Entrevista en la que repasamos la carrera del diseñador gráfico Error! Design
Especiales / Error! Design

Entrevista en la que repasamos la carrera del diseñador gráfico Error! Design

Ana López González — 19-03-2022
Fotografía — Exposición de Error! Design

Xavi Forné es el nombre que se esconde tras Error! Design, probablemente uno de los diseñadores gráficos más conocidos dentro del panorama musical. Ahora presenta “Error! Design: 20 Years Of Music Artwork” (E!D, 22) un libro que recoge su trabajo y con el que celebra una trayectoria de más de veinte años.

Seguro que la mayoría de quienes estén leyendo esta entrevista habrá visto en algún momento un póster de gira o concierto con un diseño diferente, con aires vintage, y habrá sabido reconocer al instante que se trataba de un trabajo con la firma Error! Design. Y es que Xavi Forné ha sido capaz de crear un estilo propio –y muy imitado a día de hoy–, pero detrás quedan muchos años de esfuerzo y trabajo duro para llegar al lugar en el que está a día de hoy, quizás uno de los más fructíferos de su carrera.

¿Cómo te sientes al publicar el primer libro después de veintidós años de carrera profesional? Veintidós, no veinte, ¿no?
Son veintidós, sí. En el libro pone veinte, porque creo que un número redondo quedaba mucho mejor. Son veintidós, porque el primer poster que hice fue en el año 2000 muy cutremente y yo valoro que fue mi primer encuentro con el mundo del cartelismo. Sí que es verdad que empecé a estudiar mucho más tarde. Empecé haciendo carteles y la teoría del diseño la aprendí mucho más tarde. Si tuviera que empezar a contar cuándo fue la primera vez que hice un poster un poco más en serio, seguramente te diría que en 2008. Esos primeros ocho años, creo que fueron un momento y una época de aprender un poco a grandes rasgos qué mundo era el que me estaba atrayendo y motivando tanto, que es la imagen para la música. Y eso me hizo empezar a estudiar. El libro, para mí, ha sido un punto y aparte de estos primeros veinte años porque sentía la necesidad de poner un marcado en mi trayectoria. También porque quiero hacer otras cosas distintas ahora, pero sí que tenía ganas de marcar un punto. Son veinte años haciendo pósters de conciertos y, a partir de aquí, vamos a ver qué pasa.

"Me gustaría hacer algo para Black Sabbath también o para Iron Maiden. Estoy en ello."

¿Qué te llevó a decidirte a publicar el libro?
En primer lugar, tuvo mucho que ver la pandemia, porque, como todo el mundo, trabajé mucho menos de lo esperado. No había conciertos, por lo que yo no hacía carteles. Hacía alguna camiseta para algún grupo y alguna etiqueta de cerveza, que eran mis clientes más potenciales. Por lo demás, sobreviví de vender en la tienda online. Lo que tengo ya serigrafiado era lo único que me daba para comer. Entonces pensé que igual sería el momento perfecto para empezar a hacer un libro que resumiera mi trabajo. Es una cosa que llevo pensando desde el 2016 o así. Tengo unas carpetitas en las que puede leerse “Libro 2016”, “Libro 2018”... Siempre intentaba arrancar, pero luego veía todo el trabajo que conllevaba, que era buscar todo el material que tenías que meter dentro, aparte de esto, pues algo que lo completara, como entrevistas o textos de gente que colabora; y luego el material tuyo gráfico, los posters. “¿Cuántos meto? ¿Cuántas páginas hago? Hostia, es que justo la semana que viene tengo que empezar un cartel para Metallica. Si termino de maquetar ahora, no podré meter este”. Siempre pasaba algo que me hacía que empezaba a diseñar algo, pero no acababa nunca. Fue justo en 2020, tras volver un poco a la normalidad de que hay conciertos y yo vuelvo a tener algo trabajo, que pensé que sería buena idea hacerlo porque si en el futuro pasa algo y volvemos a estar así. Quería tenerlo todo ya preparado. Luego, barajé el rollo de cómo pagarlo y demás y, como era una animalada de dinero, pensé en hacer un crowdfunding, y así ya tenía la presión perfecta para decir: “En cuarenta días tengo que tener el libro terminado”. Y así fue cómo surgió.

