Ojos de fuego

A pesar del título y de lo sugerido inicialmente en los trailers, hay mucho más fuego en un concierto de Rammstein o de Parkway Drive que en esta descafeinada nueva cinta producida por Blumhouse. La aclamada productora estadounidense no da en el clavo desde “La caza” (20) o, en cierta medida, de “Halloween Kills” (21) en cuanto a sus productos de terror se refiere.

Con Keith Thomas (“The Vigil”) a los mandos y protagonizada por Ryan Kiera Armstrong, Zac Efron, Sydney Lemmon y Michael Greyeyes, acaba de llegar a nuestros cines esta nueva adaptación de Stephen King. Se trata concretamente de un remake de la cinta del mismo nombre de 1984, protagonizada por Drew Barrymore y que tampoco tuvo una gran recepción en el momento de su estreno. Así que ya sabemos de qué va la historia: de una niña con poderes que debe proteger a su familia y a ella misma de una corporación que les persigue. Por el camino descubrirá a conocer y controlar sus poderes.

“Ojos de fuego” es una película sencilla, pero que se siente hueca en muchos de sus puntos. Es como si la productora, habituada a producir cintas de menos de dos horas, hubiera decidido recortar escenas claves de la cinta. De ahí que la primera hora aporte poco, sin aburrir, pero sin entretener, para que sean las secuencias finales las que por fin explotan el potencial de la premisa inicial de la película.

En definitiva, estamos ante un film que podría haber exprimido mejor sus posibilidades, una cinta de “superhéroes” con poco nuevo que contar. Frente al irregular viaje que plantea –con un insustancial Zac Efron y una correcta Ryan Kiera Armstrong–, es un placer encontrarse con la banda sonora de John Carpenter al más puro estilo de la saga “Halloween”.