The Vast Of Night
Cine - Series / Andrew Patterson

The Vast Of Night

8 / 10
Xavi Sánchez Pons — 16-06-2020
Empresa — GED Cinema

El alucinante –falso- plano secuencia con el que se abre “The Vast Of Night”, una pirueta técnica justificada narrativamente que sirve para describir la geografía física y humana del pequeño pueblo de Nuevo México donde transcurrirá la historia, deja claro desde el principio que el debut como director de Andrew Patterson –también guionista y productor del filme- está por encima de la media habitual de la escena indie del terror y la sci-fi estadounidense actual a la que pertenece. Esa brillante apertura, deudora del mejor Robert Altman de los años setenta (reparto coral y diálogos que se superponen), es en realidad un gimmick brillante, ya que, en poco tiempo, el espectador descubrirá que los protagonistas son un par de personajes: el presentador de una radio local y una joven estudiante apasionada por las nuevas técnicas de grabación de los años cincuenta, época en la que está ambientada la película.

“The Vast Of Night”, que juega con éxito y de forma leída con la fascinación que había en los Estados Unidos a finales de los cincuenta con el fenómeno OVNI, es capaz de crear un atmósfera de inquietud y terror casi de la nada. Y lo hace al echar mano de la sugerencia, estimulando la imaginación del público (el arma más potente del género fantástico). Los momentos más terroríficos de la película, que llegan a helar la sangre sin mostrar un solo alienígena o monstruo, tienen lugar durante una tensa llamada telefónica y en un encuentro con una anciana que afirma conocer lo que está pasando en el pueblo. Dos secuencias magistrales que recuerdan al mejor James Wan de la segunda parte de “Expediente Warren”: la escena rodada en off con la grabación de la niña poseída del caso Enfield. La película de Patterson funciona como una versión de cámara de “Encuentros en la tercera fase” de Steven Spielberg con guiños evidentes a los avistamientos ufológicos fantasmales y telúricos de la estupenda “Incident At Raven's Gate” (el filme australiano en el que M. Night Shyamalan se inspiró para crear “Señales”), una película que también estaba situada en una pequeña población aislada del mundo.

Patterson, que en un guiño al famoso incidente de Roswell de 1947 sitúa la acción en Nuevo México, tampoco olvida la dimensión emocional del relato. La relación que se establece entre los dos protagonistas, el popular presentador de radio local de veintipocos años y la adolescente curiosa con ganas de resolver el misterioso zumbido que se oye en todo el pueblo, rebosa encanto y evoca, en clave fantastique, la noche loca llena de emociones que vivían los adolescentes creciditos de “American Graffiti”.

Más allá de su evidente homenaje –sobre todo a nivel estético- a la serie “The Twilight Zone” de Rod Serling, “The Vast Of Night” es una película con ideas y vida propias que sirve para presentar en sociedad a un director más que prometedor. Muchas ganas de ver los próximos pasos que toma Andrew Patterson.

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