Mientras tanto, la luz se atenúa, perdida entre los muros de las naves que circundan el estudio y la posibilidad de sesteo se difumina cuando me ofrecen un café. No queda, así que nos conformamos con un cigarro y mientras el humo se esfuerza por ocupar el mayor espacio posible, los dos ex –Childhood analizan su paso por B-Core y posterior aterrizaje en Subterfuge. Raquel apunta «independientes hay muchas. Yo creo que ahora en Subterfuge hay más posibilidades de crecer. Todo depende de cómo y con quién trabajemos y también de nosotros claro, que poco a poco se va aprendiendo», Rafa dispara «Hay muchas diferencias entre discográficas… ¿que en B-Core nos encontrábamos un poco desaprovechados?… pues sí… pero no sólo por su capacidad promocional, también por los ámbitos en los que se mueve B-Core, que a mí me encantan, pero que creo que se podría abrir un poco, moverse por más sitios». Pero no crean que cargan tintas en lo ajeno y se olvidan de lo propio. «No sólo fallaba la promo, ojo, el disco tenía muchas carencias, comenzando por el sonido y la producción, ya que se grabó en un estudio supercutre. Intentamos sacar el máximo partido, pero al final es un disco que no entra bien porque no está bien grabado y creo que eso ha influido en que no se venda más». Las expectativas, por su parte, por parte de su nuevo sello y por parte del público que ya les conoce son grandes, pero de momento el contenido de «I’m the Fuel» es una incógnita. El único rastro dejado se llama «New Diversion» y promete lo mismo que en entregas anteriores: pop emotivo, tenso y proclive al estribillo que, a su vez, se niega a ser pop en plenitud. Mi sugerencia enarca las finas cejas de Raquel, que no se resiste a preguntar qué quiero decir, mientras Rafa asegura primero para luego dudar.
| «Es Fromheadtotoe… en ningún momento hemos dicho: vamos a darle más caña a esta canción porque está quedando muy pop» |
«Es Fromheadtotoe… en ningún momento hemos dicho «vamos a darle más caña a esta canción porque está quedando muy pop»… oirás canciones en el nuevo disco que… bueno, quizá me equivoco porque tiene un momento de guitarras más contundentes, pero en fin, es pop de estrofa-estribillo-estrofa-estribillo… pero salen así, no intentamos que suene a pop con caña». Raquel recoge el testigo y ahonda más en la cuestión. «Creo que el ejemplo claro es «New Diversion», quizá es más fácil acabar esa canción de otra manera menos complicada, pero al final es complicada porque nosotros somos complicados». Rafa interviene de nuevo. «Intentamos mezclar las cosas, por decir algo… hardcore y pop» y Raquel salta como un resorte. «¡Pero si no es mezclar!» cosa que hace que Rafa se explique. «Eso iba a decir, que no es mezclar, que traba-jamos con elementos distintos pero siempre dentro de nuestro sonido… no vamos a mezclar en una canción hip hop y otra cosa porque no es lo nuestro, no nos va». Que no les va se puede comprobar en «Divine» y -si lo encuen-tras- en «Insight» (B-Core, 96). Discos que consiguen llamar tu atención más de lo que esperabas gracias a unas composiciones que dejan poco resquicio al debe y engordan la cuenta del haber. Canciones presididas por la estupenda y personalísima voz de Raquel, autora de una de las letras escurridizas y sinceras, blindadas pero capaces de traspasar el pedernal que, a veces, recubre los corazones. Unas letras de las que, creo, puede estar orgullosa. «No me gusta hablar demasiado de ellas, algunas son más directas, explican más explícitamente lo que hay y otras divagan más, lo que no me interesa es dar un mensaje explícito… no me gusta eso y me da miedo lo de decir «mira esto es lo que hago yo, tú deberías pensar lo que estás haciendo»». Aunque lo mejor es que están ensartadas en unas canciones de las que deben, eso seguro, estarlo también. Un grupo sólido y con el norte bien claro. «Mira si este disco no se vende no nos vamos a cortar las venas. Hay gente que cree que hemos llegado a algún sitio, pero no… nunca se llega a ningún lado… me gustaría vivir de esto, pero si no lo consigo no pasa nada… Eso sí, hemos trabajado mucho y seguiremos haciéndolo, estamos en esto porque nos gusta pero no sólo por eso, sino porque lo necesitamos. Hay grupos que están en esto sólo para divertirse, que ensayan una vez a la semana y tocan una vez al mes en el mismo garito de su ciudad… nosotros queremos trabajar en esto, si quisiéramos sólo divertirnos no trabajaríamos tanto, ni ensayaríamos tanto… lo que pasa es que la mayoría de la gente que dice que está en esto sólo porque le gusta no quiere dedicarse a esto». La esperada mesa de mezclas –enorme de verdad- ya ha entrado en los estudios, la luz de la tarde se ha perdido ya. Mientras su productor, Daniel Alcover (Dover, La Vacazul), admira el artilugio, Rafa y Raquel hacen un último análisis. «Obsesionarse por estar a la última es malísimo, siempre hay alguien que te gana, siempre hay alguien que tiene el «último de» que tú no tienes… yo me fijo en que siempre pasa con las personas que controlan… hay que ser de la prensa para eso». Tomaremos nota, pues.
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