¿Esperabas que la campaña en Verkami tuviera tanto éxito?
Uf, ¡qué va, qué va! El primer objetivo era recaudar 9.000 euros para hacer una edición de unas doscientas o ciento y pico páginas, con una tapa normal; un libro muy simple, muy normalito. Y eran 9.000 euros, que para mí es mucho, porque, aunque los puedas tener generados, gastarlos en estos tiempos, pues no es un buen momento. Y pensaba: “¿Y si hago un libro y luego no lo vendo? Pf, es una putada. Está muy guay, porque luego lo tienes, pero claro…”. Así que al final me decidí a lanzarlo así y fue brutal conseguirlo en un día y medio. El primer día, estuve machacando por WhatsApp a la gente. Hice mogollón de listas de difusión, de doscientos en doscientos. Tengo mil quinientos contactos, pues imagínate. Les iba diciendo que iba a hacer esto porque pensaba que, si no, no iba a conseguirlo. Y, claro, en un día y medio lo hice. Fue una ida de olla. Yo no había preparado el después, porque no pensaba que lo conseguiría. Creía que lo conseguiría quizás al final, incluso metiendo pasta yo, en plan: “He hecho cinco mil euros, pues meto yo los cuatro mil que quedan y lo hago”. Entonces, tuve que improvisar e iba publicando que, si conseguía tal cantidad de dinero, haríamos tapa dura, meteríamos más páginas o lo haríamos con una tinta especial. Me estaba volviendo loco, no sabía qué más hacer, no se me ocurrían más cosas. No pensaba en eso, no creía en mí. Es muy fuerte que, después de veinte años, no estaba creyendo en mi propio producto. Y, al final, ha salido de puta madre. Ha salido un libro de trescientas páginas con tapa dura y, de trescientas unidades que quería hacer, he hecho mil.

¿Esperas que la venta de libros siga el mismo camino que en Verkami?
Yo pensaba que costaría más, en primer lugar, porque el precio es el doble de lo que se ofrecía en Verkami.

Claro, porque en Verkami eran 30 euros lo que costaba, ¿no?
Sí, porque en ese momento era la edición del libro de doscientas páginas, sin tapa dura y sin ninguna parafernalia. Por eso el coste del libro era mucho menor. La gente que lo compró entonces, pues se llevó un libro por treinta euros, a precio de imprenta. Ahora estoy vendiéndolo a un precio diferente, porque hay todo un trabajo de maquetación y demás. Creo que el resultado es muy bueno para la gente que participó en Verkami, porque se han llevado un producto mucho mejor de lo que ellos habían pagado.
En cuanto a las ventas online han funcionado muy bien este mes, se han vendido unos cuarenta libros, que no está mal. Yo esperaba que este mes se vendieran unos cincuenta. Y el resto del año se van a vender en las expos que iré haciendo, que tengo ya unas cuantas programadas, y creo que es un buen momento para que la gente lo compre, también porque al estar tú allí, pues te piden que se lo dediques y eso es un plus.

¿Entonces vas a firmar el mío?
[Risas] Ningún problema, luego te lo firmo. De hecho, ahora voy casi como un artista, llevo mi rotulador encima siempre. Es el rotulador que me gusta para firmar los pedidos y luego lo probé para firmar los libros y ¡es brutal! No me considero un artista de firmar, pero como sabía que la gente me lo pediría, pues ahora lo llevo encima siempre por si acaso. La gente incluso me decía que me preparase frases para las firmas [risas]. Mira, hace un tiempo, participé en un libro con Toni Castarnado en el que yo hice las ilustraciones y él los textos. Y fui a la presentación que hizo en una librería en Barna y le pedían a él que se lo dedicaran, obviamente, y algunos me venían a mí y me decían que también querían que se lo firmara. Y yo pensaba: “Pero ¡¿y yo qué te pongo?!”. Me empezaba a liar a escribir y vi que eso no funcionaba así. Entonces, para este me preparé varias frases, que se quedó sólo en una que le viene niquelada al libro y nada, ahora ya me siento que soy un artista que puede firmar cosas en condiciones [risas].

