duchovny’. Todo potencia sobre el escenario, la cantante derrochó actitud y magia. Tan aparentemente dulce enfundada en su vestido brillante de lentejuelas, rompió todos los estereotipos entonando ‘Camino a L.A’, una ‘Guerra y Paz’ coreada hasta la extenuación e incluso se precipitó hacia el público de la manera más salvaje posible. Junto a Martí Perarnau, líder de Mucho, acompañando a teclados y coros, ‘Hoy la Bestia Cena en Casa’ tema compuesto por ambos fue el bicho soñado para un gran concierto.

Foals

En el escenario principal, y después de cuatro años sin visitar el Low, el gran reclamo de la jornada hacía su aparición deslumbrante. El cuarteto británico Foals siguió al dedillo el set de canciones habitual de esta gira, fórmula efectiva que combina los antiguos éxitos con los temas más nuevos. De entrada empezaron con ‘On The Luna', una de las canciones más pegadizas de su último trabajo y lo hicieron envueltos en unos visuales de corte onírico repletos de nubes y rodeados de palmeras, aunque pronto nos hicieron saltar al ritmo de los viejos hits como  ‘Mountain At My Gates’ o ‘My Number’. Intercalaron periodos de histeria colectiva en forma de pogos con ‘Snake Oil’ o ‘Inhaler’, mientras que la acertada balada ‘Spanish Sahara’ calmó los ánimos en el momento perfecto. Dos caramelos, ‘Birch Tree’ y la antigua ‘Hummer’ perteneciente a su primer disco fueron dos de los temas rescatados para esta nueva y consistente gira. De diez.

Con la cosa ya caldeada el show de los londinenses Bastille iba a representar toda una garantía con un Dan Smith hiperactivo y entregado. La banda custodia una legión de himnos y sabe cuándo debe hacerlos sonar. Todo ello, además, aderezado con una puesta en escena original que vino coronada por las inevitables ‘Of The Night’, ‘Joy’ y la guinda final de todos sus conciertos, ‘Pompeii’.

De nuevo en el escenario de bandas emergentes, Nova Twins se dejaban la voz y la guitarra, esto último de manera literal, erigiéndose a pulso como una de las propuestas más convincentes de la jornada. El dúo de chicas jóvenes guitarra/bajista sudaron rabia y firme carácter por todos sus poros en unos temas casi gemelos a los de los enervados en su día por Rage Against The Machine, una de sus máximas influencias. Un ejemplo de actitud que dejó boquiabierto a más de uno.

Fischerspooner

Para cerrar el escenario Vibra Mahou, Fischerspooner triunfó con una performance híbrida entre música y danza. Envuelto en una capa negra y acompañado de un bailarín prácticamente desnudo que desataba unas coreografías imposibles, los exitazos se suministraron con cuentagotas, sobre todo la mítica ‘Emerge’ con la que Casey Spooner no dejó de jugar a quitarla y volverla a poner como acostumbra a hacer desde hace años. Dinamismo en estado puro para no dejar de bailar en un intenso primer asalto.

Sábado 27 de julio 

La segunda jornada de festival daba inicio con la cercanía e intimidad de las canciones de Alice Wonder. Tercer festival de la artista, ella misma reconocía que no estaba acostumbrada al gran formato de fiesta que requiere estos eventos. Aun así, se disfrutó de un concierto muy próximo al público, con intervenciones entre canción y canción y algunas baladas que se agradecen de vez en cuando. Se escucharon temas como ‘Take Off’, compuesta cuando solo tenía 17 años o ‘La Apuesta’ que escribió conjuntamente con Guille Galván de Vetusta Morla para la película "¿Qué te juegas?" que quizá se lleve un Goya. Por su parte los sevillanos Full, uno de los infalibles del festival, demostraron en el escenario Benidorm cómo van avanzando posiciones. Su combinación mágica de carisma y dinamismo les han hecho ganarse edición tras edición la simpatía del público con creces.

