Essex County

¿Qué grado de fidelidad podrías alcanzar si tuvieras que describir la comunidad en la que creciste? Describirla en su dimensión física pero también en la humana. Las interrelaciones entre las personas que la habitan y entre tú y esas personas. Y en varios momentos de la vida. Jodido, ¿verdad? Suena realmente a trabajo duro destinado a grandes autores del siglo XIX como Zola, Baroja o Balzac. ¿Para qué engañarnos? Essex, compuesto de comunidades granjeras más bien pequeñas, es un condado canadiense situado en el sudoeste de Ontario y cuya gran ciudad más cercana es Windsor, que linda con Detroit, ya en los Estados Unidos. ¿Y qué sucede en Essex County y por qué vale la pena que nos lo cuenten?

Pues sucede la vida y nada más. Y nada menos, claro, porque Jeff Lemire es el gran observador de su propia existencia, un privilegiado testimonio de sus andares por esa comunidad plagada de secretos (como todas), dolor y reconciliación que, como esos mencionados grandes autores del siglo XIX, escudriñan y destilan lo que vale la pena contar. Pero ¿qué es una comunidad? Una sucesión de familias viviendo y muriendo en un mismo territorio. Y la familia de Lemire, como núcleo cerrado, es una de las buenas.

No vamos aquí a destripar nada del contenido ni del continente (aunque quizás ya conozcáis los volúmenes por separado que componen esta compilación –con material extra de lujo–), ambos sublimes, sino que nos vamos a limitar a invitaros a la lectura, ese acto silencioso que convierte tu confinamiento hogareño en una ventana a otros mundos tan sorprendentemente normales y tan extremadamente singulares como el tuyo. ¿Has visto alguna vez a personajes de una gran novela cobrar vida? ¿Has llorado y reído con ellos? ¿Los has llegado a querer y odiar y/o compadecer como si formasen parte de tu propia familia? Tu vida no es como la esperabas, eso ya lo sabemos. Pero Essex County tampoco, y es importante que lo entiendas, porque nada es normal dado que antes nunca lo fue.

No cabe duda de que Essex County es un fresco que con el tiempo se considerará un hito de la literatura gráfica si no lo es ya. Y, ¿por qué no?, también de la literatura en general, dejémonos ya de tonterías e invisibles grados de separación. Al ladito de Margaret Atwood y Alice Munro, Lemire es otro canadiense ilustre que siempre enamora y descoloca por igual. Bravísimo.