Extremadura, un día en la oficina
Especiales / Jornadas Profesionales De La Música En Extremadura (Mum)

Extremadura, un día en la oficina

Arturo García — 30-04-2019
Fotografía — Javi Pulpo / Ana Antolín

Del 2 al 4 de abril se celebró en Villafranca de los Barros (Badajoz), la tercera edición de MUM. Aprovechamos para sondear el estado de una escena que camina hacia la profesionalización del sector a paso lento pero decidido. Del éxodo a la autogestión, de las ayudas a las oportunidades.

Con la celebración de las terceras Jornadas Profesionales de la Música en Extremadura (MUM), se ha visibilizado de alguna manera, la cesión de la iniciativa a los profesionales del sector por parte de las instituciones. El primer paso es creer que se puede vivir de la música en Extremadura al igual que en cualquier otro lugar del país. Ana León (gerente de la agencia Actúa Ibérica) lo tiene claro. “Hay medios y vías para vivir y progresar en Extremadura, y por supuesto en la música”. El siguiente objetivos es ver qué tenemos, qué activos artísticos y sobre todo profesionales tiene la escena extremeña. Ese inventario se lleva haciendo desde hacer tres años en las Jornadas de la Música de Extremadura. Pedro Gallardo, además de dirigir La Carne Magazine y haberse pateado como músico muchos escenarios dentro y fuera de la región, participa en la organización de MUM. “El primer paso sería organizar la estructura y el tejido humano necesario para alcanzar objetivos claros y concretos. Crear un foro o plataforma para conocer el estado de salas, empresas, y artistas, y trabajar así en los aspectos realmente necesarios como ayudas e incentivos útiles, formación o circuitos de comunicación y promoción”. En eso conecta con lo siguiente que expone Ana León a la hora de poner orden en un sector hasta ahora disperso por la basta geografía extremeña. “Quizá sea razonable la estratificación por sectores como primer paso. Ya existe AMEX, para los músicos en Extremadura. A los demás sectores nos toca ya ir pensando en común en Extremadura como primer paso a la profesionalización”.

“Hay medios y vías para vivir y progresar en Extremadura, y por supuesto en la música” (Ana León, Actúa Ibérica)

Lo primero que nos viene a la cabeza, después de la asociación de músicos, es la de salas, pero claro, si hubiera. “De lo que adolece ahora Extremadura es de escenarios y programadores que den continuidad al buen trabajo creativo en el sector. Crear un circuito de salas y espacios públicos es lo más urgente” Al habla, Carlos Ortiz, director de la agencia Backstageon de Cáceres quien apunta que para profesionalizar y dignificar el sector es necesario desterrar ese concepto de que la gratuidad es la base del acceso a la cultura. De eso sabe mucho Juanma Carrasco, al frente de Salón de Teatres (Almendralejo), una de las pocas salas con una programación estable y por la que pasan incluso artistas internacionales. “No ha sido fácil convencer al público de que pague una entrada por asistir a un concierto. Esto nos ha costado el enfrentamiento con nuestros clientes habituales pero creemos que es fundamental poner en valor el trabajo del músico y de la propia sala”. Será por ello por lo que por ejemplo los británicos The Wave Pictures cada vez que vienen a España se desvían a esta pequeña sala de Extremadura.

Al hilo de lo anterior, la reflexión más compartida por todos a los que nos hemos dirigido es que hay que poner en valor el trabajo de cada uno los profesionales que participan, y ese gesto de comprar una entrada, es un espaldarazo a un sector del que pueden vivir muchas familias. Y ahí viene la pregunta. ¿Hay público en Extremadura para sostener un circuito de salas estable? “Claro que hay público, pero estamos mal acostumbrados y mal educados. Sólo nos interesa aquello que ya conocemos, sean grupos ya famosos o tributos, o aquello que es gratis. Y los programadores, públicos y privados, en general, tampoco se preocupan mucho de invertir esa tendencia. Aún así, sigo creyendo en la resistencia, en el pico y la pala, en los valientes que se atreven a sacar proyectos musicales propios y en los valientes que van a conciertos y se atreven a programar con el corazón y no con el bolsillo”. Lo dice Chloé Bird mientras recordamos el espacio Croma de Cáceres, un escaparate artístico que cerró ya hace unos años. O la Aftasí y el Mercantil de Badajoz, referentes a nivel nacional. Y hablando de referentes, Chloé Bird es uno de los ejemplos positivos a la hora de exponer esos pasos a seguir para sacar adelante un proyecto musical desde Extremadura. “Si eres músico, es imprescindible que te plantees esto como un trabajo y no como un pasatiempo. Y si lo consideras un hobby, debes entender que hay gente que sí que quiere vivir de esto y no puedes reventar el mercado dando conciertos gratis. Es muy complicado porque las profesiones artísticas tienen mucho de pasión y a veces lo “mercantil” queda en un segundo plano. Mi primer paso fue hacerme autónoma y apostar al 100% por mi forma de entender la música. Es una decisión arriesgada, conlleva muchas horas (años) de trabajo y mucho esfuerzo y puede que no te salga bien, al menos a corto plazo, pero sin duda merece la pena intentarlo".

Charlamos con Chloé mientras vuelve de Madrid, imaginamos que no en ese tren fantasma del que todo el mundo habla últimamente. Un viaje a la capital que ya no es sólo de ida. “Siempre he defendido que se puede ser profesional y hacer proyectos artísticos de muchísima calidad desde la periferia. Para mí es casi un empeño personal poder demostrar que hay vida musical más allá de los grandes núcleos urbanos. Tenemos ordenadores, internet, redes sociales, carreteras… Sólo nos falta el tren”.

“Siempre he defendido que se puede ser profesional y hacer proyectos artísticos de muchísima calidad desde la periferia". Chloé Bird

Efectivamente las infraestructuras cuentan y en este negocio, mucho, sobre todo para atraer esa inversión privada, esos sponsors de los que habla Carlos Ortiz. “Sin duda alguna, faltan patrocinadores privados que se crean de una vez que la música en directo puede servirles para hacer más visible su marca. Hasta que las empresas no tengan claro eso, no saldremos del círculo vicioso en el que todo el peso no pueden tenerlo las instituciones”. Instituciones, público y esponsors, una media ponderada que puede hacer viable la industria de la música en Extremadura. La pelota está en el tejado de todos. Y por último, otra de las patas en las que debe apoyarse la escena musical extremeña es su condición fronteriza. Festivales como Europa Sur han apostado decididamente por la conexión con las escena portuguesa, además del Womad de Cáceres, por supuesto. El Alentejo portugués tiene mucha similitud con nuestra tierra, pero siempre ha habido una barrera comunicativa. La música y la cultura parece haber traspasado ese hito histórico. Al habla Luis García, asesor cultural de la Cámara Municipal de Évora. “Puede y debe haber un modelo conjunto de trabajo, yo diría hasta que lo estamos construyendo a partir del MUM y a partir del intercambio de propuestas. Este año vamos a tener en Évora a la Orquesta de Extremadura con los Inlavables y también los Pelujancanu. Participaremos en el MUM con una nueva creación que cruza elementos del paisaje sonoro del Alentejo con otras músicas en un contexto tecnológico contemporáneo”. Se trata del proyecto OMIRI del músico lisboeta Vasco Ribeiro Casais, que cerró la tercera edición del MUM y también este día en la oficina de la escena musical extremeña.

 

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