Become Zero

Helen Money, conocida también por su verdadero nombre, Alison Chesley, es una cellista que vive en Los Angeles, y cuya trayectoria se reconoce por sus incursiones en la escena metal, con bandas como Anthrax, Disturbed y Russian Circles.

Ahora ha decidido dar un paso atrás en la evolución sonora que planteó con su anterior trabajo, Countdown (2013), hacia un sonido más oscuro, ambiguo, y puramente ambiental.

El timbre de algunos instrumentos posee una expresividad que, por sí mismo, da la impresión de ser autosuficientes. En este sentido, el cello de Helen Money no necesita más que a sí mismo para recrear las atmósferas y los pasajes más lúgubres y minimalistas que en la música puedan imaginarse. Por supuesto, la aparición del cello en el noise-rock o la escena más underground no es algo nuevo. Desde los años 90 en Rusia, Alemania o Estados Unidos, se han dado grandes exponentes que lo han integrado de diferentes formas e intenciones; como los mundialmente conocidos Apocalyptica, la intérprete Rasputina, que tocó con Nirvana o Marilyn Manson, y tantos otros ejemplos que constituyen una categoría propia (cello rock): Murder by Death, Kanon Wakeshima, Hevein, Cursive...

Helen Money, en cambio, escapa de cualquier etiqueta o convencionalismo. Su proyecto es radicalmente anti-musical y, pese a que explota todo tipo de técnicas (cuerda percutida o pizzicato, pedales de distorsión, etc.), el resultado es un breve disco al que, si se le recortan los espacios ambientales, apenas queda en nada. El vacío se apropia de este Become Zero, donde el título ya nos lo está advirtiendo. Casi carente de toda musicalidad, las cuerdas vibran para reflejar sensaciones puras, sin coloraturas ni atributos. Si se presta atención, el resultado es algo más profundo, más sesudo, que una mera yuxtaposición de sonidos, de texturas, pero es tan difícil llegar a ese estado mental, que quizá Helen se ha pasado de pretenciosidad.