Estoy pensando en dejarlo
Cine - Series / Charlie Kaufman

Estoy pensando en dejarlo

7 / 10
Luis M. Maínez — 07-09-2020
Empresa — Netflix
Fotografía — Archivo

Charlie Kaufman, uno de los guionistas con mejor reputación del cine norteamericano gracias a sus obras maestras “Eternal Sunshine Of The Spotless Mind” (En castellano traducida lamentablemente como “¡Olvídate de mí!”) o “Cómo ser John Malkovich”, vuelve a ponerse detrás de las cámaras tras “Anomalisia” y “Synecdoche, New York” con “Estoy pensando en dejarlo”, una película producida por Netflix en la que Kauffman vuelve a jugar con la mente del espectador con nocturnidad y alevosía.

En “Estoy pensando en dejarlo”, Charlie Kaufman se viste de David Lynch para escribir y filmar una película inquietante e insondable en la que el dolor, las relaciones (que no el amor), el vacío y la problemática del (paso del) tiempo se presentan hechas una amalgama de sensaciones e imágenes inquietantes. La locura sobrevuela toda la cinta, también el miedo, haciendo que “Estoy pensando en dejarlo” se acerque al terror psicológico hasta chocarse con él y salir disparada hacia terrenos más peliagudos. Al fin y al cabo, del miedo puede esperarse el miedo, pero en la nueva obra de Kauffman no sabes qué va a suceder al minuto siguiente. Desde el principio hasta el final todo es imprevisible.

Basada en la novela homónima de Iain Reid, “Estoy pensando en dejarlo” es otra vuelta de tuerca de Kaufman sobre la vida en pareja. Su mirada y su concepción plantean una problemática fascinante: cuando conocemos a alguien estamos conviviendo también con su pasado y con su futuro. En este sentido la propuesta de Kaufman es intachable. Patina, sin embargo, aunque sin caerse, en mi opinión, al rodearlo de esos elementos inquietantes que suman capas de incomprensión a la obra y hacen que la atención se disperse, que un tema tan interesante como es la relación entre el amor y el tiempo y un planteamiento tan logrado (no sé por qué pienso en Nolan y en la conclusión de “Interestelar”), se bañen de oscuridad y desasosiego.

La mujer sin nombre (con mil nombres) es arrastrada por Jake, así como por los padres de éste, a un teatro del absurdo oscuro y tenso. La película tiene mil lecturas que disfrutarán todos los aficionados al cine de Charlie Kaufman. No se puede dudar del talento del neoyorkino, sí de nuestra afinidad con él.

 

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