La cita vía zoom tiene lugar a finales del mes de junio, cuando aún quedan dos meses y medio para que “Antidepressants” (BMG, 25), el décimo disco de estudio de Suede y quinto ya desde que la banda volviera a la vida tras una disolución que duró siete años, vea la luz oficialmente. El encargado de responder a nuestras preguntas es un encantador Richard Oakes, guitarrista encargado de sustituir en su momento –ya para la gira de “Dog Man Star” (Sony, 94)– a Bernard Butler y que ha ido aumentando progresivamente sus labores como co-compositor en Suede. La charla comienza divertida, con Oakes explicando que se encuentra algo resfriado al tiempo de puntualizar que nunca se contagia en invierno, pero que tiende a sucederle en época estival. “Me estoy haciendo mayor, eso es lo que pasa”, remacha entre risas y antes de pasar a analizar en profundidad el nuevo álbum de Suede.
“La composición suele ser bastante cerebral, pero en este álbum fue bastante física”
Vuestro anterior disco, “Autofiction” (BMG, 22), fue un álbum de querencia punk, mientras que el presente “Antidepressants” es un álbum influenciado por el post-punk ¿Podría entenderse “Antidepressants” como una continuación lógica de “Autofiction”?
Creo que es más bien una especie de evolución. El punto de partida para ambos álbumes fue bastante diferente, porque la idea con “Autofiction” era casi como si lo hubiésemos concebido y escrito en el local de ensayo, dejando todos los errores y ruidos: queríamos que fluyera ese sentimiento general que implica estar con una banda en un local de ensayo y quedó bastante bien plasmado en la grabación. Luego, cuando empezamos a girar con el disco, vimos la forma en la que esas canciones quedaron traducidas en directo, y también cómo los espectadores reaccionaron ante ellas. Y aquello derivó casi en una adicción, una especie de adrenalina que no habíamos sentido en mucho tiempo, porque los dos álbumes previos que habíamos hecho –“Night Thoughts” (Warner, 16) y “The Blue Hour” (Warner, 18)– eran bastante conceptuales y bastante artísticos. Y ese fue el punto de partida para “Antidepressants”: contar con esa energía y esa verticalidad desde el mismo momento en el que empezamos a escribir las nuevas canciones. Neil y yo escribimos mucha de la música juntos y Brett hizo sus letras y melodías en su propia casa. Pero todos nosotros, cuando nos poníamos a escribir, imaginábamos que en realidad estábamos tocando en un escenario y para un público, tratando de sentir la reacción que tendrían ante esas partes y esas ideas a las que íbamos dando forma. Normalmente la composición es bastante cerebral, pero en este álbum fue bastante física. El punto de partida fue bastante directo esta vez.
¿Por qué habéis hecho un disco con estas características justo ahora? Me refiero ¿Por qué crees que estáis haciendo esta clase de discos ahora, con esa agresividad y oscuridad, después de más de treinta años de carrera? ¿Dirías que esta es la forma en la que suena la madurez creativa de Suede?
Creo que sí. Hemos intentado muchas cosas diferentes en nuestra carrera. Algunas con éxito y otras con menos éxito. Quizá no debería decir eso (Risas). Pero creo que fue determinante lo que descubrimos después de reunirnos en 2010 para ese primer concierto benéfico para la asociación Teenage Cancer Trust. Se suponía que era un paréntesis, pero la reacción que encontramos fue increíble, porque hubo un punto en el que habíamos sido bastante olvidados, durante aquellos años en los que estuvimos separados. No escuchábamos a Suede en la radio, así que sentíamos que habíamos sido un poco superados por la historia. Pero la reacción que recibimos en ese concierto a favor de Teenage Cancer Trust en 2010 fue como un regreso a casa, y nos hizo recordar a todos cuál era el principal motivo por el que queríamos estar en una banda. Y no era otro que para para poder tocar en directo, y eso fue lo que nos motivó a la hora de empezar a hacer más discos. Y creo que ahora estamos en un punto en el que somos una muy buena banda en directo. Ahora mismo, estamos un momento en el que lo más importante consiste en cómo las canciones son llevadas al directo.
Habéis trabajado de nuevo con Ed Buller con productor y, en efecto, este disco suena muy directo, con un sonido muy realista y nada sobreproducido ¿Qué puedes contarme sobre el proceso de grabación? ¿Qué aspecto queríais que tuviera el disco?
