Close
Cine - Series / Lukas Dhont

Close

7 / 10
Pablo Tocino — 01-12-2022
Empresa — Menuet Producties, Diaphana Distribution, Topkapi Films, Versus Productions
Fotografía — Cartel de la película

Tengo un dilema con “Close”. Y por ese dilema, podría darle un 9, incluso un 10... o un 7, o menos, si me dejo cegar demasiado. Es un dilema, además, que no puede explicarse sin spoilers, así que en estas primeras líneas me limitaré a decir que SÍ recomiendo “Close” (ojo con el contexto y con vuestro estado emocional cuando la veáis, eso sí), y que el primer acto y parte del segundo son maravillosos, gracias a la conocida sutilidad de Lukas Dhont y a sus dos protagonistas.. Eden Dambrine (que pese a su niñez se llevó el Premio a Mejor Actor en el Festival de Cine Europeo de Sevilla) y Gustav de Waele nos encogen el corazón mientras vemos cómo el cariño tan puro que sus personajes se tienen empieza a resquebrajarse, y no por ellos. La distancia viene porque otras personas se meten en medio, y empiezan a transmitirles la idea de que ahí hay algo raro, algo que no está bien. A partir de aquí, spoilers.

La sutilidad de Dhont está también cuando nos tiene que contar (esa puerta) una de las peores cosas que puede ocurrir: el suicidio de un niño. Y ni toda la sutilidad del mundo salva a las salas donde se proyecta “Close” de ser un mar de lágrimas y kleenex desde la mitad de la película en adelante. No recuerdo haber estado presente en un caso tan generalizado y tan constante durante una proyección. Por desgracia el suicidio de un niño por causas derivadas de la homofobia es algo bastante más común de lo que parece, así que “Close” puede resultar dura, pero necesaria, en su relato de cómo los dos niños son felices y su relación (de amistad, de afecto, de lo-que-coño-sea en el futuro, a usted qué le importa, deje al niño tranquilo) no les aporta nada negativo sino al contrario... hasta que la sociedad, incluso en un ambiente aparentemente progre, les da a entender que no. Hasta que la cercanía que tan querido hace sentir a Rémi se convierte en distancia. Hasta que se convierte en soledad, vergüenza y asco hacia él mismo. Hasta que no puede más.

El problema es que, de repente, “Close” no va de eso. Decide centrarse en la culpa de Leo, de cómo intenta sobrellevar su duelo, de cómo se castiga a sí mismo y, finalmente, de cómo supera lo ocurrido, se perdona, y sigue su vida. Todo eso está muy bien... y está muy neutro. De hecho, casi que se interpreta que Leo no sentía lo mismo, y todo ese juego con la cercanía entre ambos (en el que se suponía que se basaba la película) de repente desaparece, para ser un relato sobre la culpa y sobre perdonarse a sí mismo. Y, de nuevo, todo esto está muy bien... si fuera otra película. Si no dejásemos al niño que claramente sí era homosexual/bisexual como el que se ha suicidado. Se puede entender en otras películas y en otros momentos, pero ahora... a riesgo de sonar woke, me parece hasta problemático mantener el mensaje del destino trágico y el “bury your gays” y colgárselo además a un niño. El único niño claramente no-heterosexual de la película. Ese se suicida, mientras el otro lo pasa mal pero consigue ser fuerte y salir adelante. Esto no solo es un problema a nivel ético, también para la propia narrativa de la película, que, como digo, gira a otro tema para ser dos películas en una, centrándose en la culpa y el duelo de Leo y de la madre de Rémi, interpretada por una estupenda Émilie Dequenne (Palma de Oro a Mejor Actriz en Cannes por “Rosetta” de los Dardenne). Esta segunda película está muy por debajo de la que la precede, pero es que la anterior es tan buena y remueve tanto que no es de extrañar que “Close” se llevase el Gran Premio del Jurado en Cannes, sea la candidata de Bélgica a los Oscar y haya sido seleccionada por la todopoderosa A24 para distribuirla en Estados Unidos.

 

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