La Maravillosa Orquesta Mondragón
Especiales / Orquesta Mondragón

La Maravillosa Orquesta Mondragón

Alfonso de la Hoz González — 13-11-2021
Fotografía — Archivo

Tras dos años de parón artístico, motivado fundamentalmente por la pandemia, Javier Gurruchaga y la Orquesta Mondragón se han vuelto a echar a la carretera con un espectáculo, “Historias Extraordinarias”-título homenaje a Edgar Allan Poe- en el que se revisa toda su trayectoria y que han llevado al Teatro La Latina de Madrid durante este mes de noviembre.

Javier Gurruchaga, además de ser la voz y el alma de la Orquesta Mondragón, es un personaje multipolifacético: actor de cine, presentador de televisión, escritor, actor de doblaje, pero fundamentalmente, el líder de una de las mejores bandas de rock and roll que ha dado este país. Merece la pena recordar sus más de cuarenta años de trayectoria.

Los orígenes

La banda se formó en 1976 en San Sebastián con Javier Gurruchaga al frente y contó desde el principio con su inseparable Pedro “Popotxo” Ayestarán, que nos dejó hace ahora justamente un año. Desde el principio, el propósito de la banda era combinar la música, el humor, el teatro, el cabaret, algo de locura y por supuesto el rock and roll. El nombre de la banda no era casual. Durante muchos años, la localidad guipuzcoana de Mondragón albergó el Antiguo Hospital Psiquiátrico de Santa Águeda, por lo que, en el imaginario popular donostiarra era corriente referirse al manicomio de Mondragón, cuando se tildaba a alguien de loco.

En 1979 y de la mano del productor Julián Ruiz, la banda editó su primer álbum, “Muñeca hinchable”, todo un espectáculo circense con una sensacional presentación: “Pasen y vean”. Con este disco, que contaba con la participación de Eduardo Haro Ibars como letrista, la Orquesta Mondragón se dio a conocer en el panorama nacional gracias a hits como el trepidante rock and roll “Ponte la peluca” o la magnífica versión de “Satin Doll” de Duke Ellington: “El hombre de los Caramelos”, con un Popotxo ataviado de sombrero y abrigo gris e interpretando a un personaje perverso y malévolo, en palabras del propio Gurruchaga. Un soplo de aire fresco llegaba a un pop español que ya avizoraba la eclosión de las movidas madrileña y viguesa, así como del rock radikal vasco.

Su obra maestra

La consagración del grupo llegó en 1980 con “Bon Voyage”, un rotundo triunfo nacional que además ayudó a que la banda cruzara el charco y se diera a conocer en toda América Latina, y muy especialmente en México, donde Gurruchaga tiene miles de seguidores. Cabe destacar la presencia de Luis Alberto de Cuenca como letrista y la incorporación del gran guitarrista donostiarra Jaime Stinus. Sin duda, se trata del disco más redondo y completo del grupo. Un trabajo conceptual en el más extenso sentido del término.

El disco arranca con “Viaje con nosotros”, una invitación al espectáculo, a modo nuevamente de carpa de circo; el viaje continúa a un ritmo frenético con “Mis gafas”, para a continuación poder disfrutar de “La bella y la bestia”, canción que siempre me ha recordado a “Lucy in the sky with diamonds”; no sé si por la especial entonación que le imprime Gurruchaga o por lo de los aerolitos de color de nieve. La siguiente pista del disco es un temazo: “Champú rojo” en el que se recrean las sensaciones de un asesino de peluqueras, con un Jaime Stinus en estado de gracia con la guitarra eléctrica:

"A aquella rubia teñida de negro
le clavé un peine en el corazón.
Ahogué los gritos de Lou, la morena
con laca y crema, tinte y jabón".

Las referencias viajeras continúan con “Soy especial”, una auténtica declaración de autoestima: “Te lo advertí, no conozco mujer que no me quiera a mí.”, para terminar la cara A con “No quiero verte”, un bolero eléctrico de desamor, en el que Gurruchaga demuestra que es capaz de silbar tan bien como Bryan Ferry.

