Yo soy Espartaco
Libros / Kirk Douglas

Yo soy Espartaco

8 / 10
Luis J. Menéndez — 13-10-2014
Empresa — Capitán Swing

A poco que hayas seguido la trayectoria de la editorial madrileña Capitán Swing sabrás que prácticamente todas sus referencias tienen por objetivo el análisis sociopolítico, un aspecto que también está presente en “Yo soy Espartaco”, aunque tal vez no en la misma medida que otros títulos de la colección. Que firme el prólogo de este libro un tipo como George Clooney, cuyo compromiso con las injusticias inevitablemente queda opacado por el glamour que rodea cualquiera de sus movimientos, puede dar una idea aproximada de aquello a lo que me refiero. Y sin embargo es el propio Clooney el que da con la clave cuando afirma… “Kirk Douglas es muchas cosas. Estrellas de cine. Actor, Productor, Pero, en primer lugar y por encima de todo, es un hombre de una naturaleza extraordinaria. Esa naturaleza que se forja cuando hay mucho en juego. Esa naturaleza que siempre buscamos en los momentos más difíciles”. Inevitablemente la historia a la que hace referencia “Yo soy Espartaco” tiene algo de western clásico, con su héroe al rescate, batiéndose bajo un sol crepuscular, “sólo ante el peligro” y con todo que perder. Ni que decir tiene que la película tiene final feliz, un desenlace que, legendario o no, cada vez parece más necesario para una población que necesita de munición moral ante la que está cayendo.

Divagaciones al margen, “Yo soy Espartaco” son dos historias en una: por un lado la de la película que nadando contracorriente rehabilitó al guionista Dalton Trumbo y puso final al infame tiempo de las listas negras en el Hollywood de la era macarthista. Pero también cómo un joven actor de éxito fue capaz contra todo pronóstico de producir una película de éxito desafiando las exigencias de los grandes estudios y del mercado, poniendo al frente a un joven de talento descomunal y carácter complicado llamado Stanley Kubrick.

Esa película, claro, fue “Espartaco” y el actor y productor el mismo Kirk Douglas que a sus 95 años firma esta suerte de episodio de sus memorias. Por eso este libro de amenísima lectura podrás encontrarlo tanto en la estantería de una librería de Lavapiés centrada en textos de Ciencia Política como en la especializada en material cinematográfico, y se convierte en un retrato fidedigno de un momento y un lugar en el que profesionales de la industria del cine e intelectuales en general se vieron obligados a demostrar de qué pasta estaban hechos.

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