Música de mierda, mierda de música. Entrevista con Carl Wilson
Especiales / Carl Wilson

Música de mierda, mierda de música. Entrevista con Carl Wilson

Joan S. Luna — 24-02-2016
Empresa — Blackie Books
Fotografía — Erin Brubacher

Céline Dion fue durante muchos años una de las cantantes más importantes del mundo, ganándose el paso a la historia con baladas y medios tiempos, pero sobre todo con el tema central de “Titanic”, la épica y almibarada “My Heart Will Go On”. Ahora, además, es el eje central del divertido e interesante “Música de mierda” (titulado originalmente “Let’s Talk About Love: A Journey To The End Of Taste” y publicado en lengua inglesa en la colección temática 33 1/3), que en España publica la siempre acertada editorial Blackie Books.

Para empezar debo decirte que he disfrutado leyendo tu libro. Cuando lo empecé no imaginaba que iba a ser un trayecto tan divertido... pero lo es. ¿Eres una nueva persona o, mejor dicho, un nuevo crítico después de haber escrito el libro?
Tengo que reconoce

Para empezar debo decirte que he disfrutado leyendo tu libro. Cuando lo empecé no imaginaba que iba a ser un trayecto tan divertido... pero lo es. ¿Eres una nueva persona o, mejor dicho, un nuevo crítico después de haber escrito el libro?
Tengo que reconocer que el libro me ha cambiado como crítico, aunque en cierta manera lo que ha hecho ha sido dibujar pequeños cambios sobre los que ya estaba pensando antes de escribir el libro. Fue el último paso en la evolución de ser un crítico a ser un ensayista. Y el material con el que trabajé cambió mi perspectiva sobre mis propios gustos, sobre la ‘superioridad’ artística o la ‘inferioridad’. Ahora me siento menos como un persuasor o un abogado y más como un explorador y un iniciador de conversaciones, o en ocasiones incluso solamente como alguien que participa en una gran conversación cultural.

"Quería cuestionarme las bases de mis gustos y buscaba que los lectores hicieran lo mismo, y a la vez sugerir que hay una ética y unas decisiones políticas alrededor de esas elecciones".

El libro se publicó originalmene hace unos nueve años, pero el éxito de Céline Dion ha pasado a ser algo más discreto que en aquellos días. ¿Qué crees que ha cambiado para que sea así?
Sí, Céline tiene ahora la edad de una artista veterana, en los cuarenta y tantos, así que su posición es muy distinta de la estar en medio de la acción o en lo más alto de los tops. También ocurre que abandonó ciertos aspectos de su carrera durante la enfermedad de su marido y ahora que ha muerto será interesante ver sus próximos pasos una vez su familia se haya recompuesto del dolor y del luto.

He leído en algún lugar que tu idea inicial era escribir sobre Pere Ubu, pero que te sorprendiste mucho al descubrir lo importantes que eran las ventas de Dion. ¿Es eso cierto?
Sí, es cierto. Mis primeras propuestas para el editor de la colección 33 1/3 fueron ‘Good Old Boys’ de Randy Newman y ‘Dub Housing’ de Pere Ubu, dos de mis discos favoritos de la mitad de los setenta. Pensaron que ninguno de esos dos títulos funcionaría demasiado. Me molesté un poco con su respuesta, así que repasé los veinte discos que más habían vendido de la historia y esperando sonar sarcástico les propuse el grandes éxitos de Eagles (visto con perspectiva hubiera sido un buen tema para escribir)... Pero me sorprendió encontrarme en esa lista de discos con varios álbumes de Céline, así que sentí que de repente había cosas que podía decir sobre Céline Dion, o por lo menos podía servirme de excusa para estudiar los gustos culturales.

“Let’s Talk About Love: A Journey To The End Of Taste”, editado en España como “Música de mierda”, apareció originalmente en la colección 33 1/3. Ahora luce mucho mejor, con un diseño que le da una personalidad concreta aunque no deja tan claro que gira alrededor de un disco de Céline Dion... o no lo hace... o sí lo hace...
Originalmente apareció en esa excelente serie de libros cortos dedicados a álbumes individuales, pero Bloomsbury decidió publicarlo de nuevo en un libro más grande después de que se convirtiera en el título más exitoso de la colección. Pensé que eso ayudaría a que la gente pudiese de otro modo y darse cuenta de que hablaba de algo mucho más amplio que un disco. Aunque te diré que, cuando miro atrás, me sorprendo de que en realidad sea mucho más sobre Céline Dion de lo que esperaba. La explicación más clara que puedo dar sobre este libro es que trata sobre el gusto y los conflictos culturales estructurados a partir de la un álbum de Dion como caso de estudio.

