Rock In Poker
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Rock In Poker

9 / 10
Edu Gascón — 23-11-2021
Empresa — Undercover Producciones
Fecha — 20 noviembre, 2021
Sala — Santana 27 (Bilbao)
Fotografía — The Godfathers por Lorenzo Pascual

El término Rock en poker hace referencia a esas personas que solamente juegan con cartas top y que prácticamente nunca juegan de farol. Como ocurrió el pasado sábado en la sala Santana 27 que acogió una buena sesión de rock de un póker de bandas con una trayectoria intachable. Volvía el Blow Up Fest a Bilbao y lo hacía con cuatro grupos anunciados en el cartel: Los Chicos, The Peawees, Sex Museum y The Godfathers. Una jugada ganadora. Eso debieron pensar quienes acudieron en buen número a la sala de la calle Tellería y que demostraron durante alrededor de cinco horas de concierto que, tras un año y medio sin directos, hay muchas ganas de disfrutar y recuperar el tiempo perdido.

Con algo de retraso abrieron el Blow Up Fest los madrileños Los Chicos. Una formación con 20 años de trayectoria y que con ocho LP´s han conseguido que su música llegue a sonar en escenarios de Gran Bretaña y, sobre todo, de Australia. Venían a Bilbao con “20 Years Of Shakin’ Fat & Launching Shit by Medical Prescription”, un LP con 23 temas con el que quieren celebrar estas dos décadas del rock & roll. Ofrecieron un bolo de alrededor de 60 minutos en el que interpretaron 19 temas. Todos ellos con sonidos que iban desde garage-punk al power pop, pasando por rhythm and blues y por el pub rock. Una combinación perfecta con la que nos invitaron a arrastrarnos con ellos y a bailar de manera frenética. Estoy seguro de que algunos de los asistentes están pagando aún tal exceso.

Llegaron con ganas de darlo todo y para ello prepararon un repertorio cargado de ritmos enérgicos y eléctricos que rápidamente contagió al personal. A modo de saludo y, aprovechando la fecha, no dudaron en lanzar un “tenemos buenas noticias. Franco ha muerto”. Al igual que ocurre con su último álbum conmemorativo en el concierto no sonaron todos sus mejores temas, pero sí una buena representación de ellos. “King of the Party”, “Devil Dogs” y “Party Boogie” fueron las tres primeras. Tres buenas dosis rocanroleras que nos hicieron entrar en calor. No faltaron “We Sound Amazing But We Look Like Shit” o “I Hate Silence”. Temas enérgicos que fueron descargando sin pausa mientras bromeaban acerca de que uno de los componentes vendía lotería del Partido Comunista o señalaban que “en la pandemia hubo gente que hacia cosas nuevas, nosotros no”. Disfrutamos de “Beer Ain’t Drinking”, “I Don’t Wanna Learn Anymore”, “Party Train” y “I Love Jay”. Nos regalaron un cover fantástico del tema “Living Legends” de The Fleshtones. Estaban como en casa y prácticamente les tuvieron que obligar a bajar del escenario. Lo hicieron tras dejar el bolo muy arriba con la nihilista y punk “Nothing”.

Llegaba el turno para The Peawees que, sin duda, pueden definirse como el secreto mejor guardado del punk rock europeo. El cuarteto italiano se formó en La Spezia en 1995 aunque tardaron en ser conocidos por estos lares. Concretamente no fue hasta 2016 cuando visitaron España por primera vez. El sábado subieron al escenario para continuar calentando al personal y vaya si lo hicieron. Durante una hora ofrecieron un set list con temas propios y tres versiones que gustaron mucho. El tiempo les limitó a eso pero por canciones buenas tienen muchas más. Y es que más de 20 años de carrera da para mucho. Prueba de ello es que tienen más de 6 álbumes y mucho material editado.

El set list incluyó temas como “Need a Reason” que abrió la actuación. Se gustaron con “”As Long as You Can Sleep”, con “”Memories are Gone” y con el cover de The Remains “Don’t Look Back”. También tocaron el tema “Road to Rock’n’roll”. Canciones cortas que iban descargando una tras otra. Una gama de sonidos de los girl groups de los 60’s con ritmos y guitarras potentes. Canciones brutales. En definitiva, una banda de punk rock de primera clase. Explicaron que era su primera vez en Bilbao y tuvieron la ayuda en algunos temas de miembros de Los Chicos que hicieron lo coros (estaba claro que les dio pena bajarse del escenario). Con “Christine” del disco “Moving target” (2018) (de este habían sonado también algunos temas anteriores), “Walking through my hell” , “A reason why” y “Bleeding for you” demostraron que estaban predispuestos a darlo todo. Eso quedó claro con ‘”Who Do You Love”. Llegaban al final con “Food for my Soul” y “Ready to Go”. Terminaron con dos versiones. La primera “DaDoRunRun” de The Crystal y “Bring It on Home” de Sam Cooke. Me queda la duda de si interpretaron otra cover de The Hives, concretamente “Come On”. Buen bolo el de The Peawees y su contoneo con sucio rock’nroll.

Antes del plato fuerte de la noche con The Godfathers, los Sex Museum salieron a escena con ganas de que el personal no se enfriará tras las anteriores actuaciones. Así que durante una hora nos regalaron un perfecto concierto con 13 temas incluida una cover de Buzzcocks. Se hizo de rogar Miguel Pardo para salir a escena mientras el resto del quinteto de Malasaña ya estaba sobre el escenario. Arrancaron la máquina con “Dopamine” , canción de su último trabajo, para continuar con “Breaking the Robot”, un tema este último que habla sobre la represión que sufren nuestros sentimientos. Miguel Pardo señaló que “nos sentimos como si fuésemos nuevos. Es una gozada poder tocar con el público de pies y la banda en eléctrico”. Continuaron con “I Enjoy the Forbidden” para pasar a la citada cover del tema “Harmony” de Buzzcoks.