La segunda cara empieza con “Bon voyage”, una autoparodia a ritmo de ska sobre los accidentes de tráfico que acostumbraban a sufrír los músicos en los 70 y en los 80, y de los que no se libró la Orquesta Mondragón. Uno se sonríe cuando lee cosas como que Kortatu son los pioneros del ska en España. Unos años antes de que aparecieran los hermanos Muguruza y desde la propia Guipúzcoa, la Orquesta Mondragón ya practicaba aquel ritmo caribeño, que también podía escucharse en tierras leonesas con “Salid de noche”, un hit de Los Cardiacos que recientemente ha recobrado actualidad por los toques de queda originados por la pandemia.

“Tú eres noche” es una balada que incorpora lo gritos histéricos de las fans, tan propios de los últimos años 70 en nuestro país, cuando las colegialas devoraban el SuperPop y escuchaban a Leif Garret y a los Pecos. Tras la magistral “Bubble Bubble” el disco nos sorprende con el magnífico rock and roll y gran hit de la época “Caperucita feroz”, con Gurruchaga interpretando al lobo y Popotxo a Caperucita Roja. Como colofón, “Formula 1”, con el sensacional saxofón de Luis Cobos, que nada tiene que envidiar a la interpretación de Bobby Keys en la versión de “Whatever Gets You Thru the Night” que se editó justo por la época, concretamente en 1981, poco después de la muerte de John Lennon; como homenaje y recordatorio de la participación del ex Beatle en 1974, en el memorable concierto de Elton John en el Madison Square Garden.

En definitiva, “Bon Voyage” abrió todas las puertas a la Orquesta Mondragón, y si bien es cierto que todavía compondrían más canciones memorables, e incluso de calidad superior, podemos concluir que se trata de su obra maestra,

Los años triunfales

En 1982, la Orquesta Mondragón protagoniza “Bésame tonta”, una película musical dirigida por uno de sus letristas habituales, Fernando González de Canales, en la que también participan Paola Dominguín, Fernando Fernán Gómez y Esperanza Roy entre otros.

La banda sonora de la película vuelve a ser un super ventas, merced a la calidad de los guitarristas de la banda: Javier Vargas y Jesús Insausti, y a la calidad de alguno de sus temas. Además del título que da nombre a la película, un bolero que de pronto adquiere un ritmo trepidante y que se asemeja a alguno de los temas de las bandas sonoras de los filmes de James Bond, Gurruchaga nos obsequia con un reggae, “Doctor Doc” y dos divertidos rocanroles: El pirata” y “Los tres cerditos”. Sin embargo, el cénit del disco lo constituye otro rock and roll, posiblemente una de las mejores canciones de la historia del grupo: “Garras humanas”, que recrea reverencialmente la película de Tod Browning protagonizada por Lon Chaney, el hombre sin brazos del circo.

En 1983 se publica el álbum “Cumpleaños feliz”, que incluye el escalofriante tema “Barba Azul”, donde Gurruchaga retoma entre risas macabras el camino iniciado en “Champú Rojo”, invitando a morir a “Rubias y morenas. Morenas y rubias”; todo ello amenizado por la sensacional exhibición del bajista de la banda, Jose Luis Dufourg. Además, nos obsequia con cuatro rocanroles de gran categoría: “La mosca”, “Solo era una fiesta”, “El diablo dijo no” (guiño a la película de Lubitsch) y el magnífico “Lola, Lola”, con una letra transgresora donde las haya, en la que la protagonista luce más lozana que la Lola de los Café Quijano:

"Lola es una chica de agencia y hotel
que hace muy bien su papel.
No hay otra que mueva mejor…
la lengua…/
… /Hazme lo que quieras,
soy tu perro fiel.
¡Sácame a pasear!
Cuando vuelvas menearé…
mi cola".

Al año siguiente y en plena racha, la Orquesta Mondragón saca un nuevo disco. “¡Es la guerra!”, cuyo primer tema, con el mismo título, es un canto antibelicista y paródico. La banda vuelve a roncanrolear con canciones como “Enemigo público nº 1” , “Perdiste el tren” y “Feliz navidad”, un villancico marchoso, aunque de temática algo fúnebre y por supuesto, con Popotxo disfrazado de Santa Claus.

