“No quiero ser otro busto parlante más, quiero que las cosas cambien”
Entrevistas / Tt

“No quiero ser otro busto parlante más, quiero que las cosas cambien”

José Carlos Peña — 28-06-2018
Fotografía — Cara Robbins

Bajo las enigmáticas iniciales TT se esconde Theresa Wayman, guitarrista y voz de Warpaint, que se ha dado un respiro de la dinámica grupal con LoveLaws (Caroline/Pias, 2018). Un disco de texturas electrónicas y medios tiempos repletos de misterio y amor incondicional.
Theresa muestra por teléfono una languidez que, si en su música se agradece, para una entrevista puede ser contraproducente. Por fortuna, se va animando según la conversación deriva hacia temas sociales y políticos. LoveLaws parte de la necesidad de romper la inercia grupal, un impulso que suele ser inevitable y liberador: la palabra “experimentar” se repite varias veces. Es también su respuesta en positivo al deprimente clima de odio que parece haberse instalado en su país, Estados Unidos.


¿Por qué un disco en solitario ahora? ¿Querías explorar ideas que no encajaban en el grupo?
Se trataba de dar más salida a mi creatividad. En Warpaint componemos todas, de modo que quizá no encontraba suficiente espacio para ese impulso creativo ahí, en el contexto del grupo. Después de catorce años juntas, creo que era el momento de decir: “Vale, necesito hacer lo mío” (risas suaves). Y estoy segura de que todas sienten lo mismo. Simplemente, es el punto en que nos encontramos ahora mismo.

Es un disco con un sonido claramente electrónico pero a la vez tiene ese carácter orgánico y raro. ¿Qué te inspiró?
Creo que la inspiración fue precisamente ésa: que fuera un disco electrónico y orgánico y que a la vez no encajara en ningún género específico. Que fuera algo crudo, pero también vanguardista, como puede serlo la música pop. Mezclar y fundir diferentes facetas, y no sólo ir a hacer algo en particular, fuera lo que fuera.

En varias canciones has trabajado con Dan Carey (Kate Tempest, Goat Girl, Franz Ferdinand), que es uno de los productores más en boga en estos días. A priori no me parece el ingeniero que asociaría a tu música. ¿Cómo llegaste hasta él?
Lo conocí a través de un amigo y tocamos juntos en uno de sus proyectos underground. Lo disfruté mucho, y le llevé un par de canciones para que viera lo que estaba haciendo y ver por dónde iría él. Es un tío increíble y siempre tiene muy buenas ideas. Su estudio (en Londres) es algo así como la casa de un científico chalado. Lo cual me encanta. No me gusta que el estudio sea un sitio totalmente pulcro. Allí en su sótano parece que todo es caótico, pero en realidad el equipo está listo y perfectamente cableado para que lo uses. Para mí es la combinación perfecta, sabe perfectamente dónde está todo (risas).

“El disco trata de cómo aceptarnos en lugar de odiarnos”

Si no me equivoco, has tocado la mayor parte de los instrumentos.
Así es. Empecé a trabajar casi todas las canciones, excepto una, en mi ordenador con loops e ideas. Puede que en alguna metiera más cosas que en las otras. A partir de ahí, me di cuenta de que tenía canciones que quería expandir para convertir en un disco. Luego, con mi hermano, volqué las canciones en el Pro Tools, y fuimos al Studio que tenemos en el downtown, añadimos baterías en directo, bajos, piano o lo que fuera que echáramos en falta, para completarlas. Hice esencialmente lo mismo con Dan: Dos de las canciones que tenía en mi ordenador las llevé a su estudio de Londres para desarrollarlas.

Con la experiencia que acumulas con tu banda, ¿te parece que es más fácil o más difícil hacer un disco, así, en solitario?
Creo que así es más fácil. Desde luego que ha habido momentos en los que no sabía muy bien por dónde tirar y con más gente quizá es más fácil, pero al final me apañaba. No soy una intérprete que se ciña a un solo instrumento, me gusta encontrar lo que quiero con cada instrumento, y si técnicamente puedo hacerlo, tocarlo. Me gusta experimentar, ése es un poco el objetivo de hacer mi propia música, y de una manera que me sea natural, sonar a mí misma. Creo que ser objetiva, tener una estética muy clara y dejar que la música se exprese, es mucho más fácil de hacer cuando estoy sola que en el grupo.

Lo que pierdes, en cambio, es la interacción o la química con tus compañeras, para bien y para mal…
Sí, no tengo nada de eso, pero quizá tengo otras cosas. Y está bien, porque Warpaint es Warpaint. Y aquí tengo la química entre me, myself and I (risas).

¿Trabajaste este disco con una idea temática concreta en la cabeza?
Conceptualmente, desde el punto de vista de las letras, está el tema del amor. Como de asumir la persona que soy. Musicalmente, como dije, se trataba de fundir influencias y ser alguien individual. Hacer lo que me resulta natural sin pensar en encajar en determinado molde o nada de eso. Expresarme.

