"El alcoholismo altera tu percepción de lo que hacen los demás"
Entrevistas / Lol Tolhurst

"El alcoholismo altera tu percepción de lo que hacen los demás"

Laura Layoun Filippa — 27-09-2016
Fotografía — Laura Layoun Filippa

Junto a Robert Smith y Michael Dempsey, Lawrence ‘Lol’ Tolhurst fue uno de los fundadores de The Cure, la mítica banda británica de rock alternativo que tuvo su origen a finales de los años setenta y que ostenta una longevidad reservada a pocos. Aún más longeva es la amistad de estos chicos imaginarios. Lol y Robert se conocieron cuando tenían cinco años, aunque tardarían unos años más en gestar los orígenes de The Cure, primero con The Obelisk y Malice y luego con Easy Cure. En palabras de Lol: “Robert me cogió de la mano y me llevó al autobús. Fue el primero de muchos viajes juntos”. Ahora nos cuenta cómo fue todo en sus memorias, “Cured: The Tale Of Two Imaginary Boys”.

Escritor de alma, Lol lleva una pluma tatuada y, según él, escribir este libro ha sido lo más creativo que ha hecho desde que dejó The Cure. “Cured: The Tale Of Two Imaginary Boys” narra las memorias de Lol, la manera en que él recuerda las diferentes fases de su vida, de la cual The Cure ha formado gran parte. El libro ofrece, además, un interesante enfoque desde el contexto sociopolítico en que se creó la banda, anécdotas jugosas y fotos inéditas. Gracias a Quercus, que editó el libro en Inglaterra, pudimos asistir a la presentación en Waterstones de Manchester y sentarnos con Lol para conversar acerca del libro y de The Cure.

¿Por qué decidiste escribir un libro y por qué ahora?
Porque ahora que tengo cincuenta y tantos años es buen momento para analizar mi vida. No podría haberlo hecho a los treinta y pico; habría sido demasiado pronto y no habría sido la misma historia. Además, en 2013, hablando con Robert, tuve una especie de epifanía. Me di cuenta de que tenía que escribir el libro. Siempre quise ser escritor. Siempre. Así que es el momento ideal. Y ¿por qué no?

¿El título, “Cured” (‘curado’), se refiere a la influencia positiva que tuvo The Cure en ti o, por el contrario, a las secuelas que te dejó el haber formado parte de la banda?
Puede que se refiera a ambas cosas pero, en realidad, se trata de llegar a ese momento de tu vida en el que sientes que las cosas se resuelven. El libro trata de redención. De ahí lo de “curado”. Además del juego de palabras con el nombre del grupo, es como me siento.

El diseño de la tapa es de Pearl (antes conocido como Porl) Thompson, quien diseñó también las carátulas de algunos de los discos de The Cure y cuya pasión por el arte hizo que dejara el grupo un par de veces. ¿Le contactaste tú o se ofreció para el trabajo?
Pues eso lo cuento en el libro. La respuesta está en las últimas páginas. Quizás sea mejor no decir más. Pearl y yo somos amigos desde los diecisiete años, desde el principio del grupo. Nos reencontramos como explico en el libro y fue algo que surgió naturalmente.

Dicen que no hay que juzgar un libro por la tapa… pero, en este caso, es imposible. ¿Es la tapa un adelanto de lo que nos encontraremos dentro, o sea, de tu relación con Robert durante los años de The Cure?
Sí, vendría a ser la infraestructura, porque nos conocemos desde los cinco años. Mis padres fallecieron así que Robert es la persona a la que conozco desde hace más años. Es una parte enorme de mi vida y me pareció adecuado reflejarlo en la portada, de la misma manera que me pareció adecuado que el diseño fuera de Pearl. Así de simple.

