Matthias & Maxime
Cine - Series / Xavier Dolan

Matthias & Maxime

7 / 10
Rubén Romero Santos — 29-03-2020
Empresa — Sons of Manual

Xavier Dolan, el niño prodigio del cine canadiense, icono del cine homosexual y abanderado millennial, se nos está haciendo mayor. Es ley de vida. Tal vez por eso la película se inicia con una situación que recuerda poderosamente a una constante de un maestro canadiense como Dennys Arcand: el grupo de amigos (eso sí, sin canas ni alopecia a la vista) hablando de lo humano y lo divino. Dolan mantiene algunas de sus excentricidades estéticas, incomprensibles para un polla vieja como un servidor (¿por qué esos zooms locos de primerísimo primer plano?) y otros que se aceptan de mejor grado (encuadres directamente inspirados en la estética Instagramera). Por supuesto, los planos cerrados son el ochenta por ciento de una película cuya cámara rara vez se aparta de los rostros de los personajes. A eso se le añaden algunos hallazgos que siempre nos hacen sospechar que algún día Dolan será muy grande, concentrados en unos pocos minutos: la utilización de la cámara como médium para hacer aflorar la verdadera identidad sexual de sus protagonistas; el fundido a negro cuando este se manifiesta; y, por último, el baño purificador que aleje el remordimiento de ese deseo homosexual pecaminoso y que, simbólicamente, acaba por desorientar al que con tanto ejercicio acuático pretende olvidar lo que ha sentido.

Cómo no, Dolan flirtea con un irritante y generacional desprecio por sus mayores, en el que ha pasado buena parte de su fama de enfant terrible: da la sensación de que Matthias y Maxime serían perfectamente felices si no tuvieran que soportar a una madre dependiente y a un jefe chapado a la antigua. Supongo que alguien le tendría que explicar a Dolan cómo acabó aquello de Adán y Eva, aunque supongo que él rebatiría que todo habría ido mejor con dos Adanes.

Y es curioso, porque este Dolan que se escora hacia una postura menos iracunda y más conservadora produce paradójicas situaciones. Cuando la repipi directora (caricaturizada hasta niveles de bofetada) que ha forzado el beso realiza una première doméstica del corto con el asunto de marras a su madre y sus amigas (de nuevo todo muy Arcand, con una tropa que no desentonarían tomando un té con pastas con Carmen Lomana), para ellas no tiene ninguna importancia. Les interesan más saber qué plantas aparecen en el filme que el beso de marras que consideran muy propio de “Elmodovar” (sic). Y ahí está la principal incoherencia del filme y también su principal valor: el sufrimiento de los protagonistas tiene poco sentido en una sociedad como la canadiense que es capaz de aceptar el amor en todas sus formas, no siendo la de Matthias y Maxime la más atípica que uno pueda imaginar. Son ellos, por tanto, y no la sociedad, los que se autoflagelan por su falta de honestidad con ellos mismos. “Matthias & Maxime” es, en definitiva, una historia de amor bien contada, con “sentido y sensibilidad”, pero más convencional de lo que se le supone a su autor.

La película se puede ver, de manera excepcional, durante este fin de semana en Filmin (https://www.filmin.es/pelicula/matthias-maxime). Cuando acabe esta pesadilla, cuando podamos volver a abrazarnos y a besarnos como Matthias, Maxime, y el resto de sus amigos, se estrenará en cines. Esperemos que sea pronto.

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