A pesar de la gran calidad de los dos discos anteriores, las ventas no fueron las esperadas, por lo que la banda decidió que ya era hora de lanzar al mercado un disco en directo y echaron resto, vaya si lo echaron. El resultado fue un doble LP grabado en Sevilla en 1985, “Rock & Roll Circus”, en el que interpretaban sus mejores temas, además de algunas novedades como “Verano peligroso”, “Rufian” y una depurada versión del clásico “Stand by me”, que recuerda a la de John Lennon.

Por aquel entonces, Javier Gurruchaga ya disponía de un espacio llamado “La cuarta parte” en el programa “La bola de Cristal” que se emitía los sábados por la mañana en Televisión Española. Su buen hacer ante las cámaras, motivó que Pilar Miró le diera la alternativa en 1988, ofreciéndole un programa en horario de máxima audiencia: “Viaje con nosotros”. A diferencia del “Magical Mistery Tour” de los Beatles, que fue masacrado por la crítica cuando fue emitido por la BBC, Gurruchaga triunfó por todo lo alto, protagonizando incluso dos polémicas: una sátira sobre los futbolistas del Barcelona y la Virgen de Montserrat en la que participaron Els Joglars y una parodia de las entrevistas al presidente del gobierno, protagonizada por un actor francés de muy reducida estatura, clavadito a Felipe González.

El idilio televisivo finalizó el 31 de diciembre de 1988, con motivo del especial “La última cena del 88”, en el que a Gurruchaga se le fue la mano con la escatología a pocas horas de la cena de noche vieja,
Rumbo al 92.

En 1987, la Orquesta Mondragón regresa a sus orígenes circenses y graba el disco “Ellos las prefieren gordas”, considerado uno de los mejores de la banda, pues contiene letras de Haro Ibars, de Vicente Molina Foix y de Joaquín Sabina. De este último hay que destacar “Corazón de neón”, un sentido canto a las ciudades que nos enamoraron. Otro de los hits del álbum será "Rambo", un nuevo alegato antibelicista, en el que Popotxo aparecía en escena vestido como el ex marine y rodeado por un grupo de enanos del Bombero Torero que constituían su particular escuadrón.

Otro de los momentos culminantes del disco es “Mi Delilah”, una afectadísima versión del viejo éxito de Tom Jones; y para que no falte de nada, dos rocanroles marca de la casa: “La montaña rusa” y “La viuda alegre”.

Tras el gran éxito obtenido con “Ellos las prefieran gordas”, la banda vuelve a grabar un disco en 1989: “Una sonrisa por favor”, en la que debe destacarse “Solo”, una preciosa y desgarradora balada escrita por el siempre recordado Moncho Alpuente.

"Solo sin dirección camino,
solo entro en un bar y bebo
solo en la estación espero
que salga un y tren y me lleve
lejos de todo"

Otro de los éxitos del disco es “I wanna dance”, una invitación verbenera al baile. Sabina escribe “Lolita”, inspirada en la novela de Nabokov y también aporta un rocanrol: “Tic Tac”.

Javier Gurruchaga se lanzó a la aventura en solitario en 1990, prescindiendo por primera vez de la Orquesta Mondragón, con “Música para camaleones”, un disco que incluye buenos rocanroles como “Ganaré”, “Si tú eres el mejor” o “Marylin”, aunque no consigue el éxito esperado.

Por eso, Gurruchaga decide reinventarse y ante la llegada de los fastos del V Centenario, decide regresar con la Orquesta Mondragón y celebrar el 92 como solo él podía hacerlo, con: “El huevo de Colón”. ¿Qué mejor que un cha-cha-chá para conmemorar el descubrimiento de América?.

Sabina vuelve a colaborar con la letra de “Paris Boulevard”, un precioso y sensual tema en el que participa Ana Leza, la primera mujer de Antonio Banderas. El actor malagueño también colabora en la grabación de “Dos amigos y una mujer”, otro tema compuesto por Joaquín Sabina.

Lógicamente, no falta el buen rocanrol. Con “A mil por hora”, “A la hora del rock and roll” yMoney Money”, la banda demuestra que sigue más viva que nunca.

Paralelamente, Javier Gurruchaga se había consagrado como unos de los actores revelación del cine español, como lo demuestra su candidatura al Goya como mejor actor por su interpretación del Conde-Duque de Olivares em la película “El Rey pasmado” (Imanol Uribe 1991).

