No tenía clara la elección de la noche del pasado miércoles. Weezer tocaban en Razzmatazz. Bright Eyes en Apolo. Dos conciertos que me apetecía ver, casi por igual. Había que escoger. Diversas circunstancias, y especialmente enterarme que la banda de Rivers Cuomo andaba cerca del sold out, con el calor que eso implica en la sala de Poble Nou, hicieron que optara por la opción del Poble Sec, con Conor Oberst al frente. No sin tener serias dudas. Tres veces había visto a la banda, dos magníficas y una…un peñazo. Por no dar vueltas innecesarias. Todo dependía del estado y las ganas con las que se presentara Oberst y, a buena fe, que salió a comerse el escenario. Cosa que hizo.
Apoyado por una banda magnífica del multinstrumentistas a los que solo les faltó tocar la gaita, los tres miembros oficiales de Bright Eyes ofrecieron una de las veladas del año. Huyendo de la lisergia y lo anodino, encararon el concierto casi como un show punk, dejando fluir lo mejor de su repertorio y haciendo las consecuentes paradas en su último disco el espléndido "Five Dices, All Threes", publicado el año pasado, con cuyos “Bells & Whistles” y “El Capitan” arrancaron. Muy dylanianos, de por sí, en directo todavía lo fueron más, tomando como referencia al Dylan rabioso de los directos de la etapa cristiana. Más Ryan Adams que el Ryan Adams más eléctrico, Oberst aullaba y fraseaba con una magnificencia casi inexplicable y la banda, con unos vientos que nos llevaban a los Calexico menos cercanos a la cumbia, ponía la guinda a un muro de sonido implacable.
Siguieron con “Four Winds”, para llevarnos hasta "Cassadaga"(2007) y luego “Gold Mine Gutted” nos trasladó a "Digital Ash in a Digital Urn" (2005). Solo por esos cuatro temas de arranque ya valió la pena la noche. Mientras, los comentarios que le hacía por la tarde a un colega – “como se ponga Conor muy plasta, me largo” – se desvanecían en los acordes de “We Are Nowhere”, esta vez de "I’m Wide Awake, It’s Morning" (2022), en un equilibrio casi perfecto entre lo mejor de su discografía y las novedades. A esas alturas, que Connor estaba cómodo, ya no lo dudaba nadie. Y eso era muy bueno.
Con poco más de media sala, además, los asistentes, cómodos y fresquitos, habían entrado en el concierto como un torbellino. Además de las dos iniciales, ya citadas, del disco que venían a presentar también cayeron “Bas Jan Ader”, “Tiny Suicides” y “Rainbow Overpass”, y no faltaron grandes éxitos como “First Day Of My Life” de I’m Wide Awake, It’s Morning o “Soul Singer In A Session Star”, otra vez de Cassadaga. Sorprendió la presencia de “Jejune Stars” de "The People’s Key" (2011) y confirmó, con otros temas como “Road to Joy” que I’m Wide Awake, It’s Morning es probablemente su disco favorito de los grabados con su banda. Me decía mi compañero de velada, en un momento que “es como estar viendo a una de las grandes bandas americanas”, y tengo la sensación de que le sobró el “como”.
Por ponernos tiquismiquis, el final con “One For You, One For Me” en los bises fue algo deslavazado. Y tampoco podré perdonarles que, en Colonia, dos días antes versionaran a Ted Hawkins (“Sorry You’re Sick”) y a Warren Zevon (“Carmelita”). Pero claro, entonces todo hubiera sido tan perfecto…

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