Desde Buenos Aires, Chancha Vía Circuito y su ayahuasca musical fue, a todas luces, la sorpresa de la jornada. En formato trío y combinados entre sí con una vestimenta folclórica andina, Pedro Canale y los suyos nos sumergieron en un viaje ancestral hacia el centro de la selva boliviana. Sonidos orgánicos, ritmos envolventes y un letargo exótico que contagió a todos, comportó que el sueño electrónico-espiritual fuera tan profundo que un poco más y se dejan su tema más conocido, ‘La Victoria’, que tuvieron que  interpretar recortando su set por falta de tiempo.

Conquistando el escenario principal, los murcianos Viva Suecia descargaron uno a uno lo que ya se han convertido en auténticos hits ante una legión de fans que ya coreaban, incluso, ‘Lo Que Te Mereces’ el adelanto de "El Milagro" que saldrá en octubre. Poco después, Xoel López daba la talla en el escenario Benidorm animando a una tímida asistencia que pronto se triplicó. Con Alice Wonder haciendo doblete esa jornada acompañando a los teclados y los coros, el influyente artista gallego no dudó en hacer un repaso a su discografía desde sus inicios con Deluxe con el tema ‘Que no’, que resulto ser uno de los favoritos del público junto con ese ‘Tierra’ que en directo no hace más que crecer.

El concierto más esperado de la noche, y prácticamente del festival, vino a manos de los veteranos del synth pop New Order. Con un Bernard Sumner inesperadamente uniformado con la camiseta de Joy Division, irónico guiño al tema que tocan como bis en todos sus directos ‘Love Will Tear Us Apart’, los componentes se mostraron fríos y distantes en todo momento. Dejaron para el final ‘Bizarre Love Triangle’, ‘Temptation’ y la mítica ‘Blue Monday’ distorsionada por la apatía del cantante que incluso se evidenció al tratar de tocar la inconfundible melodía al teclado. Un pase directo al epicentro de la electrónica y el sonido guitarrero noise de los 80 que, aunque no alcanzó las expectativas, tampoco mermó las ganas del público de pasárselo bien.

De nuevo en el escenario Jägermeister Mattiel, la nueva sensación del rock norteamericano independiente, se hacía con el público acompañada de su banda en formato cuarteto con una estética más cercana al britpop. Potente voz y una presencia en escena intachable. Por su parte, en el escenario principal, y con algunos problemas técnicos al principio del show, los australianos del new wave ochentero Cut Copy salvaron el apagón para brindarnos un directo de indie dance que fue creciendo gradualmente para llegar a lo más alto con ‘Take Me Over’ y, sobre todo, con ese golpe final que representa ‘Lights and Music’.

Cupido

Varry Brava van acaparando incondicionales desde el minuto uno en el que se suben a tocar. Juegan, provocan y, a la que te has dado cuenta, se han metido a todos en el bolsillo. Con ese descaro tan marca de la casa, los murcianos, protagonizaron un show marcado por sus éxitos ‘No Gires’, ‘Playa’, ‘La Ruta del Amor’ haciendo de su directo toda una ‘Fiesta’. Mientras tanto Cupido, la banda revelación del mix Pimp Flaco/Solo Astra, convirtió el Jägermeister en el mayor karaoke de las tres jornadas del festival. Con la pista a reventar y un setlist rápido pero efectivo, la banda empieza a vislumbrar  el éxito que se les viene encima. Por su parte, el cierre del escenario Vibra Mahou estuvo a cargo del brutal dance pop de los franceses Rinôçérôse. Una energía atronadora en esa conciliación perfecta entre electrónica y rock difícil de esquivar y de la que desde hace mucho tiempo han demostrado ser unos auténticos maestros.

Domingo 28 de julio 

Ya en la última jornada, otros que repetían en el festival eran los murcianos Nunatak.  Su folk épico se abre cada vez más que a nuevas sonoridades con las que supieron dar ritmo ante una pista considerablemente llena desde bien temprano. Las antiguas ‘Solos’, ‘Nubes’ y ‘El Grito’ se combinaron con temas más recientes como  ‘Disonancia Perfecta’ en el que colaboró Carlos Sadness. Por su parte  el trío de pop naïf y dulce Cariño defendió un buen directo en el que se las vio más cómodas que de costumbre. Entonaron los temas de "Movidas" que tantos éxitos les están deparando, así como la ultimísima “:(“. Canciones sencillas, directas e inocentes que invitan a cantar y bailar.