Bueno, eso es algo extraño, porque hablamos a menudo cuando nos encontramos en esa fase conceptual de escribir un álbum. Y, especialmente cuando empezamos a grabarlo, siempre hay conversaciones acerca de intentar hacerlo en directo. Pero creo que eso, para muchas bandas, se convierte un poco en un cliché, porque lo que hacen las bandas es pasar mucho tiempo en el estudio haciendo un álbum, y emplean tanta atención en el detalle y tanto tiempo probándolo y pensándolo, que cuando llega el resultado final, a menudo has estado demasiado tiempo enfrascado en este viaje de descubrimiento acerca de lo que es bueno y lo que no. Así que cuando luego llegas a grabarlo en directo, que debería ser algo muy sencillo, puedes quedarte con el sentimiento de que de verdad deberías haberlo grabado en vivo, en lugar de darle tantas vueltas. Y eso nos sucede a menudo: cuando empezamos un proceso de grabación siempre decimos ‘vamos a hacer lo máximo posible en vivo’. Pero, para ser honestos, con Suede y especialmente si tienes a alguien como Neil (Codling, guitarrista y teclista) y yo mismo escribiendo la música, siempre terminamos profundizando mucho en la materia. Nos gustaría poder grabar un álbum en vivo, en una habitación y que nos llevará cinco minutos en lugar de cinco semanas, pero no parece ser posible. Y, definitivamente creo que es culpa mía y de Neil. Pero me alegra escucharte decir que no suena sobreproducido, porque quizá le hubiéramos dado demasiadas vueltas a todo y estoy contento de que se vea como un conjunto de canciones focalizadas: esa era la intención.
Joy Division, The Cult, The Cure, The Chameleons. Son nombres que vienen a la cabeza escuchando “Antidepressants” ¿Qué bandas diríais que os han inspirado durante la composición de este nuevo disco?
Hay artistas como esos que, cuando comenzamos con ese proceso consistente en escribir, siempre flotan en nuestras cabezas. Pienso que la canción del disco en la que más puede notarse es “Trance State” y creo que ese día estaba escuchando “Disintegration” (Fiction, 89) de The Cure. Cuando me senté con Neil nos planteamos escribir una pieza de ese tipo. Fue como, ‘¿cómo funcionan esas melodías?’ Todo parece tan simple cuando se une, pero ¿cuáles son los componentes? Pensábamos en The Cure cuando escribimos esa parte. Y Joy Division también flota siempre en el aire. Especialmente el minimalismo de ese tipo de música, de los primeros The Cure y de Joy Division. Ese tipo de minimalismo siempre me ha inspirado. ¿Cómo lograron hacer algo así? ¿Cómo lograron crear un mundo entero con estos sonidos oscuros y negros? No estás escuchando a una orquesta, estás escuchando tres instrumentos y algunas reverb maravillosas. Y así lograron crear ese universo sonoro. Para serte sincero, te diré que he estado obsesionado con eso desde que tenía trece años (Risas). No sé cómo lo hicieron, pero seguiré intentando averiguarlo.
¿Qué puedes contarme de ese éxito instantáneo que es “Dancing With The Europeans”? ¿Dirías que es, de alguna manera, un himno anti Brexit?
Bueno, cuando se trata de temas líricos tendrías que preguntar a Brett (Anderson, cantante). No quiero hablar por él porque podría equivocarme (Risas). Sé lo que significa la canción para mí. Me hace sentir feliz. No quiero empezar a hacer declaraciones políticas porque nunca es una buena idea. Pero, personalmente, he votado contra el Brexit. Soy anti Brexit. Siempre he sentido que toda mi vida personal está en Europa. Me casé con una sueca, viví en Suecia y pasé mucho tiempo fuera de Reino Unido. Y me encanta Europa como un todo. Así que esa canción me llena de alegría porque me gusta la idea de bailar con europeos (Risas). En términos muy simples, esa es mi opinión. Creo que es un muy buen single de pop. Pienso que la gente puede cantarla sin importar lo que piensen que significa. Creo que le pasa como a todas las mejores canciones de pop: no tienes que tener una completa comprensión de lo que significa. Simplemente la disfrutas físicamente.
Tuviste, en su momento, el nada sencillo rol de sustituir a Bernard Butler a la guitarra ¿Cómo recuerdas aquel momento? Eras insultantemente joven cuando aquello pasó.
Bueno, hace mucho tiempo así que no recuerdo exactamente qué sucedió. Tengo flashes. Puedo ver, cuando miro videos y fotos del principio, que era un niño. Era muy muy joven. Tuve que forzarme a mí mismo a no ser solo un niño, sino también un músico de rock como todos los demás que tenía alrededor. Tuve que llegar a ese punto muy rápido (Risas). No sé cómo lo hice, para ser honesto, no sé cómo sobreviví. La presión solo la sentí cuando empecé a escribir canciones. Fue como ‘Dios mío, tengo trabajo de verdad que hacer aquí’. Pero lo hice lo mejor que pude y me siento privilegiado de poder seguir haciendo esto ahora.
