"Si quieres vengarte de alguien lo mejor que puedes hacer es olvidarle"
Entrevistas / Benjamin Biolay

"Si quieres vengarte de alguien lo mejor que puedes hacer es olvidarle"

Cristina V. Miranda — 03-12-2012
Fotografía — Claude Gassian

Dos años después de “La Superbe”, “Vengeance” (Naïve, 12) aparece, paradójicamente, como un disco más calmado y festivo, alegre desde ese prisma ácido marca de la casa. Benjamin Biolay olvida el despecho y aplica la que según es la mejor venganza de todas, el olvido.

Nos reunimos con Benjamin Biolay en la terraza de un céntrico hotel de Madrid. Nos advierten de que ha pasado una noche horrible y que está muy cansado, pero, a pesar del retraso, nos recibe sonriente y cercano, y con ganas de comentar lo que está pasando en España y Europa. A Biolay le gusta hablar de política y lo intentará a cada menor ocasión, dejando muy clara una cosa: “cada uno puede interpretar el disco como quiera, pero sería un error creer que se trata sólo de un disco de amor. Muchas veces las parábolas o metáforas que utilizas se pierden en la escucha o no llegan en la manera en que uno las ha pensado. Como esas canciones que hablan de acostarse con alguien o de salir a bailar y un día descubres que te están contando mucho más. A mí me pasó con The Smiths cuando era joven, La Biblia también es un ejemplo y bueno, ya sabes, ‘Mr. Tambourine Man’ no habla precisamente sobre una pandereta. Puede que este parezca un disco de amor pero si profundizas descubrirás mucho más, porque nace sobre todo de una inquietud social”. Y antes de que me dé cuenta está inmerso en una disertación sobre los conflictos religiosos de los suburbios franceses de la que resulta difícil sacarle. Así que centro su atención en el single, “Aime Mon Amour”, una conmovedora balada en la que no parece que haya posibles dobles lecturas y en la que el protagonista tan sólo pide una cosa, que el nuevo amante de su ex mujer la ame bien. “Tampoco se puede decir que sea estrictamente una canción de amor, está movida por ese sentimiento de protección superior. Él sigue enamorado de ella pero acepta la derrota y le dice a ese tío, tú ganas, pero mucho cuidado porque como la jodas… ¡habrá problemas!”. Esto último lo dice cantando, pero con una entonación tan sentida que nos hace suponer cuánto de él puede haber aquí, aunque como ya ha insistido otras veces: “todo es autobiográfico, pero nada es personal”.

Pero si hay una canción afilada en este disco, esa es “Vengeance”, en la que oímos decir en castellano: “venganza por siempre y para siempre’, mientras un Benjamin apasionado responde, ‘Il n'y a ni pardon ni revanche. L'oubli, l'oubli, en revanche. Reste l'unique et seule vengeance”. “Sin ninguna duda, si quieres vengarte de alguien lo mejor que puedes hacer es olvidarle. Claro que puede ser un sentimiento placentero, pero el verdadero placer de la venganza radica en pensar sobre ella, cuando realmente la llevas a cabo sólo consigues sentirte decepcionado y triste”. Y aquí vamos otra vez. “Por ejemplo en Francia, con Sarkozy, la mejor manera de vengarse de él era actuar de otra manera. La venganza más dulce es hacer algo totalmente diferente. Hollande es un hombre inteligente y fiel a su país, está tratando de cambiar las cosas y tienen una visión de Europa totalmente diferente a la de Sarkozy. No tiene miedo de Merkel, ¡ni siquiera de Putin! porque esto no es un concurso de a ver quién la tiene más grande, en eso seguro que ganaría Putin, porque él siempre gana en eso, Putin es como Jay Z”.

No importa de lo que hable, como si de una calculadísima acción de promoción se tratase, Biolay es la viva imagen del disco que está presentando; un disco tierno en el ataque, pero comprometido y lleno de matices, rebosante de hits inmediatos como “Le Sommeil Attendra” o “Personne Dans Mon Lit”, pero también de piezas más oscuras como “Sous Le Lac Gelé”. Un álbum extraordinariamente contemporáneo y ecléctico, cien por cien Biolay, para el que, como ya es habitual en él, vuelve a rodearse de buenos amigos y músicos a los que admira. En total seis colaboraciones entre las que destaca la sensual voz de Vanesa Paradis en “Profite”, la de la australiana Julia Stone en “Conffetis” y, muy especialmente, la actuación del músico malinense, Oxmo Puccino, con el que Benjamin vuelve a adentrarse por los caminos del hip hop y el rap en “Belle Époque (Night Shop)”. Un experimento que repite en otra de las canciones del disco con otro músico francés del mismo estilo, Orelsan.
“Vengeance” es el séptimo disco de Biolay, y para él ha vuelto a tomarse todo el tiempo necesario hasta lograr el resultado buscado. Aunque tiempo no es precisamente lo que le sobra a un hombre que además de a lo suyo, se dedica a componer para su hermana (Coralie Clement) y otros amigos cercanos, a realizar bandas sonoras para el cine y un largo etcétera. “¿Lo próximo?”, soltó un minuto antes de apagar la grabadora, “una colaboración muy especial con Soleá Morente”.

4 comentarios
  1. entrevista brevísima, únicamente dos preguntas? me he quedado con ganas de más.
    gran disco, a ver si lo presenta en España.

  2. 3 años después, no dos

  3. J'ai de9couvert Lescop dernie8rement et j'ai aussi eu un coup de coeur.Malheureusement, absolument pas prtaage9 par mon entourage Et je vois que nous avons des gofbts musicaux en commun !!

  4. y a qu une fille dans ton classement; c est du sexsmie?J aurai bien vu Olivia Ruiz qui est au moins aussi crispante que be9nabar Sinon il y en a plein que je connais pas, c est encourageant.

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