"Mi idea es coger unas épocas de no hacer nada para música y hacer obra original, tanto en escultura como artprints"

En estos más de veinte años de carrera seguro que has vivido mil y una anécdotas. ¿Podrías contarnos alguna?
Sí, claro, hay de todo. Así que recuerde ahora mismo, cuando me ha escrito alguna banda a la que sigo y me gusta y que sean ellos mismos los que me escriban para pedirme un cartel. Por ejemplo, eso me pasó con Red Fang. Tenía un colega en el País Vasco que organizaba un concierto suyo en 2011. Yo los acababa de descubrir y me flipaban un montón. El cartel se lo hice gratis, porque era un colega y la banda me molaba. Lo hice en quince minutos, me salió súper rápido. Al día siguiente, recibí un mail del batería diciéndome que les había gustado mucho el póster y que si les daba permiso para hacer camisetas. Yo me quedé muy loco, porque, además, llevaba la mitad de trayectoria que ahora y estaba empezando a hacer buenos clientes. Total, que les dije que sí, que por supuesto, y que no quería dinero, que quería su permiso para hacer copias serigrafiadas. Me dijo que sí, que sin ningún problema. Al cabo de un par de meses, me volvió a escribir, porque querían que les hiciera el cartel de la gira europea del año siguiente, que fue cuando vinieron con Mastodon y les conocí. En ese momento ya entablamos una amistad brutal. Hemos currado un montón de veces juntos y hemos tocado juntos en Barna también, con Malämmar, mi banda, y al final creas ese vínculo con muchos clientes, que pasan a ser colegas. Esas son las anécdotas buenas, que hay un montón así de lo que es mi trabajo. Luego están las malas, aunque algunas acaban bien. Por ejemplo, me encargaron un re-diseño para una marca de cervezas, preparé la imagen concreta, una especie de mascota, que era lo que me habían pedido. Después de eso, nunca más se supo. Al cabo de un año, vi que la marca había sacado unas etiquetas con esa mascota tal cual y utilizando mi estilo de ilustración, que es grabado antiguo, que todo el mundo lo puede hacer. Además, tengo un curso online. Pues esa persona, que me había encargado el curro a mí, había hecho el curso. Entonces, empecé a escribirle comentarios en Facebook a la marca de cervezas. El director lo vio, me escribió y me dijo que no sabían nada de eso. Le pasé los mails y enlaces, para que viera todo lo que había ocurrido, y me dijo que estuviese tranquilo, que iban a echar a la persona que habían cogido, que se reunirían conmigo y que me contrataban a mí si quería. Al final, estuve cuatro años con ellos.

¿Cómo has evolucionado tú como diseñador y cómo tu obra en estos veintidós años?
Me di cuenta de que esto pasó de ser una afición a ser un trabajo. Hasta entonces no me había planteado ninguna manera de enfocarlo hacia ningún lado. Lo hacía en mis ratos libres, diseñar me motivaba mucho. Como vi que funcionaba ya por sí solo y que podía ser un trabajo, me centré más en ello y empecé a evolucionar dentro del estilo. En el libro, como es cronológico, se nota la evolución. Obviamente, el principio es muy distinto, pero luego, cuando el imaginario o el concepto es muy similar, sólo con los colores, ya te das cuenta de mi estado anímico o hacia dónde quiero ir.

¿Cuál crees que es tu mayor logro como diseñador?
Para mí y para cualquiera que sea diseñador o se quiera dedicar a esto, el mayor logro es poder realmente vivir de ello. Yo, antes de Error! Design, había currado en agencias y demás haciendo diseño, un diseño que no me gusta, pero ya vivía de ello. Para mí eso ya es un logro como diseñador, porque has estudiado y te estás dedicando a ello. El siguiente es cuando ya trabajas para ti mismo y, luego ya, cuando trabajas para ti mismo y haciendo lo que realmente te gusta. Ese es el logro más bestia de todos. Este es mi top tres.

¿Cómo has vivido la pandemia sin conciertos ni festivales? ¿Cómo te ha afectado a nivel laboral?
En el momento de la pandemia, lo que pasó es que éramos dos personas en el estudio por entonces. Pero empezamos a vender un montón online. Parecía que la gente estaba en casa y se volcó en comprar. A mí me fue genial eso, porque sobreviví de ello y cada mes sacaba para dos sueldos: para mí y para Marta, que es la chica con la que trabajé durante dos años en la galería, montando las expos conmigo, y luego tres años en estudio.

