Vivarium
Cine - Series / Lorcan Finnegan

Vivarium

5 / 10
Xavi Sánchez Pons — 08-04-2020
Empresa — A Contracorriente Films

Muchos hemos vivido la situación inicial que plantea “Vivarium”: tener más o menos treinta años, estar una relación estable y pensar en irse a vivir juntos. Esa premisa tan cotidiana e universal es la que utiliza Lorcan Finnegan en “Vivarium” para crear un relato kafkiano y surrealista –su diseño de producción está muy cercano a la imaginería de Magritte– en la que se mezcla ciencia ficción y terror. Y es que aquí, el hecho de buscar ese piso deseado, en este caso una casa adosada de ensueño y de precio asequible, se convierte en una pesadilla desde la primera visita a la vivienda: un lugar laberíntico donde la pareja interpretada por Imogen Poots (Mejor Actriz en el Festival de Sitges de 2019) y Jesse Eisenberg se quedará atrapada de forma misteriosa como si fueran el protagonista de “El Prisionero”, la enigmática y genial serie creada e interpretada por Patrick McGoohan en 1967 y una clara influencia para el segundo filme como director de Finnegan.

“Vivarium” es muy consciente de los referentes que maneja, la antes mencionada “El Prisionero”, ciertos guiños al Rod Serling de “The Twilight Zone” y un tono de sátira gélida y de risas nerviosas muy en la línea del Yorgos Lanthimos de “Langosta”. Sin embargo, aunque las intenciones de Finnegan son buenas, el experimento fantastique y el horror de cámara que plantea se quedan a medio gas. El cineasta irlandés fracasa a la hora de emular o reformular los referentes que maneja: es incapaz de mostrar la modestia y la clase de Serling a la hora de utilizar el género como metáfora, y no es tan contundente como Lanthimos en la forma y en el contenido. Finnegan no usa del todo bien el cripticismo y la naturaleza absurda de la pesadilla que viven Poots y Eisenberg. Es más, da la impresión que se cree el más listo de la clase, mirando por encima del hombro al espectador en todo momento. Algo, esto último que, si me apuran, solo pueden permitirse tipos de la categoría de Lars Von Trier o Nicolas Winding Refn, por poner dos ejemplos de talentos locos que, podrán ser muy pretenciosos a veces, pero que también han demostrado saber reírse de sus propias ínfulas y tics.

Dicho esto, “Vivarium” no es un misfire total. La película de Finnegan tiene cosas interesantes: el inquietante ser con apariencia humana del que deben hacerse cargo la pareja protagonista y que ejemplifica el terror –existencial- en estado puro o el espejo deformante con el que es mostrado el proceso de deterioro sentimental entre Poots y Eisenberg.

“Vivarium” puede verse ya en la Sala Virtual de A Contracorriente Films.

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