Hablando de los años de The Cure, el comienzo de los ochenta fue caótico: Simon dejó el grupo, Robert se repartía entre The Cure, Siouxsie And The Banshees y otros proyectos, mientras que tú pasaste de batería a teclados, según dicen, porque no podías tocar “Let’s Go To Bed” (aunque, irónicamente, en el vídeo, sólo estáis Robert y tú, pues erais los únicos miembros que quedaban en el grupo en aquel momento). ¿Qué estaba pasando tras bastidores?
Pues muchas cosas. Supongo que la respuesta sencilla es que, cuando empezamos con The Cure, no teníamos un rol asignado de batería, guitarrista, bajista… Dijimos que tocaríamos lo que hiciera falta porque nos daba una mayor sensación de lo que podíamos hacer. Yo, en particular, había empezado a tocar la batería para estar en un grupo y no al revés. Cuando sólo quedábamos dos, dije: “Bueno, voy a cambiar. Haré algo diferente”. Y me pareció lo más natural pasar a teclados porque es un instrumento rítmico también así que es muy similar a la batería. Además, estaban surgiendo muchas cosas nuevas con música electrónica en aquel momento y yo quería ser parte de eso y quería que el grupo fuera parte de eso. De alguna manera, nos hice entrar a la fuerza a finales del siglo XX. Eso era lo que estaba pasando tras bastidores. Fue una época caótica, pero no se me ocurre ninguna época en la carrera de The Cure que no haya sido caótica.

Por último, a finales de los años ochenta, te “echaron” del grupo y te reemplazaron por Roger O’Donnell por supuestos problemas con la bebida. Robert Smith llegó a decir (aunque en broma) que gastabas en alcohol la mitad de las ganancias del grupo y que sería mejor tanto para el grupo como para ti que te fueras. A menudo, decían que el grupo estaba dividido en dos: tú por un lado y el resto por el otro. ¿Realmente fue así? ¿En aquel momento, sentías que estaban todos contra ti?
No, jamás sentí que estuvieran todos contra mí. Yo tenía un problema, del que hablo extensamente en “Cured”, así que, aunque éramos amigos al principio, luego mi enfermedad comenzó a interponerse. Y se interpuso en todo lo relacionado con The Cure, con lo que no culpo a nadie por pensar lo que pensaron en su momento. Cuando estás en un grupo, nunca sabes cómo serán las cosas ni cómo cambiarán. Y las cosas cambian. Así que nosotros tuvimos que cambiar. Y eso significaba que yo también tenía que cambiar. Para mí, la vida normal incluía el alcoholismo, y formar parte de una banda lo aceleró. En aquel momento, no me daba cuenta de que tenía un problema. Creía que me estaba volviendo loco. No estaba preparado para el diagnóstico.

¿Cuál era y es tu relación con Simon Gallup? A pesar de que no es uno de los fundadores de The Cure, es uno de los pilares del grupo.
Nos criamos juntos. Simon vivía en mi pueblo y nos conocemos desde los catorce años. Lo considero uno de mis más queridos y viejos amigos, y nos llevamos muy bien. Incluso hoy en día nos escribimos a menudo y quedamos cuando The Cure vienen a Los Angeles.

¿Cómo fue trabajar con Tim Pope? En una entrevista de 1987, Robert cuenta que el común denominador en todos los vídeos es que te perseguían a ti.
Me encanta Tim. Fue la persona ideal para dar el enfoque adecuado al aspecto visual de The Cure y, como director, es un genio. Aunque es verdad que le gustaba hacerme sufrir. Pero no te preocupes, ya me vengaré.

Tras dejar el grupo, demandaste a Robert por derechos de autor. Parecía que no había vuelta atrás pero te pusiste en contacto con él hace unos años e hicisteis las paces. ¿Te pareció que tenías que disculparte?
El alcoholismo altera tu percepción de lo que hacen los demás y tiendes a culpar a todos. Además, el sistema jurídico inglés no te permite retirarte de un proceso que ya está en marcha aunque, a mitad de camino, pensé: “¿Qué estoy haciendo?”. Tenía que disculparme. Era parte del proceso para recuperarme del alcoholismo, que es una enfermedad como cualquier otra (escribo mucho al respecto en el libro). Y me he recuperado; estoy curado. Llevo veintisiete años sobrio, y parte de ese proceso consistía en disculparme con aquellas personas a las que había hecho daño. La gente me decía: “¿Esperas que Robert te perdone?”. Pues la verdad es que sí, porque cuando hay amistad es para siempre. Si un amigo te hace algo malo, si la amistad es verdadera y se hace cargo de sus errores, le perdonas. El alcoholismo destruye muchas relaciones así que sí, tenía que disculparme, pero también tenía que enmendar mis errores. Y así lo hice. Y Robert y los demás lo aceptaron una vez que lo hice bien y con sinceridad.

