Time Trap

“Time Trap” se ha convertido en uno de los fenómenos de Netflix este verano. Esta película de poco presupuesto y del 2017 ha conseguido revivir gracias a la plataforma de streaming, algo que está justificado solamente en parte. Como pequeña sinopsis, la película es una obra en clave de sci-fi juvenil de la pareja de directores debutantes Mark Dennis y Ben Foster, en la que unos adolescentes se adentran en una cueva en busca de su mentor de arqueología perdido. En dicha cueva los códigos del tiempo no funcionan igual que en la vida real y un minuto en cierta parte de la cueva podría ser un año en el exterior, un minuto en otra parte distinta de la cueva podría ser...

El inicio es lento, con lo que los menos pacientes posiblemente estén a punto de abandonar la película, pero a los veinte minutos empieza lo interesante, por lo que se recomienda tomárselo con calma y darle una oportunidad.

Filmada en unas localizaciones de lujo como son las cuevas de Sonora y las Cuevas Bronson, (conocidas por haber sido el escenario de la Batcueva de la serie de los sesenta), la película bebe de muchas fuentes distintas, tomando elementos de lugares diversos, con una fórmula sencilla en la que, a medida que los protagonistas se adentran en la cueva, mayor es la necesidad de los espectadores de descubrir en qué acaba todo y en si las ideas confluyen y llegan a buen puerto.

“Time Trap” es una película con un gran potencial y un reparto sencillo, pero que desgraciadamente no explota al máximo todas sus posibilidades, algo que casi con total seguridad tiene que ver con su reducido presupuesto. Este hándicap unido a una plana banda sonora, algunas líneas de dialogo más bien torpes y decisiones de guion casi paródicas, acaban lastrando la que podría ser una buena película. Esos son sus grandes problemas. Aun así, el eje principal de la historia funcional y el final deja todo tan abierto que estaría encantando de poder ver una segunda parte con mayor presupuesto o incluso una serie que explorase el universo de “Time Trap”.