Massimo Mattioli (1943-2019) es una de las personalidades más destacables del underground europeo. Su más reconocido logro es este “Squeak The Mouse”, donde nos brinda su Apocalipsis slapstick. Respetando las formas de los cartoon clásicos (casa de citas: Tex Avery, la animación de la Warner, y por supuesto la referencia obvia: Tom y Jerry) crea una cacería de gato-y-ratón disparatadamente gore y con episodios de contundente porno sin sordina. ¿Qué, cómo te quedas? Todo narrado sin diálogos, con colores pop y una página planificada a través de doce viñetas reticulares. Planificación férrea dentro de la que desenvuelve un dibujo de plasticidad chiclosa.
Nacido en 1982 en la revista italiana Frigidaire, “Squeak The Mouse” es un ejemplo claro (y obscenamente grumoso) de que el cómic es uno de los medios más adecuados para la comedia. Una comedia que en este caso es tan intelectual por juguetear constantemente con la gramática del propio medio, como salvaje, cafre e intratable por la crudeza loquísima de sus aberrantes escenas de mutilación, golpes, ácidos sobre partes diversas del cuerpo y resurrecciones zombis.
Fulgencio Pimentel reúne por primera vez en España un integral de la obra que inspiró a los “Rasca y Pica” de “Los Simpson”, a los que da cien vueltas en salvajismo. Por sus páginas veremos un conflicto urbano, que en sucesivas historias se desarrollará por islas paradisíacas y hasta en escenarios de ciencia ficción.
“Squeak The Mouse” es una serie histórica, una recuperación bienvenida (insistamos, con mucho material inédito… podríamos decir “por primera vez en castellano” pero es una idiotez para un tebeo casi mudo) y una reivindicación necesaria. Pero también es perfectamente actual, aún rupturista para el lector de 2020 y sin un solo grano de caspa entre sus viñetas vitriólicas. Hazte con él, no te cortes (chiste ad hoc).
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