Una joven prometedora
Cine - Series / Emerald Fennell

Una joven prometedora

8 / 10
Judit Monferrer Barrionuevo — 21-04-2021
Empresa — Focus Features
Fotografía — Archivo

Los depredadores, tan mortíferos, son buenos dando caza a sus presas. Son pacientes, atacan cuando los otros animales están relajados, cuando dejan de estar en alerta. Y se encuentran por todas partes, en la selva, el mar y aquí, entre nosotros. Algunos se ven a la legua que son monstruos, pero lo cierto es que la mayoría se esconden bajo una apariencia agradable, tras una bonita sonrisa. A la luz del día parecen caballeros andantes, personas de éxito y de negocios. Circulan a nuestro lado y toman el café en la mesa contigua. Pero al caer la noche se deshacen de su disfraz, desanudan sus corbatas y sus gestos, antes encantadores, se vuelven amenazantes. Esos hombres acechan en los bares, las fiestas y las esquinas, y esperan sosegadamente a que sus presas, las mujeres que emborrachan y seducen, estén demasiado inconscientes para asaltarlas. Porque entonces las pueden culpar y pueden seguir creyendo que, día tras día, ellos son los buenos de la historia.

Las películas de venganza llevan mucho tiempo haciéndose en el mundo del cine y cientos de películas puedes demostrarlo. Una historia de vendetta siempre funciona bien, porque parte de algún suceso terrible que también enfurece y hace empatizar al espectador. La acción, apaciguada o frenética, no decae en ningún momento, y suele estar tan bien ejecutada que hace las delicias del público, el cual, en cierto modo, cree haberse vengado también. Sin embargo, no son tantos los filmes en los que las mujeres son las que llevan a cabo su revancha. O, al menos, no tantos que no sean de serie B. En cierta manera “Carrie” (76) es de las primeras, pero las cintas de venganza femenina por motivo de abuso sexual tuvieron su máximo exponente en las dos magníficas entregas de “Kill Bill” (03, 04). Y a raíz de ahí le siguieron buenas producciones como “Hard Candy” (05) o “Revenge” (17). Todas ellas poseen un espíritu justiciero que también comparte “Una joven prometedora” (20), ahora en cines, aunque esta nueva versión del rape and revenge tenga un giro de tuerca.

La historia está dirigida y escrita por Emerald Fennell, a quien ya conocíamos como actriz y guionista. Concretamente, la vimos interpretar a Camila Parker Bowles en “The Crown” y es la showrunner y la libretista principal de la loquísima y adictiva “Killing Eve”, una obra que podía darnos una idea del tono que tendría “Una joven prometedora”. Efectivamente, el primer trabajo tras las cámaras de Fennell se mueve por el cine exploitation y adopta el mismo gusto por lo estéticamente visual y por la violencia física o verbal que manejan sus protagonistas, sin miedo al horror o a lo perverso. Apuesta por ficciones de mujeres badass que, sin embargo, no podrían estar más lejos de la perfección y, quizá precisamente por eso, nos las creemos tanto. Porque por muchas artes que posean y dominen, por muy brutales que sean, no dejan de ser personas atrapadas por sus propios traumas y sombras, alejadas de la luz que una vez bañó sus rostros. Son, por así decirlo, marionetas de su propio juego. Aquí, en específico, seguimos a Cassie, una ex-estudiante de medicina que vio su futuro truncarse por un suceso repulsivo y terrible. Pero, lejos de quedarse con los brazos cruzados, nuestra estilosa protagonista tiene la firme idea de vengarse de los culpables, y qué mejor manera que hacerlo con un gloss cereza en los labios y al ritmo de Britney Spears o Paris Hilton.

“Una joven prometedora” es eso que garantiza y más. En primer lugar porque ofrece una gran denuncia sobre el acoso y el abuso sexual sistemático por parte de “hombres de bien”. Aquellos que parecen amables, que se preocupan por la seguridad de las damas, pero que en el fondo llevan a cabo una táctica muy estudiada para llevarse a las mujeres a la cama, quieran ellas o no. Lo mejor es que se lo creen. Se creen que ayudaban a la “pobre señorita borracha” y que su condición de caballeros andantes sigue intacta. Porque, a pesar de no saber nada de ellas, creen haber conectado, lo que demuestra cómo se autoengañan para sentirse bien después. Emerald Fennell pone toda la carne en el asador en su debut cinematográfico, sin contenerse en lo más mínimo, y realiza un brillante, repugnante y desgraciadamente muy cierto retrato de la cultura de la violación en el siglo XXI. Y en segundo lugar, “Promising Young Woman” nos da lo que promete, pero no en la forma en la que esperábamos. La vendetta de Cassie no es lo que hemos visto en el cine reciente, no es el típico baño de sangre con miembros seccionados. Vamos a ver, como La Novia de “Kill Bill” sólo hay una. Así que lo que encontramos aquí es diferente y, precisamente por ello, mejor, porque no es algo que se hubiera filmado ya con anterioridad. Podría decirse que sus métodos son alternativos y que incluso son más efectivos, porque el tipo de violencia que emplea promueve lecciones que calan, tanto a los protagonistas como al público. Después de todo, si ella es capaz de ofrecer en primer lugar su perdón, ¿quién no?

Carey Mulligan (“Shame”, “El Gran Gatsby”) es la encargada de interpretar a nuestra Cassie y, por supuesto, nos brinda una magistral actuación en la talla de sus antiguas interpretaciones. O incluso mejor, ya que por este papel ha recibido una nominación a Mejor Actriz en los Oscars. Sea como sea, Mulligan se sale. Nos la creemos, parece un personaje que perfectamente podría existir, su dolor es real, ya sea bajo una máscara de indiferencia o con lágrimas que no pueden contenerse. Es frágil cuando piensa en el pasado y mortífera cuando tiene que serlo. Los demás también están bien –los hombres tan bien que dan escalofríos–, pero lo de Carey Mulligan es otra cosa. A través de constantes giros de trama que cambian momentáneamente el tono de la cinta y de una banda sonora espectacular, con un matiz algo pulp y al estilo de cintas cuyo soundtrack son un componente propio, “Una joven prometedora” llega en la época perfecta en la que ese sistema machista y abusador empieza a tambalearse. Con un final de infarto y placentero, sonando “Angel Of The Morning” de Juice Newton, Emerald Fennell y Cassie dejan claro que, aunque poco a poco, aunque cueste, las cosas están empezando a cambiar. Y ningún hombre será capaz de impedirlo.

A pesar de algunos aspectos que restan un poco de brillo al resultado final (la predecibilidad de según qué tramas, la facilidad del desenlace aún la espectacularidad o la pérdida de fuelle hacia la mitad del metraje, que luego es cierto que recupera), poco más puede criticarse a “Promising Young Woman”. Una cinta que, seguro, habrá sacado los colores a más de uno que haya actuado de forma parecida a los hombres que aparecen en ella. Gracias a esta película, queda desgraciadamente muy claro qué puede pasarle a una mujer sola y ebria en un bar, y cómo la culpa recaerá luego en ella. Ya le decía uno a la protagonista: “Es la peor pesadilla de todo hombre, ser acusado de algo así”, a lo que Cassie respondía “¿Puedes adivinar cuál es la peor pesadilla de toda mujer?”. Porque nuestros depredadores atacan de noche, cuando la sociedad no puede ver sus colmillos, para así poder salir indemnes. Pero lo que no saben es que los demás animales están empezando a defenderse y que, algún día, serán ellos los que les den caza. Entonces no tendrán manera de esconderse.

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