Voy a hablarte de mi caso concreto. Cuando empecé a leer el libro no conectaba nada con la música de Céline Dion y no respetaba demasiado (en términos musicales) su trabajo, aunque me gustan muchos otros nombres comerciales o incluso muy comerciales. Después de leer tu libro su música no me parece más interesante que antes, pero se ha ganado todo mi respeto por su personalidad, o por lo menos lo que describes de ella en su libro. Lo que ocurre es que, al mismo tiempo, no creo que esa fuera tu intención, el que cambiásemos nuestro punto de vista sobre Céline Dion, sino que pretendíamos hacernos pensar sobre nuestros prejuicios como oyentes. Al final me has hecho pensar sobre todo ello, cierto, pero en realidad lo que más ha cambiado es que ahora me interesa más como persona. ¿Imaginabas que eso también podía ocurrir?
Creo que no sabía qué esperar, pero lo que tú has experimentado está muy cerca de lo que yo sentí. Sí, la idea principal era hablar sobre qué ocurría realmente cuando decidimos que nos gusta o no un artista o una obra musical, o cualquier obra de arte. Quería cuestionarme las bases de mis gustos y buscaba que los lectores hicieran lo mismo, y a la vez sugerir que hay una ética y unas decisiones políticas alrededor de esas elecciones. Son elecciones con contenido social y expresividad social. Uno de los asuntos principales es que usamos nuestros gustos culturales para subrayar que no somos como el resto de gente, y a menudo eso conlleva que haya algo deficiente en la gente a la que le gustan las cosas que no nos gustan o en la gente que las hace. Yo quería cuestionarme ese instinto. También creo que es imposible dedicar mucho tiempo a pensar sobre Céline Dion sin darse cuenta de que es una buena persona y que se cree una especie de empatía y de vínculo con ella aunque siga sin interesarte su música.

Según recuerdo, mucha gente dice en tu libro que la voz de Céline Dion es la más grande y que nadie puede cantar mejor que ella, pero no tengo claro si eso es algo que también piensas o algo que has optado por aceptar.
Ella no representaba la forma de cantar que me gustaba, pero haciendo el libro eso ha cambiado un poco y he aprendido a apreciar un poco más las formas de cantar más teatrales, más extremas en ese sentido. Incluso así no podría decir que es la mejor cantante, aunque creo que tiene un talento extraordinario. Hay cosas que la voz de Billie Holiday me provoca, por ejemplo, a las que Céline no puede ni acercarse.

Me ha parecido muy interesante cuando acudes a situaciones de otros países y culturas para conseguir que entendamos el alcance de la música de Céline Dion, que veamos lo grande que puede ser en lugares como China o Irak.
Me pasé mucho tiempo en la biblioteca y en Internet revisando artículos y referencia que puedan ayudarme más que centrarme en cifras de ventas. Lo hico fundamentalmente para mostrar que la popularidad de Céline no era una especie de fenómeno exclusivo del show business del norte de América. Su forma de cantar tiene algo universal, y la mayor parte de las culturas cuentan con sus propios equivalentes de ella. Da la impresión de que los seres humanos conectan con las grandes baladas. Somos más criaturas melodramáticas que sectores cool, algo que los sectores más hip de la cultura prefieren no reconocer.

No sé si algún otro periodista catalán o de algún otro lugar que cuente con una pequeña cultura propia te lo habrá comentado, pero me ha parecido interesante la parte en la que hablas de la reivindicación de Dion de la cultura de Quebec, con su pequeña lengua, su cultura particular... su caso es curioso. Mantiene su cultura local y al mismo tiempo es un gran icono universal.
Existe una gran identificación entre Quebec y Cataluña. Cuando estudiaba en Montreal tuve la suerte de contar con un buen amigo de familia española, con lo que me familiaricé con los paralelismos entre ambas situaciones políticas y culturales. Cualquier persona que sea consciente de la problemática del nacionalismo en Quebec sigue con atención el debate que hay ahora mismo planteado en ese sentido en España. Solamente he estado una vez en España y, desgraciadamente, como veníamos conduciendo desde Lisboa no llegamos hasta Barcelona, pero pasamos por Madrid, Sevilla y Granada. Espero visitar Barcelona en un futuro próximo. Va a ser curioso descubrir si el pueblo catalán cuenta con una especie de ‘embajador pop’ de su cultura como alguna gente opina que es ‘nuestra Céline’. Están Dalí o Gaudí, pero lo son de un modo muy distinto. Quebec ha tenido más éxito a la hora de contar con artistas que han trabajado a un nivel internacional sin abandonar la parte ‘quebequesa’ distintiva de su personalidad. Por otro lado, fuera de Canadá la gente no suele reconocer esta distinción, así que por lo general mucho americanos han interpretado que Céline era más un tipo de extraño personaje excéntrico que entender que simplemente era alguien con raíces fuera de la cultura americana.

Antes de acabar te voy a dar un trabajo extra, responderme a un par de preguntas que me interesan. En primer lugar, ¿cuál es tu canción favorita de Céline Dion?
Mi canción favorita de Céline tiene que ser ‘It’s All Coming Back To Me Now’, porque creo que alcanza sus máximas cotas de grandeza teatral. También me gusta su antigua canción en francés ‘Ziggy’, que trata sobre una jovencita enamorada de un chico gay. ¡No esperaba encontrar una referencia a David Bowie en el catálogo de Céline Dion!.

En segundo, ¿por qué motivo empezaste a trabajar como crítico de música pop rock? ¿Tiene algo que ver que tengas el mismo nombre que uno de los The Beach Boys originales?
Mi nombre no fue un factor relevante (risas). Y a menudo he pensado que debería haber usado otra firma, con iniciales o con mi segundo nombre para que esa confusión no se diera mucho. Cuando empecé no me preocupaba nada por cómo sería de fácil encontrarme en Google. Aunque la respuesta real a tu pregunta es que siempre había querido ser escritor y fue por una serie de accidentes que escribir sobre música (y sobre artes en general) se convirtió en mi vocación. Era un apasionado de la música y me di cuenta de que era una de las cosas sobre las que mejor escribía. Luego descubrí que había una excelente red de excelentes escritores trabajando en ese campo, así que me siento orgulloso de ser uno de ellos, interactuar con ellos y contribuir con lo que pueda a nuestro proyecto de pensar mucho y escribir creativamente sobre el siempre cambiante paisaje de la cultura popular.

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