Hay una línea directa que va de “Songs In The Key Of Life”, a “Sign O The Times”, a “Voodoo” y llega hasta “Channel Orange”. Es la línea directa de los discos que marcan la evolución del soul y el R&B en los últimos 45 años. Ninguno ha influido tanto el género como este, en los diez años que han pasado desde su publicación el 17 de julio de 2012, a pesar de que el propio Frank Ocean entregó otra maravilla en 2016 titulada "Blonde", siendo el único capaz de rivalizar consigo mismo en este periodo de tiempo.
Lo curioso del caso es que “Channel Orange” es un disco de debut pero uno que llegaba con un enorme trasfondo, de ahí que viniera bendecido por los más grandes de la música negra de su tiempo como Kanye West, Jay-Z o Beyoncé, con los que ya había colaborado, y tuviera colaboraciones de leyendas como André 3000 de Outkast o Pharrell Williams. Así que empecemos contando la historia que nos lleva al ya legendario canal naranja.
Primero nos movemos a 2006, cuando el joven de 18 años Christopher Edwin Breaux deja su Nueva Orleans natal por Los Ángeles para perseguir su carrera musical (también porque Nueva Orleans sigue siendo un caos tras el paso del huracán Katrina). Después de tres años comienza a hacerse un nombre como compositor a sueldo, bajo el alias Lonny Breaux, para gente como Justin Bieber (para el que escribió "Bigger" en su EP de debut), John Legend (para el que escribió "Quickly" en 2008) o Brandy (para la que escribió varias canciones como "First Love" o "Locket"). Tiene el futuro garantizado como compositor pero en 2009 conoce a los miembros del colectivo Odd Future, que giran alrededor de Tyler, The Creator y se une a ellos, a la vez que otros como Earl Sweatshirt.
Nostalgia, Ultra
Es en ese momento cuando se da cuenta que no dejó Nueva Orleans por Beverly Hills para escribir para otros sino para ser una estrella por cuenta propia, es también el momento que decide buscarse un nombre a la altura de sus sueños, y lo hace fijándose en uno de sus ídolos, Frank Sinatra. Del intérprete de "I've Got You Under My Skin" coge el nombre y el apellido de uno de sus papeles cinematográficos más míticos, el Danny Ocean de "Ocean's Eleven".
A finales de 2009 fichó por la poderosa Def Jam pero se sintió bastante minusvalorado, así que se puso a trabajar en una mixtape sin concimiento de su compañía, el resultado fue "Nostalgia, Ultra", que subió gratuitamente a internet el 16 de febrero de 2011. En breve todo el mundo estaba hablando de ella, Kanye West se convirtió en fan y decidió invitar a Ocean al proyecto en el que estaba trabajando, "Watch The Throne", su disco conjunto con Jay-Z. Este también tenía la mixtape en rotación y en cuanto su esposa, que no era otra que Beyoncé, la escuchó, decidió llamarle al día siguiente para que le escribiera una canción de su siguiente disco.
En poco tiempo Ocean estaba en el estudio grabando "No Church In The Wild" y "Made In America" con los dos primeros, además de escribir "I Miss You" para el "4" de Beyoncé. Cuando fue invitado a la grabación el tímido Ocean no dudó en poner en Twitter una foto junto a ella con el siguiente texto: "Esta es la sala en la que estoy trabajando hoy. No es por presumir, pero hombre, esto es surrealista [...] está cantando mis canciones. Si el tiempo se detuviera ahora mismo, las últimas dos semanas estarían cerca de la cima de lo más destacado de mi corto tiempo en la tierra". Pero se estaba quedando corto, tras la publicación de "Channel Orange" su nombre se pondría a su altura.
Y es que Ocean no se durmió en los laureles, la enorme repercusión de "Nostalgia, Ultra" había hecho que Def Jam se pusiera las pilas con su fichaje y tras lanzar "Novacane" como sencillo se pusieron a trabajar en un disco para 2012, pero Ocean ya tenía el suficiente nombre para tener total libertad creativa. A pesar de que todos los grandes productores del momento le llamaban para trabajar con él, Ocean se decantó por Malay, un productor y compositor que conocía de sus días componiendo para otros y con el que compuso y produjo la mayor parte del disco. Eso sí, no pudo resistir la tentación de colaborar con Pharrell Williams, de los Neptunes, con el que haría la maravillosa "Sweet Life".