Debió ser difícil…
¿Sabes qué? La vida es difícil pero, una vez que eres consciente de ello, lo superas. Por eso estoy aquí y por eso estamos aquí. Quiero ser mejor, quiero ayudar a los demás. Es uno de los motivos por los que he escrito el libro: para ser de utilidad, para ayudar. Y sí, la vida es difícil pero qué más da. Mientras tenga brazos y piernas, ¿sabes qué te digo? que mi vida no es tan difícil.

¿Y cómo fue volver a tocar con The Cure en 2011? ¿Te gustaría volver a tiempo completo?
Tocar en 2011 fue genial. Le comenté a Robert que había estado tocando en Europa con Levinhurst un par de veces, que habíamos tocado algunas de las viejas canciones y que lo había disfrutado mucho. Le dije que el año siguiente era el treinta aniversario de “Faith” y que deberíamos hacer algo. Me contestó que sí pero que hiciéramos los tres primeros discos. Y eso hicimos. Fue genial, igual que cuando empezamos, como si nada hubiera cambiado. Fue muy potente y lo volvería a hacer, aunque ahora mismo estoy muy ocupado con el libro y me queda otro año antes de poder pensar en otra cosa. Pero lo bueno de mi vida en estos momentos es que todo es posible. Y mi propósito de Año Nuevo de este año es decir a todo que sí en lugar de decir “eso no lo hago”. Sí. Y funciona. Te sorprenderías.

¿Cómo habría sido tu vida si no hubieras firmado el contrato con Fiction o si te hubieras marchado al principio como Michael Dempsey?
Creo que sería escritor, porque es lo que siempre he querido ser.

Desde que dejaste The Cure, seguiste trabajando con Michael, primero con Presence y luego con Levinhurst, tu grupo actual, cuyo sonido recuerda bastante a The Cure. ¿Qué otros proyectos tienes aparte del grupo y el libro?
La verdad es que no tengo más proyectos aparte del grupo y el libro; me tienen bastante ocupado. Vivir la vida es mi otro proyecto.

¿Y alguno de esos proyectos te traerá a España?
Espero que ambos me traigan a España aunque aún no te sabría decir. Quizás el año que viene porque tengo pensado editar el libro en varios países y varios idiomas. Ya tengo dos traducciones casi terminadas. Pero vendré algún día. Todo a su debido tiempo. Quién habría dicho que escribiría un libro y que lo publicarían. Y hoy el libro ya está a la venta. Así que todo es posible.También tienes a la venta algunos recuerdos, como libros de gira, pases, discos de oro, etcétera, para financiar la gira del libro. ¿Te ha resultado difícil desprenderte de ellos?Sí, en algunos casos, ha sido difícil. Le dije a mi hijo, que tiene veinticuatro años, que iba a vender algunas cosas para hacer la gira por Estados Unidos y si quería que le guardara algo para él. Me dijo que lo vendiera todo porque los recuerdos que tiene conmigo son los únicos que necesita. Me pareció un gesto muy bonito. Sin embargo, le he guardado la mitad de las cosas. Más de la mitad, en realidad; dos tercios. Y las cosas que he dado creo que encontrarán buenos hogares, así que está bien.

Tu hijo Gray también es músico. ¿Estás contento de que haya elegido ese camino y has tenido alguna influencia sobre él?
Sí, le dije que tenía que acabar los estudios, y acabará la carrera este año. Tiene tres títulos pero es músico y se dedicará también a eso.

En las primeras páginas del libro, hablas de la relación con tu padre. ¿Fue difícil recordar esa época?
Sí, aunque al recordar cómo era mi padre, me pareció evidente que era el momento de romper el ciclo. Por eso, todo aquello que no me gustaba de mi padre, no lo he hecho con mi hijo. Mi padre nunca se interesó por mí y yo he procurado estar muy presente en la vida de mi hijo. Así que esa es la diferencia porque, de otra manera, haces lo mismo que tu padre hizo contigo y así sucesivamente. Y yo estoy a favor del cambio, del cambio para mejor.

¿Cuál es tu mayor contribución a The Cure y su mayor contribución hacia ti?
Pues la verdad es que no te sabría decir cuál es mi mayor contribución a The Cure… Veo lo que me dicen los demás, pero yo no soy capaz de decirlo. Y su mayor contribución ha sido la mayor parte de mi vida adulta.

Os recordamos que The Cure actuarán en Madrid (20 noviembre, Barclaycard Center), Bilbao (24 noviembre, Bilbao Exhibition Centre) y Barcelona (26 noviembre, Palau Sant Jordi).

 

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