Inaugurando desde primerísima hora en el escenario Vibra Mahou teníamos a unos The Vaccines dispuestos a hacer saltar a una explanada totalmente entregada. La arrolladora  ‘Your Love Is My Favourite Band’ fue el pistoletazo de salida para una actuación con momentos cumbre en ‘Post Break-Up Sex’, ‘If You Wanna’ así como alguna sorpresa como la del sencillo ‘All My Friends Are Falling In Love’. Poco después, el escenario Jägermeister se inundaba de psicodelia y mestizaje entre rock ácido y sonido vintage a manos del dúo Yo Diablo. En un frenético concierto dominado por los aullidos de guitarra flotando en el ambiente, la batería acometiendo en cada tema y unas letras salvajes, los valencianos se dejaron la piel en una soberbia actuación.

Entre los mejores directos de la noche cabe citar la actuación de los madrileños Carolina Durante quienes irrumpían a toda máquina ante unas primeras filas enfervorizadas. Diego Ibáñez es un huracán bajo los focos y sus seguidores quedan prendidos de la rabia y agitación de un concierto en el que no hay tiempo ni para cerrar los ojos. Metralla de hits que ya parecen estar grabados a fuego en el disco duro de cualquier festivalero indie que se precie.

Vetusta Morla protagonizaban la que fue su  sexta visita al festival y lo hicieron con el concierto más emocionante de la última jornada, “un show dedicado al amor”. En la línea del espectáculo de su gira "Mismo sitio, distinto lugar", la banda madrileña contó con cerca de noventa minutos (el directo más largo de todos), para extender con fuerza y energía unos temas que ya se han convertido en himnos como ‘Maldita Dulzura’, ‘Copenhague’ o ‘Fiesta Mayor’ en los que era difícil ver a alguien sin cantar. Mención especial merece el esfuerzo extra que dedica esta banda, al rendir un homenaje en cada festival a todos aquellos grupos vecinos de cartel al grito de “déjalos tocar”. En esta ocasión, ofrecieron un midley con extractos de canciones de las bandas que habían pasado por esta edición del Low: Dorian, Fangoria, Cupido, Carolina Durante, Xoel López, Miss Caffeina…

Con menos asistencia de la esperada comenzó a cantar la danesa Karen Marie Ørsted, más bien conocida como MØ. Tras una respetable colección de éxitos pop que acumulan cientos de miles de visualizaciones en web, la joven en directo se entregó completamente a sus fans. Ya desde ‘Get It Right’ se abalanzó hacia el público hasta llegar a la torre de sonido desde la cual cantó algunos temas más, incluyendo ‘Red Wine’ con una copa de vino. Dejando lo mejor para el final, ‘Nights With You’, ‘Lean On’ y ‘Final Song’ dieron con el apoteósico final que todos estaban esperando.

La Casa Azul

La Casa Azul fueron los encargados de cerrar el escenario principal de este Low 2019. Desde el lanzamiento de su esperado último trabajo, "La Gran Esfera", Guille Milkyway afronta una nueva etapa completamente diferente sobre las tablas. Ha abandonado ciertos temas menos movidos, indispensables en sus anteriores directos, como ‘Como Un Fan’ para ofrecer un espectáculo festivo en su totalidad con una puesta de escena más sólida y contundente  a ritmo de las adictivas ‘ATARAXIA’, ‘Podría Ser Peor’ o el ineludible final de ‘La Revolución Sexual’.

Flash Show puso el broche de oro al festival, como es ya costumbre cada año, con una combinación de hitos de la electrónica y el indie rock de todos los tiempos y para todos los gustos. Un fin de fiesta perfecto a la altura de una gran edición.

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