“La naturaleza de las canciones actuales se traduce mejor al amparo de una sala”
Tuve la suerte de estar en el showcase secreto que disteis en Londres el nueve de junio en el Bush Hall para unas trescientas personas. La sensación de volver a veros en directo en una sala pequeña fue increíble ¿Echáis de menos tocar en ese tipo de salas con el público casi encima del escenario?
Bueno, en realidad varios de los sitios en los que tocábamos con “Autofiction” eran bastante pequeños, porque queríamos sentir esa energía que se deprende de estar tocando las canciones en vivo. Es difícil hacer eso en una sala grande, lo cual no significa que no disfrutemos tocando en sitios grandes. Hicimos un tour compartido con Manic Street Preachers el verano pasado, y tocamos en el castillo de Edimburgo y otros sitios del mismo estilo. Fue fantástico, porque era tan grande y había tanta gente... (Risas). Puedes disfrutar de ambos tipos de espacio, pero, debido a la naturaleza de las canciones que estamos escribiendo en este momento, seguramente se traducen mejor en una sala como Bush Hall. La manera en la que la banda empezó, la manera en la que Suede empezó... algo sucedió cuando estaban tocando en pequeñas salas como en The Joiners Arms de Southampton en 1992. Es algo que siempre se menciona. Fue un momento en el que, por lo que sea que fuese, explotó esa energía con la que Suede había conseguido llenar la sala, con la gente en el escenario y la banda tocando la canción. Eso es parte del ADN de Suede, así que siempre intentaremos volver a eso, incluso si terminamos tocando en emplazamientos enormes por todo el mundo.
“Parece que hay una nueva generación de fans que nos han encontrado en redes sociales, Spotify y esas cosas”
En ese concierto pude ver algunos chicos muy jóvenes ¿Cómo creéis que está conectando la banda con las nuevas generaciones?
Cuando en 2013 lanzamos el primer álbum tras volver juntos, “Bloodsports” (Warner Bros., 13), noté que había mucha gente en la parte delantera de los conciertos que tenían la mitad de mi edad. Y pensé: ‘¿De dónde han salido?’, porque esperábamos el mismo público que nos vio en los años noventa. Pero parece que hay una nueva generación de fans que nos han encontrado en redes sociales, Spotify, YouTube y esas cosas. Y es increíble ver que puedes escribir una canción que va significar mucho para ellos, a pesar de que son de una generación diferente. No entiendo cómo y por qué estas cosas suceden, pero es genial.
¿Cuál dirías que ha sido, a lo largo de todos estos años, la esencia creativa indiscutible de la banda? Me refiero a ese elemento común que puede encontrarse en los diez discos de Suede.
El nuevo álbum se llama “Antidepressants”, pero la línea subterránea es ‘Broken Music For Broken People’ (‘Música rota para gente rota’), que es otro título que Brett estuvo barajando para el álbum. Pero cuando surgió y se valoró, Ed Buller señaló que eso era, básicamente, una descripción de todo el catálogo de Suede. Y creo que es cierto. Siempre hay cosas que te rompen, cosas que te hacen sentir desasociado y desconectado del mundo. Y no han sido las mismas desde los años noventa hasta ahora. Hoy en día son las redes sociales las que pueden romper a la gente. Pero, en el fondo, el sentimiento sigue siendo el mismo. Aunque hoy en día se trate de gente caminando mientras mira sus teléfonos, todavía persiste el mismo sentimiento de desconexión. ¿Dónde encuentras tu lugar en el mundo? ¿Cómo encuentras tu propio camino a esa fiesta que todos parecen estar disfrutando? Y eso es lo que ha inspirado todo lo que hemos hecho. Hay una línea subterránea que une todo, aunque la música haya sido muy diferente a lo largo de ella. Todavía hay una línea. Por supuesto, eso viene del elemento lírico de Brett. Creo que esa parte del mundo o de la existencia es la que más le inspira cuando se trata de escribir. Puedes verlo en ese mundo que gira alrededor de él. Y creo que eso es algo que todo el mundo entiende y, probablemente, ha sentido en algún momento de su vida. No hay nadie que nunca se haya sentido desconectado o roto.
Ya para terminar, hay algo que todos los fans españoles quieren saber ¿Vais a volver a girar por salas en nuestro país con esta gira? Me refiero a más allá del circuito de festivales.
(Risas) Sí, lo sé. Tocamos mucho en España, pero siempre parece ser en festivales, porque la temporada de festivales en España es muy larga. Empieza en mayo y termina en septiembre. Pero estoy esperando la hoja de ruta para ir allí. Estaremos girando por Europa, probablemente en febrero o marzo del próximo año. Todavía no tengo los plazos, pero si mi voz significa algo, entonces estaremos tocando en conciertos de sala en España. Siempre es uno de nuestros países favoritos para tocar.

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