Amor y ciencia ficción
Libros / Adolfo Díaz

Amor y ciencia ficción

8 / 10
Bruno Corrales — 05-09-2014
Empresa — Ediciones Chelsea

El punk, películas de terror, el verano, los Ramones, Star Wars, el power pop, Weezer, el instituto, una larga lista de rechazos, la música de los 90 y, en medio de esta locura, tres amigos que se prometen montar una banda. Pudo haber pasado por la cabeza de muchos, pero Adolfo Díaz, José Andrés Albertos y Pepe Medina lo llevaron a cabo desde Estepona, probando con varias formaciones y gritando eureka con Airbag. El resto es historia reciente de nuestra música, gracias a un grupo de los condenados a vagar entre dos tierras (demasiado punk o demasiado pop, según convenga) y con la idea de poner fin a su trayectoria rondándoles al terminar cada nuevo disco. El caso es que ahí les tenemos, desde el año 1998 y actualmente preparando su séptimo LP. Una banda que, antes que banda, es un grupo de amigos de lo más habitual, una normalidad y total ausencia de ego o excentricidad que impedía acercarnos realmente a ellos. Eso ahora tiene arreglo.

Instalado el verano -¿cuándo si no en este caso?- llegaban suculentas novedades desde Ediciones Chelsea, la editorial aupada por Álex Díez (Cooper) desde León. La joven colección “Mis documentos” se ampliaba con tres nuevos libros con mucho en común, firmados por Jonathan Vidal (Suzy & Los Quattro), Pat Escoín (Lula, Los Amantes) y el autor que nos ocupa, Adolfo Díaz. Los tres pasaban a formar parte de una serie que nos lleva en primera persona, de un modo sencillo y poco frecuentado, al lado más personal de varios músicos de referencia de la escena española, engrosando una nómina en la que encontramos nombres como Fernando Pardo, Xoel López, Francisco Nixon o el propio Álex Díez.

Como es habitual en este tipo de entregas, se trata de un compendio de textos entre extractos de entrevistas, tests, perfiles y textos inéditos, escritos y reunidos sin intención cronológica pero de gran sentido conjunto. Gracias a “Amor y ciencia ficción” llegamos a la esencia de Airbag, pues desde un primer momento queda claro que, a pesar de ser cantante, guitarrista y compositor, Adolfo no se considera el líder de la banda, que no existiría sin José (batería) ni Pepe (bajista). Compuestas entre dos y en ocasiones entre los tres, las canciones del grupo son prueba de un funcionamiento casi utópico pero en su caso del único posible. De ahí las dudas expresadas por Adolfo ante la prueba de enfrentarse en solitario a este libro, animado por Álex Díez. Y con éxito.

El resultado es un volumen de lectura rápida y opcionalmente aleatoria, plagado de curiosas anécdotas e interesantes pasajes como los dedicados a la gira italiana formando parte de la banda de Marky Ramone o la que narra los días a bordo del crucero de Weezer, dos historias que retratan a Adolfo como un respetuoso pero enorme fan. Y más curiosidades de baúl de los recuerdos, como una carta dirigida rebosante de admiración a Israel Adelantado de Shock Treatment a finales de los 90 o el mensaje que escribía recientemente al productor de “Manual de montaña rusa”, Carlos Hernández, con cierta desconfianza y dudas acerca de la dirección que tomaban las canciones de su último disco hasta la fecha. Las filias e incluso algunas fobias quedan reflejadas a través de entrevistas y perfiles publicados en medios como Mondo Sonoro, acompañado todo ello de fotografías a modo de recorrido por los momentos clave de su trayectoria. Unas imágnes obra de, entre otros, Joaquín Rodríguez o nuestro compañero Nacho B. Sola, presente y responsable de capturar los instantes previos a su concierto en la sala Heineken en 2011 junto a Los Nikis, que por sorpresa eran los encargados de abrir la noche como teloneros.

“Amor y ciencia ficción” supone una gozada para fans de Airbag, sirviendo al mismo tiempo como perfecto aperitivo antes de conocer más detalles de su próximo trabajo. Un libro que viene a completar el repaso iniciado con el DVD “Buscando la ola perfecta”, publicado el pasado año como punto y seguido de la historia de un grupo con más de quince años a sus espaldas que, a pesar de no haber alcanzando nunca grandes cotas de popularidad, puede presumir de ser el principal referente en su género, además de contar con una especial devoción por parte de sus seguidores. Cualquiera presente en uno de sus conciertos puede entender a qué tipo de cariño nos referimos.

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