“Quería que este disco fuera dinámico y cinemático a la vez”
Entrevistas / Marika Hackman

“Quería que este disco fuera dinámico y cinemático a la vez”

Carlos Pérez de Ziriza — 13-01-2024
Fotografía — Archivo

La artista británica Marika Hackman ha tardado casi cinco años en dar continuación al notable "Any Human Friend" (2019), pero la espera ha merecido la pena porque su complicada gestación ha deparado su trabajo más completo, ambicioso, complejo y maduro hasta la fecha.

Big Sigh (Chrysalis/Popstock!2024), su cuarto elepé, es uno de los primeros grandes álbumes de 2024. Una colección de canciones a la que la etiqueta de folk o de pop (bueno, o cualquier otra) se le queda muy pequeña. Hablo con ella a través de la pantalla del PC.

Dices que, por circunstancias personales, este ha sido el disco más difícil de tu carrera. ¿Por qué?
Luché en el aspecto de la composición de canciones, me costó durante mucho tiempo. Sentí que nada me inspiraba. La pandemia y todo lo que la rodeó me pareció muy estresante. Decidí darme un descanso. Llevaba diez años sin hacerlo. Y luego me costó mucho volver a escribir. Cuando me volví a meter en el estudio, algunas de las canciones estaban a medio hacer, y todo se fue demorando. Han sido dos años de trabajo, porque además quise coproducirlo. Pero en realidad, de esos dos años ha habido uno en el que apenas avanzaba, lo que era también un poco frustrante. Pero al final tenía que ser así. De otro modo, el disco sería otro. Muy distinto. Así que es parte del proceso.

Todos queremos olvidar de una vez lo que ocurrió con la pandemia, de hecho ya han pasado casi cuatro años, pero cada vez que hablo con músicos cuyo último disco empezó a gestarse durante aquellas fechas, me encuentro siempre con que me dicen lo poco inspirador que fue aquello. Al final, en casos como el tuyo, es inevitable remitirse a aquel tiempo.
Sí, yo me sentí igual. La creatividad requiere un equilibrio, y si no tienes la oportunidad de salir de casa y hacer tu vida, y combinarlo con el hecho de estar luego a solas en casa y escribir sobre ello, se hace muy difícil dar con algo que quieras decir. O dar con lo que sientes. Y el estrés constante y el miedo a una situación inédita como aquella también desmotiva tu parte creativa, porque te impide centrarte. Estás asustada, básicamente.

"Escribo de un modo más crudo y honesto, y eso es algo que te da la confianza"

¿Fue “Hanging” la canción que te ayudó a salir de esa situación y marcó el camino para el resto del álbum?
La primera que estaba escrita fue “The Ground”, pero no la enmarcaba en el contexto del álbum. Luego supe cómo imbricarla. Pero “Hanging” fue la que me sacó del bloqueo creativo. Fue la primera canción con cara y ojos. Me vino muy fácilmente. Fue muy importante porque me hizo darme cuenta, por fin, de que aún podía dedicarme a esto. Y fue fácil, gratificante y disfrutable. Me enorgulleció. Fue como un recordatorio de que tienes que seguir intentándolo y trabajar duro: esa es la forma de que los frutos lleguen.

Has sobrepasado los treinta años. Tienes 31 ahora. ¿Ha cambiado algo eso en tu forma de ver la vida?
No, la verdad es que es algo que me gusta, disfruto de ser treintañera. Creo que me sienta bien. Llevo un ritmo de vida algo más tranquilo. Y tengo curiosidad por ver cómo me va durante la próxima década, y cómo reacciono ante lo que me vaya ocurriendo. Y ver si eso genera que mis canciones cambien de temática. La veintena es divertida y salvaje, loca e intensa, y diría que ahora estoy más centrada. Todo es más tranquilo ahora, y eso me gusta, aunque no suene muy a estrella del rock (risas).

¿Y crees que ha cambiado algo tu forma de escribir con este disco? En la hoja promocional se comenta que en el anterior disco escribías sobre amor y sexo de un modo distinto, y que en este hay un enfoque más reflexivo y sensible.
Creo que es más conscientemente relajado, y con más confianza. En parte porque tengo más experiencia y más discos. Quizá antes resultaba más dramática o exagerada. Escribo de un modo más crudo y honesto, y eso es algo que te da la confianza. Es mucho más fácil ocultar lo que dices detrás de conceptos o técnicas de producción o poderosos riffs de guitarra, pero me expongo más ahora y me gusta hacerlo así, me siento cómoda. Te conoces mejor según vas creciendo, y eso hace que te puedas presentar ante el mundo de una forma más auténtica. Cuando estás buscando tu lenguaje, vas probando distintas identidades creativas, y aunque no deja de ser un trabajo de exploración, estás aún ocultando muchas cosas sobre ti. Ahora puedo escribir como yo misma, en lugar de hacerlo desde un personaje.