En una entrevista hace unos años, dijiste que el grupo con el que querías trabajar era Foo Fighters. Ahora que ya lo has conseguido, ¿con qué otro grupo te encantaría trabajar?
Es algo que me han preguntado mogollón de veces en entrevistas y casi siempre he intentado cambiar, porque es una pregunta muy difícil de responder y no es justo, porque me gustan muchas otras bandas. Lo de Foo Fighters debió ser porque, aunque hace un montón que no los escucho, debió ser un momento en que yo estaría muy enganchado a su música. Me marcaron mucho en su día y me apetecía hacer algo para ellos. Además, fue una casualidad del Mad Cool, porque me avisaron e hicimos una especie de grupo de diseñadores y yo empecé a delegar las bandas y lo que hacía cada uno. Yo, obviamente, elegí Foo Fighters porque era el momento perfecto para que pudiera trabajar con ellos. No sé si lo hubiese conseguido de otra manera. Me gustaría hacer algo para Black Sabbath también o para Iron Maiden. Estoy en ello, porque empecé hace un par de años, se canceló por covid, y ahora este año lo hacen en teoría. Tengo que terminarlo, porque se me perdió la motivación, pero sería otro logro en mi vida. El Xavi de quince años estaría llorando de emoción.

Un grupo que no encaje nada contigo por estilo, pero con quien hayas tenido que trabajar.
Sí, claro, hay muchas. Por ejemplo, David Guetta. Trabajé para el Barcelona Beach Festival, porque Joe Pérez, que es una de las personas que lo lleva, y yo habíamos trabajado juntos en Live Nation y me propuso hacer el póster del festival, que no es mi rollo, pero justo lo que ellos me pedían sí que lo era. A partir de ahí, me pidieron hacer uno para David Guetta. Luego hice uno también para Kygo, también otro para Queen, aunque creo que entra dentro de mi estilo. Le hice otro a Juanes. Yo se lo hago a quien me paga [risas].

El otro día, en Canal Gallery, vi un par de figuras de gato. ¿Las vas a comercializar? ¿Qué otros objetos tienes pensado o te gustaría vender?
Estas en concreto no, porque son de muestra, pero mi idea de lo que quiero hacer a partir de ahora es que quiero hacer escultura. Son diseños en 3D que diseñé yo. Sabía que quería un gato de tal manera, lo dibujé en Photoshop y una persona que controla 3D me hizo el render y luego lo envié a imprimir. Son impresiones 3D tal cual, pintadas a mano por mí. Ahora he hecho diez copias en pequeñito, en resina, que tendré que pintar a mano y que serán las que se venderán. También quiero hacer un tamaño mayor. Me apetece mucho hacer algo que sea con el ordenador apagado. Tengo ganas de ponerme en una mesa con luz, música y pintar.

¿Tienes algún proyecto a corto plazo? ¿Quieres hacer algo que se salga del tema música y conciertos?
Es mi intención, pero no paran de salirme cosas. Ahora justo acabo de hacer una para Mono, para Steve Von Till, para Toundra, etcétera. Lo que pasa es que hay muchos clientes con los que ya trabajaba, y con los que continúo trabajando, que siempre salen y me piden algo. A estos no les digo que no y no acabo de parar nunca. Mi idea es coger unas épocas de no hacer nada para música y hacer obra original, tanto en escultura como artprints. Tengo ganas y me quiero abrir un mercado nuevo, porque la gente está acostumbrada a comprarte un póster, que el precio suele ser asequible, y yo quiero desmarcarme, trabajar más por galerías de arte.

Veintidós años de carrera, ¿cómo te ves dentro de otros veinte?
No lo sé, pero me cuesta mucho verme haciendo lo que hago ahora. Una de mis grandes ansiedades es pensar en qué haré. No me veo diseñando carteles de conciertos, porque hay mucha gente nueva que están más al día. Yo no me renuevo, aunque me guste aprender cosas. Al final, la gente te encarga por lo que eres y yo no me veo en veinte años haciendo pósters de conciertos y sufriendo por lo que te puedan pagar. Está muy mal pagado. Yo espero, dentro de veinte años, haberme hecho un nombre y que pueda vender mi obra de otra manera o incluso tenga mis clientes de diseño. No me cierro a trabajar para empresas como hacía antes. Es algo que no me gustaba, pero si pudiera hacerlo de manera más creativa, no me importaría. Es algo que siempre va a estar, siempre se va a necesitar y lo sé hacer.

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.