En el estudio de grabación sonaban muchos de sus artistas favoritos, tanto de Ocean como de Malay, buscando encontrar en su música la inspiración, cosas de Stevie Wonder, Marvin Gaye, Sly and the Family Stone, Pink Floyd o Jimi Hendrix, en las paredes colgaban pósters de Bruce Lee y Pink Floyd y proyectaban películas del Hollywood clásico sin sonido para encontrar el ambiente adecuado.
Pensando sobre siempre
En abril de 2012 apareció "Thinkin’ About You", una increíble balada de corazones rotos en la que Ocean ponía cada fibra de su ser a la hora de cantarla. Lo curioso es que la canción había estado a punto de aparecer como sencillo en la voz de Bridget Kelly, una compañera de compañía, que la había grabado como "Thinkin About Forever", pero Ocean publicó su demo para impedir que sucediera llegando a afirmar que la canción era demasiado personal. Escuchando ambas versiones uno puede comprobar como, además de un compositor excelente, Ocean es un intérprete maravillosamente expresivo, Kelly suena bien pero no se acerca al increíble trabajo de Ocean, mucho más triste y lento, con ese falsete que no hubiera cantado mejor ni el Maxwell de su época dorada.
La repercusión de la canción fue enorme, pero empezó a suscitar preguntas sobre la sexualidad de Ocean, debido a la ambivalencia de su letra, así que el 4 de julio el cantante publicó una carta, que tenía pensado sacar en las notas interiores del disco, en la que hablaba de sus sentimientos no correspondidos por un hombre cuando tenía 19 años, citando ese momento como su primer gran amor. La revelación hizo correr ríos de tinta, sobre todo porque en los géneros en los que se movía Ocean, el R&B y el rap, había una fuerte homofobia, incluido en el movimiento Odd Future (aunque años después Tyler The Creator dijera que llevaba "besando chicos blancos desde 2004").
Aun así Ocean recibió todo el apoyo de Def Jam y de grandes figuras como el propio Jay-Z, aunque el caso es que Ocean nunca se había ocultado, ya en "Nostalgia, Ultra" había aparecido "We All Try" donde se pronunciaba contra la homofobia y decía cosas como "creo que el matrimonio no es una cosa entre un hombre y una mujer, sino entre amor y amor". Pero la repercusión de la carta y el debate que surgió a su raíz estuvo a punto de minimizar los logros artísticos del disco.
El disco, canción a canción
Pero no lo hizo, sencillamente, porque era imposible, cuando apareció "Channel Orange", primero el 10 de julio en iTunes y luego el 17 en formato físico y el resto de plataformas, solo se pudo hablar del enorme disco que acababa de aparecer. Cuando ese breve prólogo que era "Start" daba paso a los violines que abrían "Thinkin About You" era imposible no meterse en el mundo de Ocean. Ya he hablado de ella pero fluye como si fuera un suspiro lúgubre, como la sensación de estar demasiado comprometido demasiado rápido, incapaz de frenar los propios sentimientos. Le sigue otro segmento titulado "Fertilizer" que le da a "Channel Orange" una especie de unidad, como si estuvieras escuchando la radio y fueras cambiando de emisora.
Luego llega la etérea "Sierra Leone" en la que habla sobre una versión (ficticia) más joven de sí mismo que deja embarazada a una chica, algo que le toca especialmente despues de que su padre les abandonara cuando el tenía cinco años. A continuación llega la espléndida colaboración con Pharrell, “Sweet Life”, una línea de bajo increíble, unas teclas que parecen sacados de un viejo disco de Stevie Wonder y una melodía cautivadora se unen para una de las mejores canciones del disco. En la letra Ocean vuelve a demostrar que es tan buen observador como un Randy Newman, aquí destripando a esa gente que se encontró en sus primeros tiempos en Beverly Hills incapaces de ver más allá de su propio hedonismo y que contiene una de las grandes frases del disco: "So why see the world, when you’ve got the beach? Don’t know why you’d see the world, when you got the beach, the sweet life".
Un tema similar tiene "Super Rich Kids" sobre esos hijos de famosos y millonarios que viven la gran vida mientras ruegan por tener un amor o una amistad que no sea tan falso como la propia burbuja en la que viven, en el estribillo Ocean vuelve a demostrar su clase como cantante (y letrista): "Real love, I’m searching for a real love. Oh, real love, I’m searching for a real love. Oh, real love". Es otro de los temas del disco, esa felicidad superficial, que no compensa el amor verdadero.
