Paraíso
Cine - Series / Fernando González Molina

Paraíso

6 / 10
Pablo Tocino — 17-08-2021
Empresa — Movistar +
Fotografía — Archivo

Si en la calle preguntas por Fernando González Molina, la gran mayoría no te lo sabrá ubicar. Sin embargo, está detrás de superéxitos como “Fuga de cerebros”, “Palmeras en la nieve”, la trilogía de Amaia Salazar y, ojo, “Tres metros sobre el cielo” y “Tengo ganas de ti”. Por tanto, está claro que tiene olfato para saber qué quiere el público. Y si con la serie “Paraíso”, en la que forma equipo junto a las guionistas Ruth García (“El Internado”) y David Oliva (“Los Protegidos”) se quería hacer un entretenimiento para toda la familia, González Molina parecía ser el tipo adecuado. ¿Se ha conseguido el propósito? Pues sí y no.

El principal contra que tenía “Paraíso” para venderse era su parecido con “Stranger Things” y, efectivamente, sus coincidencias van mucho más allá de ser una serie de aventuras sobrenaturales protagonizada por niños –en este caso adolescentes– con la nostalgia como motor (en un ejercicio casi meta, ¡Ana Torroja se encarga del tema principal!), pero para describirlas, y para decir una principal diferencia, tendríamos que hacer spoilers. En cualquier caso, ese parecido no es algo que lastre “Paraíso”, aunque funcione mucho más cuanto más se aleja de la serie de Netflix y se acerca a lo nacional y a la cercanía con la historia que está contando. Su principal problema es la sensación de que toda la primera temporada es un preámbulo para el universo en el que se centrará el resto de la serie: las subtramas quedan un poco deslavazadas, e incluso la trama principal avanza a trompicones y llena de lo que parecen ser incoherencias. No ayuda el espacio que se le da a las tramas de los adultos, quizás por ese intento de llegar a todos los públicos: en 'El Internado' pasaba al contrario, interesando más las tramas de los adultos que de los adolescentes, al menos al principio, pero aquí los personajes de Macarena García, Iñaki Ardanaz o Gorka Otxoa estorban más que aportar y, en cambio, son los pequeños quienes destacan.

He ahí el principal acierto de la serie, junto con la excelente dirección de fotografía de Elías M. Félix: “Paraíso” cuenta con el mejor casting adolescente que se ha hecho en una serie española en mucho tiempo. Apuntaos a Pau Jimeno, Cristian López, León Martínez, Héctor Gozalbo, María Romanillos o Patricia Iserte, porque probablemente les veremos en más producciones en unos años. La pandilla protagonista resulta tremendamente natural en sus interacciones (especialmente brillan Cristian López, León Martínez y Patricia Iserte) y consigue despertar simpatía en el espectador para que quiera seguir atento a sus destinos a pesar de que la trama no invite a ello en varias ocasiones. Es en esa naturalidad y ese corazón cuando “Paraíso” consigue dar momentazos que por sí solos ya justifican la existencia de la serie, como el número con OBK, los primeros encuentros de Javi con su padre o el “beso mágico” del final. Ese último episodio resulta el mejor de los emitidos hasta el momento: por fin parece que la historia se encamina a un sitio, y el fichaje de Iván Pellicer promete dar mucho juego. Una pena, eso sí, la innecesaria (y un pelín problemática, la verdad) marcha de cierto personaje.

En un año en que se ha hecho un reboot de “El Internado”, curiosamente esta “Paraíso” tiene mucho más potencial para serlo que “Las Cumbres”, especialmente si arrancan la segunda temporada aprendiendo de los errores de esta primera y explotando lo que funciona.

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