El otro Pardo de la banda, Fernando, pasó a tomar la palabra, algo a los que estamos acostumbrados quienes seguimos su trayectoria tanto en Sex Museum como en Los Coronas y Corizonas. Nos dejó perlas como “parece que el grupo está rodado, pero es que tenemos mucha hambre” o su alegato “cultura sí, lo demás es una puta mierda”, dixit. Continuaron con “Soldier Doll”, “Red Ones” y “Lucky Man”, otra del último disco. No faltó tampoco “Shine”, otra de las nuevas composiciones. Sonó genial “Horizons” y con “Break Out” Miguel se paseó por las escaleras y bajó al público. “Siempre hay un momento para las emociones”, señalaron. Esta sentencia sirvió para introducir la mítica “Massa Wassa”. Antes de que sonara la última nos contaron la historia del pedal de Mark Knopfler que le quisieron vender a Fernando. Sin más preámbulo descargaron una imponente “Riot”. Un tema de su último álbum y del que recordamos un notable videoclip cuya confección audiovisual estuvo en manos de Marta Ruiz Perdiguero, teclista de la banda. Geniales como siempre los Sex Museum entre los que también merecen especial mención Javi Vacas con su hipnótico bajo y la destreza de Loza a la batería.

El último grupo por subir al escenario fue el cabeza de cartel; los británicos The Godfathers. Tras tanto tiempo sin conciertos, recibir a una banda como esta supone un auténtico regalo para cualquier ciudad. Y digo cualquier ciudad porque es una banda que desde sus inicios no se limita a tocar exclusivamente en grandes ciudades. Ejemplo de ello es que, en esta gira, además de en Madrid han actuado en Burgos, Zaragoza y Valladolid. El sábado se presentaron en Santana 27 con una formación renovada, pero con su frontman de siempre Peter Coyne. Al carismático líder de la banda le acompañaron el guitarrista Richie Simpson y el baterista Billy Duncanson (ambos anteriormente en Heavy Drapes & Baby’s Got A Gun), el bajista Jon Priestley de la banda de punk icónica The Damned y el guitarrista Wayne Vermaak. El quinteto ofreció un set list de 22 canciones durante en 75 minutos. Todo bajo un impecable sonido y unos efectos de luces que permitieron a los compañeros fotógrafos lucirse, algo que ocurrió durante toda la noche.
Abrieron con una intro de la película The Persuaders compuesta por John Barry. La sintonía ideal para unos The Godfathers que llegaban de nuevo a Bilbao (la última fue allá por 2018 si no me equivoco - crónica Bilbao 2017-) con un EP con el que celebran el 35 aniversario de la formación de la banda. Esta nueva grabación viene con dos temas titulados “I´m Not Your Slave” y “Wild and Free” que, como no podía ser de otra manera, no faltaron en repertorio. Un set list con el que la banda reivindica un legado que, sorprendentemente, no se cita a la hora de referirse a las influencias de bandas surgidas posteriormente.

Sabíamos que iba a ser una gran noche de rock y eso quedó claro tras escuchar los dos primeros temas; “This is War” y “Cause I Said Do”. Descargas despiadadas de puro rock. Siguieron con unos frenéticos “If Only Had Time”, “This is your Life” y otro que no fui capaz de identificar. Sonó brutal “Walking Talking Jhonny Cash Blues”, uno de los temas que nunca falta en su repertorio. Peter Coyne se metió al público en el bolsillo desde los primeros compases. Una actitud seria, ruda si me lo permiten, pero a la par elegante. Una imagen la de esta leyenda viva del rock a la que no le faltaron buenas dosis de simpatía, dejando frases como “Thank you very much cabrones, you're very lovely”, “Sois la hostia” o “Eskerrik asko”. Fue un lujo escuchar temas como “She Gives Me Love”, o “Love is Dead”. Canciones, en algunos casos, agresivas y cargadas de furia. En otros, composiciones de una velocidad endiablada y que derrochan actitud. Parecía increíble estar viendo a una banda que, en sus orígenes, se mostraban demasiado extremos. Se puede decir que llegaron a ser una especie de originales marginados que se alejaban de las grandes audiencias. Lo más sorprendente de todo es que aún hoy, Peter Coyne sigue llevando ese espíritu a los escenarios.

Echamos de menos “Strange About Today” del disco “The Godfathers” (1993). Un tema que en su momento pasó desapercibido porque ya no contaban con el apoyo de un sello multinacional como Sony y que no incluyeron en el set list. Nos encantó una muy rockera “Paranoid”, tema de 1989 y, sobre todo, su éxito “Birth, School, Work, Death”, un himno del repertorio de la banda londinense. Tampoco faltaron “Just Because You Are Not Paranoid” o “I Want Everything” del álbum “Hit by Hit” de 1986.
Un concierto que iba a más y en el que Peter Coyne dejó claro que la edad no es impedimento para esa actitud que tan importante es en el rock y que a veces echamos tan de menos. Ejemplo de esto anterior son los tres temas que cerraron la actuación; “I Can’t Sleep Tonight”, “Lay That Money Down” y la muy esperada “This Damn Nation”, también de aquel disco debut que significó “Hit by Hit”.

Un derroche de rock and roll actitud la que demostraron The GodFathers. Parece que la llama del auténtico rock inglés se mantiene viva.

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