"Pilot Jones" vuelve a recuperar su falsete en una canción sobre ese primer amor del que hablaba en su carta, al que compara con una droga. Precisamente la siguiente canción va sobre un adicto al crack, siendo uno de los temas más sombríos (aunque musicalmente no lo parezca) del disco. Y luego aparece la monumental y épica "Pyramids", una canción en la que nos presenta un viaje por cómo ha cambiado el rol de la mujer negra en la historia, contándonos la historia de dos Cleopatras, la famosa reina egipcia y una estríper en el mundo actual, la letra de Ocean salta siglos igual que su música se mete en una odisea colosal con guiños a Prince, Michael Jackson, Kraftwerk, al house o al rock, con solo de John Mayer incluído, un torbellino de ideas que encumbraba a uno de los nombres fundamentales de la década.
"Lost" es la canción más directa y pegadiza del disco, con una producción excelente y un estribillo inolvidable, la canción habla de otra relación extraña entre un traficante y la chica que le cocina su producto. Fue el cuarto sencillo del disco, tras "Thinkin' About You", "Pyramids" y "Sweet Life" y es, actualmente, la segunda canción más popular de Ocean en Spotify. "White" es un instrumental medio ambient, con la guitarra de Mayer y producción de Tyler, The Creator, mientras que "Monks" habla de sus experiencias sexuales con fans, en particular con una chica a la que aconseja: "Run, run, run, run, you’d better run / You mean so much to me / In my world, my world".
Luego llega esa maravilla titulada "Bad Religion" en la que sobre un doliente órgano de iglesia Ocean se queda paralizado por el amor y se queda buscando las respuestas de la vida en la parte trasera de un taxi. La producción con las cuerdas y la interpretación vocal de Ocean hacen de ella otra de las piezas fundamentales del disco. A pesar de no ser uno de los sencillos del disco, fue la elegida por el propio Ocean como la carta de presentación del mismo cuando apareció por el programa de Jimmy Fallon el 9 de julio del 2012, un día antes de que "Channel Orange" viera finalmente la luz.
Y entonces comienza otra canción enorme, “Pink Matter”, en la que Ocean intentó reunir, por primera vez, a los dos miembros de Outkast una vez separados, Andre 3000 y Big Boi, pero no vieron bien reunirse para un disco que no fuera suyo y, al final, solo apareció un Andre 3000 que no solo tiene un momento para recordar que es uno de los raperos más importantes de la historia sino que se luce con la guitarra eléctrica. Musicalmente vuelven a brillar las cuerdas y la voz de un Ocean enorme.
La penúltima canción es “Forrest Gump” escrita desde el punto de vista de una mujer, de la Jenny de la película, pero realmente vuelve a hablar de esa primera relación de la que habló en su carta abierta. Cuando le nominaron al Grammy como mejor disco, mejor nuevo artista, canción del año y mejor disco urbano, el único que ganó, Ocean solo aceptó participar en la gala solo si le dejaban tocar esta canción que es realmente el final de un disco, al que todavía le queda ese pequeño epílogo que es “End”.
Definiendo su tiempo
La repercusión de “Channel Orange” fue increíble, el disco subió al número 2 de las listas de los más vendidos tanto en EEUU como en el Reino Unido y permaneció en las mismas durante mucho tiempo. Su huella se puede ver en todos los grandes discos de R&B que han salido después de él, del”A Seat At The Table” de Solange al “Lemonade” de su hermana Beyoncé, del “Malibu” de Anderson. Paak al “Ctrl” de SZA, también se puede ver su influencia en el cambio dado por el propio Tyler, The Creator, del rapero afilado de “Goblin” al neo soul de “Flower Boy” y “IGOR”. Es más, puede que su aparición fuera el aguijonazo final para que D'Angelo decidiera terminar la ansiada continuación de “Voodoo”, “Black Messiah”, que aparecería a finales de 2014.
Para ese entonces todo lo que el mundo quería era la continuación de "Channel Orange", durante cuatro años que parecieron eternos, el mundo virtual se llenó de suplicas a los cielos para escuchar un nuevo disco de Ocean, hasta que finalmente, en 2016, vieron la luz “Endless” y "Blonde", el disco con el que, increíblemente, se superaba a sí mismo. Ahora, seis años después, seguimos esperando nuevo maná del cielo del R&B, pero siempre nos podemos consolar volviendo a dos discos gigantescos con los que Frank Ocean definió a la perfección la segunda década del siglo XXI.
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