Me da la impresión de que el disco brinda un muy buen equilibrio entre lo orgánico y lo sintético. ¿Fue intencionado?
Sí, es un equilibrio que está por encima de sus diferencias. Quería que fuera muy dinámico, pero también cinemático, y que eso no supusiera un choque entre ambos aspectos. Si pudieras extraer los elementos más dinámicos y ponerlos en los extremos, el espacio que queda entre medias sigue siendo muy amplio: puedes tener un sonido muy industrial que resulte casi hasta desagradable y al momento una guitarra acústica que suene muy cercana, y el sentido del espacio que provoca eso es enorme y excitante. Esa fue una decisión consciente.

"Quería hacer algo que conecte con el oyente pero que tampoco sea súper familiar. Es algo que siempre intento, y creo que aquí se nota"

Eso quizá lleve a que sea accesible y experimental a la vez. Nunca da demasiado de las dos cosas, ambos aspectos están muy bien dosificados.
Sí, es la intención de hacer algo que conecte con el oyente pero que tampoco sea súper familiar. Es algo que siempre intento, y creo que aquí se nota.

¿Cómo ha sido el trabajo con Sam Petts-Davies (Thom Yorke, Warpaint) y con Charlie Andrew (Alt-J)? ¿Cuál dirías que es su parte de responsabilidad?
Sam coprodujo algunas de las canciones e hizo algo de producción adicional, diría que el sesenta por ciento lo produjimos ambos en el estudio, y con Charlie también coproduje un par de canciones, y luego él lo mezcló. Pasamos un buen tiempo haciendo la columna vertebral del disco. Con Charlie llevo trabajando desde los 19 años. A Sam no le conocía hasta este disco, pero ambos pusimos muchas ideas sobre la mesa.

¿Qué te resulta más inspirador? ¿Vivencias, lecturas, películas, otros discos?
Pues cambia. Mi anterior disco, "Any Human Friend" (2019), estaba muy marcado por libros que había estado leyendo y por música que había escuchado. Pero con "Big Sigh" (2024) me he dado cuenta de que parte de mi bloqueo creativo se debía a que no había estado leyendo ni escuchando nada en particular, necesitaba alejarme de todo, es un disco más sobre mí, sobre mirar en mi interior, así que creo que varía según el momento. Espero que para el próximo disco haya recuperado mi hábito lector (risas). Últimamente me cuesta mucho terminarlos. Tampoco he escuchado mucha música nueva, aunque cuando estaba en el estudio, no escribiendo, fue cuando PJ Harvey publicó "B-Sides, Demos & Rarities" (2022), y eso me pudo influir. También escuché mucho "God Save The Animals" (2022), de Alex G.

Te quería preguntar, si no es muy personal, hasta qué punto te marcó una situación que también aparece detallada en la información promocional, y es que a los 17 años sufriste una apendicitis que a punto estuvo de costarte la vida. ¿Fue ese el momento en el que decidiste que valía la pena dedicar tu vida a la música?
Creo que ya entonces había decidido que quería dedicarme a la música. Siempre me había rondado. Pero aquello fue un punto de inflexión porque era una cría y fue como la línea divisoria entre la infancia y la edad adulta, de un modo muy abrasivo. No fue una situación agradable, obviamente, y fue como un antes y un después. Muchas de las canciones que empecé a escribir justo después, con 18 o 19 años, tratan sobre la ansiedad y la depresión, y tienen su génesis en aquel momento. Te afecta como persona, y en consecuencia, también como escritora de canciones.

¿Has podido rodar estas nuevas canciones en directo?
Tres de ellas. Y estoy deseando hacerlo con el resto, porque centrar el setlist en el nuevo disco va a ser complicado, es un desafío. De hecho, esta misma tarde me tengo que sentar para empezar a ver cómo lo voy a hacer. Tengo la misma banda que en los últimos cinco o seis años. Una disposición clásica, con guitarras, teclados, bajo y batería, y tenemos que ver cómo encajan los nuevos arreglos y comprobar si la esencia del disco se mantiene con una instrumentación distinta.

 

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