Los últimos años

Tras la edición de un nuevo directo en 1995 titulado “Memorias de una vaca”, el año dos mil nos trae un nuevo álbum de la Orquesta Mondragón; “Tómatelo con calma”, que es también el título de uno de los temas estrella del disco: un rocanrol escrito por Andrés Calamaro.

En el álbum participa muy activamente Manolo Tena, quien escribe el rocanrol “Se acabó la gasolina”. Uno de los alicientes es escuchar el “Light my fire” de los Doors a ritmo de mambo; ya que, por aquellos años, Gurruchaga estaba empeñado en rescatar del olvido a Xavier Cugat, gerundense universal y un grande de nuestra música, que además está considerado como uno de los precursores del jazz latino.

Durante la primera década de nuestro siglo, se editaron cuatro recopilaciones de la Orquesta Mondragón: “Viaje con nosotros a través de 21 éxitos feroces”, “Colección”, “¡Viva Mondragón!” y “El despertar del lobo”.

Por fin, en 2010, tras una estancia de tres años en México, el grupo reaparece con “El maquinista de la general”, homenaje al padre de Javier Gurruchaga, antiguo ferroviario y por supuesto a Buster Keaton, una de los principales inspiradores de Popotxo. En el disco participan Molotov y además de poder disfrutar de una magnífica versión del “Susie Q” de la Credence Clearwater Revival, nos encontramos con “¿Por qué no te callas?” una recreación a ritmo de mambo del encontronazo entre Hugo Chávez y el rey Juan Carlos. Una vez más, el rocanrol hace su aparición con una versión del clásico del mexicano “Rockdrigo" González: “En la estación del metro Balderas”, así como una versión rockabilly de otro clásico, otrora interpretado por Elvis: “Mistery train”.

Tres años más tarde, y tras actuar en la sala The Cavern y participar en la International Beatle Week de Liverpool, invitados por la hermana de John Lennon, aparece en el Mercado “Liverpool Suite”, que contiene trece versiones de los Beatles. La banda ya se había atrevido con “Back in the U.S.S.R” en el directo “Rock & Roll Circus” veintiocho años antes, pero en esta ocasión lo bordan al interpretar “Cold Turkey” con Gurruchaga vestido como un Lennon pandillero y juvenil y Popotxo con la uniformidad de la banda del Sargento Peppers y sus corazones solitarios. ¡Qué no falten las referencias circenses! Obviamente, no podían faltar versiones tan adaptables a la Mondragón como “Obladi obladá” o “When I´m sixty four” El rock and roll viene de la mano de “Lady Madonna” y de “Revolution”, ya que la versión del “Twist and shout” nos recuerda demasiado a la de Rodney Dangerfield en la película “Back to the school“(1986), pese al toque mexicano de las trompetas.

En 2016 aparece “Anda suelto Satanás”, un disco de duetos al que da título un viejo tema de Luis Eduardo Aute, que el propio autor había grabado con Teddy Bautista en su directo “Entre amigos” en 1983. Otros participantes en el disco son Rafa de La Unión, Nacho García Vega, Mago de Oz o Vinila Von Bismark.

Por último, hace tres años se editó “¡Noticia bomba!”. Posiblemente, el recopilatorio definitivo, pues consta de 42 canciones que incluyen “Adiós, adiós”, grabado con Joaquín Sabina, “Fúmame, fúmame” con Sara Montiel y el hasta ahora, último hit de la banda: “¡Qué viene Trump!”.

Lo cierto es que el expresidente norteamericano solo le duró una legislatura a la Mondragón que a día de hoy sigue en la carretera rocanroleando.

Tras este extenso repaso de la trayectoria de la Orquesta Mondragón, estamos en condiciones de proclamar que nos encontramos ante nuestra mejor banda de rock and roll, con todo el respeto a otros grupos con mayor antigüedad cronológica en el escalafón, como Burning, Tequila o Smash.

Y aun diría más: si nos abstraemos del histrionismo y las extravagancias de Javier Gurruchaga, producto por otra parte de su gran acervo cultural, podemos corroborar que el cantante y actor donostiarra es nuestro gran crooner nacional.

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