Mencionas el tema del amor en lo relativo a los textos. ¿En qué sentido?
Lo llamé LoveLaws porque es un disco sobre el amor, e inicialmente escribí un montón de canciones sobre el amor romántico. A veces me siento un poco extraña siendo mujer y una romántica, porque da la impresión de que es como un tópico, cuando las mujeres tienen que vivir su propia vida y no por su pareja. Pero escribir sobre ello me hizo encontrar un equilibrio, y ya no soy tan así. Siempre he sido un poco dura en cuanto a los chicos, pero sí que tenía un lado de mi personalidad que me estaba incomodando un poco, así que decidí asumir mi naturaleza romántica, para después cortar un poco con esa faceta. Y ahora me siento más independiente, gracias a este proceso. Después expandí las canciones más allá de ese amor romántico, para hablar sobre el amor a la gente, incluyendo amigos y familiares, todo el mundo. Son canciones sobre tratar de ser un ser humano, que creo que es algo que todo el mundo intenta hacer: cómo aceptarnos en lugar de odiarnos.

¿No odiarnos? ¿A qué te refieres?
Es algo incluso más importante en estos momentos, porque hay mucho odio en todas partes. Ni siquiera ese odio tiene que aflorar a la superficie, está por debajo de todo. En Estados Unidos están pasando cosas que creo que nadie sabía que siguieran sucediendo. Por ejemplo, hay mucho racismo rampante, supremacistas blancos, cosas que yo pensaba que eran de otros tiempos. Hay muchos crímenes de odio. En el disco también hay una canción sobre quererme a mí misma y ser como soy. Toda mi vida se guía por el amor. El amor materno es el más incondicional que existe, pero en realidad no escribí ninguna canción sobre ello (risas). Aunque el disco entero se basa en esa perspectiva. Quizá porque lo tengo, me he sentido más abierta a escribir con honestidad.

Lo cierto es que muchísimos grupos y artistas de tu país están reaccionando a lo que sucede a vuestro alrededor con discos muy diferentes. A veces desde la confrontación y la rabia, y otras desde la calma y la búsqueda de una belleza casi sanadora o terapéutica. ¿Tú te ves dentro de esta categoría? No parece que escribas desde el enfado…
No, no lo hago, pero probablemente debería, porque en realidad, el clima social que tenemos ahora no me inspira a componer música. Lo que querría es meterme a hacer cosas más importantes. Descubrir injusticias, emprender investigaciones periodísticas, yo qué sé. Luchar para promover un cambio de gobierno o de las cosas. O impulsando energías sostenibles que salven el planeta. Tengo la impresión de que hacer música sigue siendo importante, que la gente la sigue necesitando, pero al mismo tiempo la música per se no nos va a salvar mientras sigamos quemándonos vivos con combustibles fósiles o matándonos entre nosotros. Si te soy sincera, a veces me pregunto si lo que hago tiene alguna importancia. Gente como Pussy Riot han provocado que se ponga mucha atención en ciertas cosas, y probablemente han marcado la diferencia. La gente que tiene notoriedad puede hacer que las cosas cambien implicándose, no lo sé. Pero le doy muchas vueltas a estas cosas incluso con este disco, que no es necesariamente político.

“La música per se no nos va a salvar, a veces quiero hacer cosas más importantes”

Entiendo tu punto de vista y lo que quieres decir. A mí me da la impresión a veces de que estamos saturados de política.
Sí, y ése es otro motivo para no hacer un disco abiertamente político. No quiero ser otro busto parlante más. No necesitamos más de esos, sino que las cosas cambien de verdad. Y no sé muy bien cómo ayudar para conseguirlo, pero estoy dándole vueltas. No creo que sea suficiente con una persona, cuanta más gente piense en ello, mejor.

Volviendo a tu música: En unas semanas estarás presentando el disco en Europa. ¿Cómo de difícil crees que va a ser trasladarlo al directo?
Va a ser un reto porque aunque va a haber cosas pregrabadas, quiero que se toque en directo lo máximo posible. La gente que usa muchos sonidos pregrabados quieren que su directo sea perfecto, como el disco, pero yo no voy a caer en eso. La clave está en encontrar un buen equilibrio. Voy a llevar cosas grabadas, pero también un batería, alguien con sintetizadores y otra persona más que haga los coros y toque el bajo. Yo me ocuparé de las guitarras y algunos teclados, así que vamos a ser cuatro. Nos quedan dos semanas de ensayos antes de salir y hacer los primeros conciertos en Inglaterra. Todo está pasando muy rápido.

¿Te ves siguiendo por este camino de electrónica imaginativa en futuros discos?
No estoy segura. Me siento bien con este disco, pero creo que tiene que ver con un periodo muy específico de mi vida, un momento concreto y largo. No sé muy bien qué es lo que voy a hacer a continuación, pero tengo ya un par de canciones que no entraron en el disco. Quiero seguir sacando canciones y explorando qué tipo de música quiero hacer. Cambio constantemente: a veces quiero hacer música ruidosa y disonante, otras canciones puramente pop, y otras, cosas bastante dulces. Espero llegar a un punto en el que tenga tiempo suficiente para explorarlo todo, ése es mi objetivo.

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